"Por último, perecen las lluvias cuando el padre éter las ha depositado en el seno de la madre tierra; pero resplandecientes surgen las mieses y reverdecen las ramas en los árboles, crecen estos mismos y se cargan de fruto; de ahí se alimenta a su vez nuestra especie y la de los animales, de ahí vemos alegres ciudades florecer de muchachos y frondosas selvas resonar por doquier con el canto de los pájaros; de ahí las reses, cansadas por su gordura, tienden sus cuerpos por los risueños pastos y el blanco licor de la leche mana de sus ubres henchidas; de ahí la nueva prole con sus débiles patas por las tiernas hierbas retoza juguetona, embriagadas de leche pura sus jóvenes cabezas. Así pues, no perece por completo todo lo que parece morir, puesto que la naturaleza le rehace lo uno a partir de lo otro y no permite que cosa alguna se engendre si no es sirviéndose de la muerte de otra." (Lucrecio. La naturaleza de las cosas)
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Me va pareciendo que esto del virus es una metáfora de algo que no tiene que ver con buscar el éxito o lo que cada cual busque, mirando hacia adelante. Es una pérdida de algo que, leyendo a los clásicos, comprobamos que lo hemos perdido para siempre. Así que después del virus, qué. Solo nos queda mirar con retrovisor. El problema es que, después de tantos siglos, no tenemos el libro de instrucciones, y la vida no tiene miramientos, siempre tira hacia adelante hasta cumplir su destino final que para eso ha nacido.