Sobre lo que les propongo reflexionar, además de sobre la peli de Ladybird, es que, tal y como yo he mirado las dos pelis, Christine McPerson, alias Ladybird, bien podría ser la descendiente directa de Josephine “Jo” March, por lo que creativamente estaría fuera de lugar que Greta Gerwig haya filmado, como lo ha hecho, una nueva versión de Mujercitas, pues dos años antes ya había filmado Ladybird. Cosa aparte son los intereses mercantiles que acompañan siempre a estas operaciones culturales. Adjunto entrevista a Greta Gerwig donde habla sobre el asunto.
https://elpais.com/cultura/2019/12/21/actualidad/1576917730_801450.html
¿Cual es el tema que da sentido a la novela Mujercitas? ¿Qué es lo que existiendo por debajo de las cosas y las acciones de los personajes que se ven al leer la novela acaba, al fin y al cabo, ordenándolas? En fin, ¿cual es su visón ética? En Mujercitas - no lo olvidemos, la novela de Louisa May Alcott fue un bestseller cuando todavía no existía esta palabra para catalogar un éxito de ventas literario - ese tema sería el bien, la búsqueda del bien, entendiendo por bien la paz y la tranquilidad familiares. La conquista de ese bien se presenta como una meta que debe alcanzarse por distintas vías, pero que pueden resumirse en tres: el trabajo, la tolerancia y la ayuda mutua.
La adaptación cinematográfica de esta novela, y por extensión cualquier adaptación literaria al cine, consiste, a mi entender, en poner en imágenes sobre la pantalla el tema o el sentido que construyen las palabras originales de la novela sobre el papel. Más o menos, las tresprimeras adaptaciones lo consiguen, pues aunque cambian lo visible o aspecto exterior (la estética), en sintonía con la época en que fueron filmadas, mantienen el tema original de la novela (la ética de la búsqueda del bien) ordenando así cada una de las películas. Sin embargo, la adaptación que hace Greta Gerwig no respeta el tema, que es lo mismo que decir que no respeta la ética original de la novela, pues en su película ya no es la búsqueda del bien sino la búsqueda del éxito literario de la protagonista la visión ética que la sustenta, tal y como queda claro en el arranque y posterior desarrollo de aquella. Ya no es la búsqueda del bien universal (encarnación de la humanidad que desde siempre a todos nos asiste, nos ampara y nos da sentido), sino el incipiente triunfo del Yo Moderno (mientras viva, y caiga quien caiga, hago lo que me peta, cuando me peta y donde me peta). Luego el trabajo de Gerwig no es una adaptación entendida como la he definido, ni siquiera es una adaptación libre, pues con semejante oximerón la supuesta libertad individual de Gerwig rompe con la tradición de la visión ética universal que imaginó Louisa May Alcott, lo cual plantea el límite de las posibilidades que tienen las adaptaciones cinematográficas como género y manera de filmar. O dicho de otra manera, no adapta lo que quiere sino lo que honestamente puede, si el director o directora en cuestión se abstienen de utilizar con oportunismo mercantil (taquillazo) el prestigio canónico del título literario que elijan. O, también, escritores, directores, espectadores y lectores deberíamos aprender a dar a la literatura lo que es de la literatura, al cine lo que es del cine y al mercado lo que es del mercado, pues sus lenguajes diferentes así lo exigen. Sea este necesario esfuerzo en beneficio y respeto a la imaginación creativa de todos nosotros, que somos los que en última instancia, en una sociedad de listas, audiencias y consumo masivo como la nuestra, deberíamos tener la última palabra ya que, eso sí, ponemos todos los euros. Tener conciencia de ello es, como diría Karl Jaspers, la obligación ética, vinculada a su correspondiente praxis política, social y cultural en la polis (genuino teatro y límite de nuestra finitud), de cada ciudadano frente a la complejidad y aceleración propias del siglo XXI. Amén.