viernes, 28 de enero de 2022

ÁNGELA GARCÍA


 

LUIS ESCAVY


 

UTALUME GONZÁLEZ DE LEON


 

PENSAR COMO PULPO

El otro día, poco después de ver la película Aflicción y unos días antes de la tertulia en la taberna sobre ella, volví a ver, vaya usted a saber por qué, la película “King Kong”, según la versión de Peter Jackson. Recuerden la escena en la que la prota (Naomi Watts), a solas con el gran gorila descansando en lo alto de un risco después de hacer juntos el saltimbanqui, lo mira con atención nunca antes prestada, y dice: precioso, que precioso eres. Es cuando la negrura y la ferocidad del rostro del gran simio ilumina el rostro de Wats de forma diferente a como nos había impuesto la técnica del maquillaje hasta ese momento. No quiero dejarme llevar solo por el mito de la bella y la bestia (aunque todo mito esconde algo de la verdad humana, por eso es un mito), pero, como ya dije en la tertulia, quedé seducido por la primera imagen del gorila Wade, conduciendo su coche y explicando a su hija por qué tenía que ir a la fiesta de Hallowenn.

Si como dice Bauman todo lo que tiene que ver con la felicidad humana acaba siempre en una tienda hecho una mercancía, toda relación humana con la naturaleza acaba siempre, de forma similar, chapoteando en una ideología de inspiración romántica, bien sea según los cánones cristianos, psicológicos o, como no, ecológicos-medio ambientales. El “civilizado” Rolfe elige una mezcla de las dos primeras, cristianismo y psicologismo, para contarnos la historia de su hermano, el gorila Wade. Lo cual nos sugiere, para no caer en la tentación literalista, que debemos cambiar nuestra forma de pensar si queremos llegar a algún sitio sanos y salvos, y con sentido. Debemos dejar de pensar en forma monista, o lo uno o lo otro, o Dios, Kong o la Ciencia, etc etc, y pensar como un pulpo con todos los tentáculos a la vez, como dice Chantal Maillard.


Así lo propone la autora francesa cuando escribe en el artículo que les adjunto, 

Calificamos de ‘inhumanos’ los comportamientos que nos repugnan y utilizamos el término ‘humanidad’ como sinónimo de generosidad y empatía cuando de sobra sabemos que lo que nos caracteriza es precisamente todo lo contrario, que lo que llamamos compasión no es privativo de nuestra especie, mientras que sí lo es su grado de crueldad y el olvido o la desestimación de las leyes naturales, que cuanto ‘más humano’ sea nuestro mundo, mayor será el desequilibrio producido y más rápido el progreso hacia la entropía.”


El asunto que nos ocupa, pienso yo, es que Wade y su padre, no son de distinta naturaleza que un inefable amanecer, o que la Filomena de turno o el volcán de la Palma, de igual manera que no lo son los eventuales beneficiados y, sobre todo, los probables damnificados de los destrozos de quiene vivan por allí cerca. No en balde la peli sucede en la crudeza y hostilidad del invierno, evitando así que nos distraigan las flores de mayo y sus mariposas, y los primeros turistas que caminen por esos pagos. Y tal. Es Rolfe quien mira los fenómenos naturales que son su padre y su hermano (¡que preciosos son estos dos Grandes simios si estuvieran enjaulados!) con la lente moral de la culpa heredada de siempre. Al espectador le compete averiguar desde donde quiere, o puede, mirar y escuchar a Rolfe, definiendo así su posición ética respecto a lo que mira y oye. Es decir, la imaginación de Rolfe respecto a su familia nos da la verdadera dimensión de lo que debemos aprender en el amor paterno filial y en el amor en general, pero sobre todo lo que podemos aprender al rasgar los velos o las corazas que los envuelven. A mi entender, de eso se trata al ver la película, no tanto de interpretar literalmente y alinearse junto a las palabras finales de Rolfe como si se trataran de un llamamiento a la insurrección en defensa de los niños y todos los desvalidos del mundo, víctimas de la crueldad de los gorilas que lo afean y lo hacen inhabitable. Ver la película, por decirlo así, no debe ser un acto militante, sino un acto de comprensión, de profunda comprensión, que lo es también de compasión, de la condición humana universal, esa que nos iguala a los Whitehouse.

https://www.elespanol.com/el-cultural/opinion/puerta-abierta/20220125/pensar-pulpo/645065500_13.html

martes, 25 de enero de 2022

JULIO RODRÍGUEZ


 

IDEA VILARIÑO


 

HEBERTO PADILLA


 

VICTORIA ATENCIA


 

AFLICCIÓN

 “Todo lo que tiene que ver con la felicidad humana acaba siempre en una tienda.” (Zygmunt Bauman)

Según su recomendación al inicio de la película “Aflicción”, de Paul Schrader que nos presenta, Rolfe Whitehouse, su narrador, nos invita a imaginar a su lado durante el visionado de la misma, sugerencia que se convierte casi en una súplica cuando pronuncia sus últimas palabras (ahora me doy cuenta que la película acaba con la escena en que el espectador contempla como las llamas devoran materialmente la casa y el cadáver del padre de Rolfe, y simbólicamente consumen lentamente lo que queda del incendiario Wade, hermano de Rolfe), Así las primeras palabras del narrador son una especie de proemio verbal y las segundas lo son en forma de coda, quedando todas ellas fuera del tumulto y ardor que nos han mostrado las imágenes. Al acabar la película, las unas y las otras nos invitan a seguir imaginando, juntas pero no revueltas, con las imágenes que han comparecido entre medias, digámoslo así, de una forma sin miramientos, como un volcán escupe su lava sobre todo lo que tiene al lado, por tirar de la actualidad.


Rolfe se pone a contar porque acaba imaginando, desde la distancia bostoniana, que la dimensión de su culpa es proporcional y de la misma naturaleza que el deterioro mental de su hermano Wade. Harto de escuchar solo a su conciencia quiere, al fin, escuchar a los otros. Eso, fundamentalmente, es el significado profundo de la cultura humana, así en Boston como en Tombuctú. No mucho después de que lo haya abrazado la culpa - y justo antes de que ya no haya remedio y como manera de desprenderse de su toxicidad - Rolfe se da cuenta que no quiere dejarse consumir, hasta morir, comprando su felicidad cada día por un puñado de dólares, sino vivir junto a lo que los otros hayan podido aprender escuchando y mirando, digamos, el puñado de versos que las imágenes nos muestran. 


¿Cuanto tiempo vive una película o un poema o una novela? Todo dependerá de si somos capaces de pasar de largo de la tienda que mencionaba al principio, e imaginar otro espacio donde encontrarnos.

martes, 18 de enero de 2022

MANUEL MACHADO


 

PEDRO SALINAS


 

CONCHA LAGOS


 

LUIS DE CAMÕES


 

DECIR EL MAL

Les dejo la referencia y comentario al libro que ha escrito la filósofa Ana Carrasco Conde (1979, lectora ferviente de Hannah Arendt), sobre el auténtico tema de la segunda mitad del siglo XX y primeras dos décadas del siglo XXI, y que seguirá así, porque Dios ya no lo puede remediar, hasta el día del juicio final: EL MAL. Monstruo de ayer, y de siempre, que hoy está oculto detrás de todas las actividades buenistas de la Clase Media Occidental, reinante sin contestación como las Monarquías Absolutas de antaño, que si nos fijamos bien son irrelevantes (banalización del bien) no tanto debido al afán por negar su condición de albaceas y administradora de esa terrible herencia, sino como inventora y propagandista sin tapujos de un mundo nuevo y definitivamente feliz, que nada tiene que ver con el de sus ancestros. Únicamente adquiere sonora relevancia la ambición desmedida y la autocomplacencia sin desmayo de sus miembros entre, digámoslo así, 15 y 100 años, lo que no impide al observador atento ver como EL MAL forcejea detrás del bullicio constante, que estos producen cada día con sus noches, por salir a escena y tomar el mando en plaza, para repetir las hazañas bélicas de aniquilación masiva de aquellos antepasados.

viernes, 14 de enero de 2022

EMILY BRÖNTE

 


MANUEL MACHADO


 

PEDRO SALINAS


 

LOS MARQUESITOS

 ¿Quienes somos cuando amamos?, la gran pregunta de la actualidad perpetua que debería suplir a la más contingente de las noticas sobre la pandemia y las secuelas interminables de sus pendencias. Pues es evidente que existe una relación entre el amor y la acción creativa. Lo que ocurre, sin embargo, es que es una evidencia oculta. Telmo no sabe si tapada por la costra que produce la falta de imaginación creativa, a la que nos va acostumbrando el tipo de vida que llevamos, o primero es la falta de amor que, sin saber ni como ni por qué, se evaporó de nuestras vidas si es que alguna vez hizo acto de presencia, siendo únicamente, como dicen los marquesitos del nihilismo o descreimiento dominante, una sublimación del sexo. Sea como fuere, el virus de marras algo ha debido captar en el miedo ambiente físico y mental que ha visto la oportunidad de imponer su ley, por primera vez en la historia, a toda la especie humana de este azul y zarandeado planeta.

Cuando Telmo le dijo a Z que, a pesar de no haber visto la peli, que iba sobre adolescentes y su siempre problemática educación, asistiera a la tertulia porque él sabía del asunto, supo también que no le hablaba al colega espectador sino al profesor interino de un instituto de provincias. Esa rigidez íntima y corporativa que mostró en su negación a no asistir, que es el embrión, en muchos casos, de la coraza posterior con que el exitoso docente y ciudadano se paseara por la ciudad, queriendo dar ejemplo a sus alumnos y colegas de como se debe tratar hoy con la educación secundaria, que para él es lo mismo que tratar con el mundo. Tal vez todo se deba, piensa Telmo, a la falta de ese espacio donde el pensamiento se funde con la imaginación y la imaginación vuela hasta el reino donde las cosas tienen una razón de existir. Espacio que es diferente a los andurriales, por decirlo así, donde habitualmente sobreviven ya sea con nómina altomileurista o bajomileurista. Espacio desde donde se produce la llamada que, por unos instantes, deja de ser oída para hacer algo y convertirse en una llamada para sentir junto a alguien.


Telmo insiste en que entre todos debemos construirlo, porque está convencido de que la expresión “entre todos sabemos todo” lo que se puede saber, y, de paso, nos consolamos de lo que no podremos saber nunca, necesita ese espacio conjunto, aunque a veces tenga el aspecto de escondrijo. Pero se da cuenta, al mismo tiempo, que esa forma de hablar así, sin más, tiene estructura de sermón en el desierto. Uno más. Hay algo que separa o, mejor dicho, que se interpone entre el pensamiento de Z y su imaginación que impide la fusión de ambos para que esta última coja el vuelo y se desplace a donde realmente existe su propietario. El vuelo gallináceo que alcanza es a lo mas que puede elevarse Z cuando su pensamiento y su imaginación se miran a la cara como dos extraños y se preguntan mutuamente, ¿tu quien eres?


lunes, 10 de enero de 2022

SILVINA OCAMPO

 


LARA MORENO


 

WILLIAM BLAKE


 

ÁNGEL CRESPO

 


MUJERCITAS

 Sobre lo que les propongo reflexionar, además de sobre la peli de Ladybird, es que, tal y como yo he mirado las dos pelis, Christine McPerson, alias Ladybird, bien podría ser la descendiente directa de Josephine “Jo” March, por lo que creativamente estaría fuera de lugar que Greta Gerwig haya filmado, como lo ha hecho, una nueva versión de Mujercitas, pues dos años antes ya había filmado Ladybird. Cosa aparte son los intereses mercantiles que acompañan siempre a estas operaciones culturales. Adjunto entrevista a Greta Gerwig donde habla sobre el asunto.

https://elpais.com/cultura/2019/12/21/actualidad/1576917730_801450.html


¿Cual es el tema que da sentido a la novela Mujercitas? ¿Qué es lo que existiendo por debajo de las cosas y las acciones de los personajes que se ven al leer la novela acaba, al fin y al cabo, ordenándolas? En fin, ¿cual es su visón ética? En Mujercitas - no lo olvidemos, la novela de Louisa May Alcott fue un bestseller  cuando todavía no existía esta palabra para catalogar un éxito de ventas literario - ese tema sería el bien, la búsqueda del bien, entendiendo por bien la paz y la tranquilidad familiares. La conquista de ese bien se presenta como una meta que debe alcanzarse por distintas vías, pero que pueden resumirse en tres: el trabajo, la tolerancia y la ayuda mutua.


La adaptación cinematográfica de esta novela, y por extensión cualquier adaptación literaria al cine, consiste, a mi entender, en poner en imágenes sobre la pantalla el tema o el sentido que construyen las palabras originales de la novela sobre el papel. Más o menos, las tresprimeras adaptaciones lo consiguen, pues aunque cambian lo visible o aspecto exterior (la estética), en sintonía con la época en que fueron filmadas, mantienen el tema original de la novela (la ética de la búsqueda del bien) ordenando así cada una de las películas. Sin embargo, la adaptación que hace Greta Gerwig no respeta el tema, que es lo mismo que decir que no respeta la ética original de la novela, pues en su película ya no es la búsqueda del bien sino la búsqueda del éxito literario de la protagonista la visión ética que la sustenta, tal y como queda claro en el arranque y posterior desarrollo de aquella. Ya no es la búsqueda del bien universal (encarnación de la humanidad que desde siempre a todos nos asiste, nos ampara y nos da sentido), sino el incipiente triunfo del Yo Moderno (mientras viva, y caiga quien caiga, hago lo que me peta, cuando me peta y donde me peta). Luego el trabajo de Gerwig no es una adaptación entendida como la he definido, ni siquiera es una adaptación libre, pues con semejante oximerón la supuesta libertad individual de Gerwig rompe con la tradición de la visión ética universal que imaginó Louisa May Alcott, lo cual plantea el límite de las posibilidades que tienen las adaptaciones cinematográficas como género y manera de filmar. O dicho de otra manera, no adapta lo que quiere sino lo que honestamente puede, si el director o directora en cuestión se  abstienen de utilizar con oportunismo mercantil (taquillazo) el prestigio canónico del título literario que elijan. O, también, escritores, directores, espectadores y lectores deberíamos aprender a dar a la literatura lo que es de la literatura, al cine lo que es del cine y al mercado lo que es del mercado, pues sus lenguajes diferentes así lo exigen. Sea este necesario esfuerzo en beneficio y respeto a la imaginación creativa de todos nosotros, que somos los que en última instancia, en una sociedad de listas, audiencias y consumo masivo como la nuestra, deberíamos tener la última palabra ya que, eso sí, ponemos todos los euros. Tener conciencia de ello es, como diría Karl Jaspers, la obligación ética, vinculada a su correspondiente praxis política, social y cultural en la polis (genuino teatro y límite de nuestra finitud), de cada ciudadano frente a la complejidad y aceleración propias del  siglo XXI. Amén.

lunes, 3 de enero de 2022

JORGE URRUTIA


 

ROSA CHACEL

EL BIEN Y EL MAL

“El mal que hay en el mundo viene casi siempre de la ignorancia, y la buena voluntad puede causar tantos desastres como la maldad, si no es ilustrada. Los hombres son más bien buenos que malos, y, a decir verdad, esa no es la cuestión.” (Albert Camus en La Peste)

(***)

"Todo el esfuerzo de Murdoch se centra en demostrar que la vida moral no es sólo cuestión de voluntad y acto, de decisión y consecuencia externa, sino que también hay un espacio invisible donde se operan cambios que determinan la conducta y en general la existencia del ser humano",(precisa Andreu Jaume en el prólogo a “la soberanía del bien”, obra de la autora irlandesa recientemente reeditada)

(***)

Nunca antes la Libertad de la Humanidad, representada hoy por la Clase Media Occidental, tuvo a la ignorancia y a la banalidad del bien (buenismo feliz) como santo y seña de su orgullosa identidad individual, pegada sin solución de continuidad, como la uña lo está a la carne, con su prestigio social, que se encuentra aupado y determinado, de forma imperante e imperiosa, por el consumismo egoísta de todos los otros clientes que allí concurren.