viernes, 29 de octubre de 2021

jueves, 28 de octubre de 2021

MARY JO BANG

 


LA OLA

 Después de verla tres veces y darle unas cuantas vueltas a lo que visto, quitando y poniendo los velos de la falsedad que siempre me acompañan en estos menesteres, tengo la impresión que la película “La ola”, del director Denis Gansel, es la historia de un doble fracaso. También una severa advertencia, siendo esta última, a mi entender, el principal mérito de la película. Recordemos en otro registro narrativo la película “Cuidado con los niños”, recientemente comentada en la taberna, que apunta en una similar dirección. 


Por el lado más general “La ola” representa el fracaso de la educación en las sociedades democráticas más avanzadas, nórdicas y centro europeas para entendernos. Y por el lado más particular, el propio de la película, es el fracaso de quienes hacen posible el anterior, Rainer Wenger en nuestro caso, que son todos esos docentes, demasiados, que piensan, entre otras lindezas, que son más inteligentes que sus compañeros (Wenger confiesa a la directora del instituto que está más preparado que su colega ya que asistió durante sus años de anarquista en Berlín a todas las manifestaciones del Primero de Mayo; si recuerdan en “Cuidado con los niños”, igualmente, un docente confiesa su superioridad intelectual en un claustro de profesores). 


Para estos profesores la educación en las sociedades democráticas es una cuestión excluyente y exclusiva de la ideología de izquierdas o progresista en que ellos militan, por utilizar la jerga al uso, y no algo que forma parte de la tradición del pensamiento occidental, pues todas las sociedades desde los griegos hasta hoy han tenido a la educación como eje vertebrador de su organización y funcionamiento, según el paradigma vigente en cada época. 


La advertencia, por tanto, es que la educación en las sociedades democráticas es demasiado importante para dejarla solo en manos y el cerebro de esos docentes y sus pintorescos experimentos. No es una cuestión de expertos o técnicos, ni de ideologías progresistas o carcas, sino algo inherente o íntimo de nuestra propia humanidad (lo que nos hace humanos) que es constante en el tiempo y universal en el espacio. Piensen en la diferencia que hay entre apuntarse a una ideología o pensar dentro de la tradición del pensamiento occidental. Piensen en la diferencia que hay entre ideología y pensamiento. 


Sinopsis de la película: En una semana de proyectos que tiene como objetivo enseñar los beneficios de la democracia un profesor que debe explicar qué es una autocracia decide realizar un experimento en la clase. En este experimento desea demostrar que la dictadura puede reaparecer en cualquier democracia.


¿Que tiene que ver el objetivo del instituto con el experimento del docente?, le preguntaría al profesor Wenger. Como buen anarquista solo mira hacia adelante, importándole un carajo la tradición del pensamiento occidental que ha heredado. Le gusta mas vestirse con pantalones de apocalíptico (hay que acabar con todo vestigio del pasado en beneficio de la gloria del futuro) y camiseta de adanista (el mundo empezó el día que el nació). No será porque no se lo recuerdan el profe carca (al entender de Roser), al principio de la peli, y su mujer, profesora también del instituto, cuando empieza a perder el control sobre su experimento. Aunque como compensación recibe el apoyo incondicional de la directora del centro, y es que los anarquistas de hoy son así de jerárquicos (?).


La educación democrática no necesita experimentos con pólvora, que tarde o temprano estallan en los morros de quienes los manejan, ni es propiedad de la izquierda ni de la derecha, es un asunto, como ya he dicho, de la íntima humanidad de todos los ciudadanos piensen como piensen y vivan donde vivan. Solo necesita ser comprendida en ese significado profundo por sus protagonistas. Empezando por los docentes y alumnos y acabando por los progenitores y el resto de la comunidad. En eso consiste enseñar hoy en un instituto los beneficios de la democracia. Sin aspavientos vanguardistas, ni puestas en escena coloristas y mediáticas.


Dicho lo anterior de una manera más simbólica, que es como está construida La Ola, para evitar la tentación de comprenderla de manera literal o como una noticia más de gran impacto periodístico o mediático.


Como en todo viaje la educación, y por extensión la vida misma, lo primero que hacemos es entender (ese proceder mecánico del cerebro que nos “robotiza” durante el día, mas ahora en la era digital) el trajín de la información que producimos y que intercambiamos con la que producen los otros. O también, como dice Víctor Gómez Pin: la inteligencia lingüística se ha dado en ese ser vivo que es el hombre, pero no cabría decir que la vida es una condición necesaria de la inteligencia. Solo al acabar la jornada podemos tratar de comprender lo entendido al ser recordado (ese proceder imaginativo del alma o de la conciencia que nos humaniza al anochecer). La experiencia pura de cada día, ya sea en el aula, con la familia, con los amigos, etc, nos conmueve o nos deja indiferentes, es decir la entendemos, pero todavía no forma parte de nosotros, es decir no la comprendemos. Hasta que no empiece a ser una visión confusa o fantasmal de la memoria, del sueño o de la imaginación lo vivido se escurre entre los dedos y corre el peligro de desembocar en el mar del olvido o en el de las obsesiones. Ambos mares sin tierra a la vista. O sea, que corremos el peligro de convertirnos en eternos náufragos. Tal es el sentimiento que embarga a los alumnos del ínclito profesor Wenger, después del pistoletazo final con que acaba su experimento. Lo han entendido todo, pero no han comprendido nada.


En fin, que sí, que la dictadura ha reaparecido en la democracia, pero no ha sido un dictador tradicional de derechas quien la ha introducido, sino el ayer “honorable” anarquista berlinés Rainer Wenger, hoy un profesor del montón en un instituto cualquiera de provincias, que por su experiencia de ayer se creía hoy inmunizado contra semejante barbarie.

miércoles, 27 de octubre de 2021

lunes, 25 de octubre de 2021

jueves, 21 de octubre de 2021

APOCALIPSIS Y ADANISMO

 Parece que el hecho de que constantemente se esté anunciando el fin de algo que uno ve por todas partes, sea un correlato de que constantemente se esté anunciando el nacimiento de uno mismo en indudable coincidencia simultánea con el del mundo.

Parece que este dualidad, otra más, apocalipsis y adanismo están marcando el signo de estos tiempos agónicos y egotistas o de narcisismo extremo.

CARMEN MATUTE

 


ENRIQUE LIHN

 


martes, 19 de octubre de 2021

PHILIP LARKIN

 PASOS TRISTES

¡Oh, lobos del recuerdo!
¡Inmensidades! No, 
uno tiembla suavemente 
al levantar los ojos. 
El brillo, la dureza y la 
simple 
soledad trascendente de 
esa mirada ancha 
son un recordatorio del 
dolor y de la fuerza 
de ser joven; que no pueden volver, 
pero en algún lugar 
aguardan, intactos, para 
otros.

viernes, 15 de octubre de 2021

jueves, 14 de octubre de 2021

CARLOS SAHAGÚN


 

MARK STRAND


 

ENTENDER Y COMPRENDER

 Como en todo viaje la vida, y esta lo es desde el primer segundo, lo primero que hacemos es entender (ese proceder mecánico del cerebro que nos robotiza durante el día trajinando con la información que producimos y que producen los otros), para que te den el biberón, para poder llegar de casa al colegio, para ganarte un salario, para poder mandar,  para aprender a obedecer. En fin.     


Solo al acabar la jornada podemos tratar de comprender lo entendido al ser recordado (ese proceder imaginativo del alma o la conciencia que nos humaniza al anochecer) 


La experiencia pura de cada día , bien sea en el trabajo, la familia, los amigos, etc, nos conmueve o nos deja indiferentes, es decir la entendemos, pero todavía no forma parte de nosotros, es decir no la comprendemos.


Hasta que no es una visión de la memoria, del sueño o de la imaginación lo vivido se escurre entre los dedos y corre el peligro de desembocar en el océano del olvido o en el de las obsesiones. Ambos océanos sin orilla. O sea, que corremos el peligro de convertirnos en eternos náufragos.

miércoles, 13 de octubre de 2021

CONFIANZA Y HOSTILIDAD

 La Filosofía lleva implícita la palabra amor, amor a la sabiduría. En ese sentido original todos somos potencialmente filósofos y filósofas. Todos somos capaces de amar.

Sin embargo, hay personas que confían y se abren a la vida, y personas que ven la vida con total hostilidad y se encierran en una coraza dándole la espalda.

Aun así, aunque la percepción mayoritaria sea la segunda, ¿todavía es lícito afirmar sin sonrojarnos, en la época del capitalismo digital, volcánico y pandémico en que vivimos, que estas dos actitudes son realmente existentes y se corresponden, o son un correlato, del amor que profesan las personas sabias o de los intereses variopintos en que militan las personas hostiles o desconfiadas? 

En fin, ¿todavía podemos aprender a saber cual es el lugar de nuestra alma en el mundo que hemos heredado, aunque la vida del cuerpo que nos han dado se encuentre casi siempre emboscada por las trampas de nuestros intereses y de los ajenos?

MARY RUEFLE

 


FINA GARCIA MARRUZ


 

viernes, 8 de octubre de 2021

CESAR VALLEJO

 Este es, trabajadores, aquel

que en la labor sudaba para afuera,
que suda hoy para adentro su secreción de sangre rehusada!
Fundidor del cañón, que sabe cuántas zarpas son acero,
tejedor que conoce los hilos positivos de sus venas,
albañil de pirámides,
constructor de descensos por columnas
serenas, por fracasos triunfales,
parado individual entre treinta millones de parados,
andante en multitud (…)

FRANCISCO CARO

 


WILFRED OWEN

 


EDGAR ALLAN POE

 ¿Cómo rasgar un día

de aquella jaula hermética

el sello azul y al cielo interminable

salir donde los astros son ya música

y el cuerpo sombra vagarosa y leve?

miércoles, 6 de octubre de 2021

FELICIDAD Y VERDAD

 Siempre vivimos desgarrados entre vivir bien o ser sabios. Entre alcanzar la felicidad o poseer la verdad. Puestos a elegir la mayoría de las veces, por no decir todas, optamos por la felicidad en detrimento de la verdad, tratando de disimular  la elección lo mejor posible, para que no nos digan que somos tontos. Por eso nos da tanto miedo reconocer que lo propio y apropiado de la vida humana transcurre entre un “No saber contingente” y el “No saber nunca”. No se nos pasa por la cabeza, y menos por el corazón, que felicidad y verdad , verdad y felicidad, habitan ahí, entre esos dos No Saberes. Y eso es porque nos resistimos a aprender el lenguaje (ser humano significa, entre otras cosa, ser de palabra) que las articule (religar, de religare), el cual no se aprende en ninguna escuela de idiomas. Un lenguaje que nos posibilite entender que felicidad y verdad, verdad y felicidad son dos caras de la misma moneda, la vida misma, verdadera escuela de aprendizaje. Y que lo demás es publicidad y propaganda de los predicadores de siempre. Que no son otros que los predicadores de la felicidad o los de la verdad, compitiendo encarnizadamente por separado, cada cual tratando de sacar el máximo beneficio para su negocio, a cuenta del desgarramiento ajeno.