jueves, 2 de abril de 2020

INVISIBLE

Los de arriba manejan dos estadísticas frente al parón del virus de marras: muertos y votos que pierdo. Los de abajo nos hemos fabricado, a su vez, la nuestra: muertos frente a días que faltan de encierro. Los muertos, como puedes observar, al valer lo mismo para un roto que para un descosido, une a lo que debería estar siempre separado, a saber, los que mandan (eso son topográficamente los de arriba) y los de abajo (esos son topográficamente los que obedecen).
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La “Democracia digital” actual es entendida, entre los de arriba y de los de abajo, como una disneylandia del espíritu jovial, festiva etc, como Algo que esta por encima de la ley que protege a quienes no tienen otra fuerza que ser lo que son: ciudadanos anónimos, pero libres en su irreductible capacidad de pensar y actuar por si mismos. Anónimo, para entendernos, no es sinónimo de enajenado o ensimismado o esclavo, etc. Estos ciudadanos (que son realmente existentes) no son, ni quieren ser, millonarios, ni traficantes de armas o de drogas o de personas...,ni famosos, ni tener muchos amigos virtuales, ni figuras destacadas por encima de ese modesto anonimato. No quieren que los de abajo toleren que la demanda por encima de la ley acaba demandando un Führer, o líder fuerte, por encima de la misma democracia.
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Ser anónimo no es igual a ser un Don Nadie, como dicen enfáticamente quienes alardean de vivir constantemente saltando de pantalla en pantalla. Ser anónimo en una sociedad democrática bajo el amparo de la ley es la esencia de lo que es ser Alguien. Alguien que se relaciona con algo (no con todo) y con otro alguien (no con todos los amigos del mundo mundial).
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Abril es el mes mas cruel, criando
Lilas de la tierra muerta, mezclando
Memoria y deseo, removiendo
Turbias raíces con lluvia de primavera
El invierno nos mantenía calientes, cubriendo
Tierra con nieve olvidadiza, nutriendo
Un poco de vida con tubérculos secos.”
(La Tierra Baldía, de T. S. Eliot)