martes, 27 de junio de 2023

ALFONSINA STORNI

 VIDA (fragmento)

Mis nervios están locos, en las venas

la sangre hierve, líquido de fuego
salta a mis labios donde finge luego
la alegría de todas las verbenas.

Tengo deseos de reír; las penas
que de donar a voluntad no alego,
hoy conmigo no juegan y yo juego
con la tristeza azul de que están llenas.

JOAQUÍN CAMPOS

 CHOPO CAMINO DEL INVIERNO (fragmento)



EMILY BRÖNTE

 EL VIEJO ESTOICO (fragmento)



MARÍA ZAMBRANO

 PENSAR Y NO PREOCUPARSE (fragmento)



EL ChatGPT Y LA MÁQUINA

 Escribe Basilio Baltasar:

“El advenimiento del Gran Hermano Tecnológico y su declarada intención de injertarse en los cerebros de los pobres humanos domesticados exige suprimir todo vestigio de la voz que discurre bajo el lenguaje y sustituirlo por la aridez discursiva de la computadora universal, por el maquinal acopio de los datos que introducen los programadores, por la monstruosa memoria que festejan los publicistas de la factoría tecnológica.

En esta encrucijada histórica cabe preguntarse quién escribirá el relato que sustituya a la metáfora babélica —sabiendo ya que el mito no cuenta lo que sucedió en el pasado sino lo que ocurre en el futuro— y cuál será el castigo reservado a quienes consigan poner su trono por encima de las estrellas2 (¡y volar por encima de las nubes!). Cómo será la fábula de la nueva transgresión —la fantasía del transhumanismo—, la locura de la ambición despótica y distópica y el remordimiento corrosivo que atormentará a los constructores de la nueva era.


Es probable que el escritor elegido imite el procedimiento narrativo que dio consistencia al relato de Babel. Así como el autor del Génesis evocó el zigurat de Etemenanki y la soberbia de los ingenieros palaciegos para escenificar el límite de lo humanamente aceptable, nuestro contemporáneo deberá encontrar un relato, una imagen, un argumento, que haga verosímil la dispersión psicótica de los humanos aterrados.


Es factible imaginar que el narrador del colapso civilizatorio encuentre en las investigaciones botánicas el más elocuente, deslumbrante y pedagógico de los casos ejemplares. Los biólogos y micólogos han observado el comportamiento del Ophiocordyceps unilateralis con el asombro que producen las desconcertantes articulaciones de la naturaleza. 


El caso en cuestión trata del hongo que organiza su vida alrededor de la hormiga carpintera. La acecha para infectarla, instalarse en su cuerpo y gobernar su comportamiento. El hongo la despoja de su miedo instintivo a las alturas, la saca de su hormiguero y la lleva allí donde el hongo quiere vivir: en la cumbre de las plantas más altas. El micelio obliga a la hormiga a anclarse con sus mandíbulas en la nervadura principal de la hoja y cose sus patas a la superficie de la planta. El hongo se expande en el interior de la hormiga como un órgano protésico, invade sus cavidades corporales, se enreda con sus fibras musculares y segrega las sustancias químicas que controlan su sistema nervioso central. Finalmente, el hongo devora el cuerpo de su huésped y hace que brote un tallo en su frente de tal modo que las esporas caigan sobre las cabezas de las hormigas que pasan por debajo.


El patrón biográfico de la hormiga carpintera anticipa la figura del ser humano infectado por el hongo que gobernará su mente, su voluntad y sus actos. El cíborg y el híbrido transhumano que se quiere fabricar mediante injertos y prótesis encontrará escrito, antes de perder el último aliento de su conciencia, el relato mítico de su destrucción. La imagen del hombre despojado de sus atributos por el instinto maquinal de un huésped homicida ilustrará el final de los humanos trastornados por la pérdida del sentido oculto en el reverso de las palabras.”

martes, 20 de junio de 2023

FELIPE B. REYES

 


ARTHUR H. CLOUGH

 NO DIGAS QUE ES INÚTIL LA LUCHA



DANTE G. ROSSETTI

 LUCES REPENTINAS



REGRESO A HOPE GAP

Quisiera recordar algo que conviene tener presente a la hora de ver una peli o leer una novela o un cuento. Willian Nicholson ha imaginado primero y construido después, a partir de su biografía, una experiencia creativa, es decir, una película que ha titulado Regreso a Hope Gap. El espectador (o el lector en su caso) no puede hacer menos, al ver la película. Ha de imaginar primero y construir después, a partir de su biografía, una experiencia creativa, es decir, ha de construir su mirada o el esbozo de su mirada (no un chascarrillo, o una improvisación) sobre la peli, si quiere comprender algo y hacerlo luego inteligible a los otros espectadores. Eso es, a mi entender, la razón de ser de una tertulia de cine o de literatura. 

Toda narración está basada en la experiencia existencial, no en la biografía personal. Experiencia existencial es lo cada cual hace con su biografía personal mas las biografías ajenas más la imaginación, no tiene porque haberle ocurrido directamente. Así mismo el director de Regreso a Hope Gap hace su película inspirada en la separación de sus padres, experiencia existencial, que no es igual a la separación de sus padres tal y como ocurrió en su biografía personal, que serían los datos históricos y psico-sociológicos. El espectador al ver la película, que es con lo único que se relaciona, lo que hace es contraponer su experiencia existencial con la del director Nicholson, no es, por decirlo así, un careo de anécdotas sobre sus biografías personales.


Aunque en el arranque de la película queda claro al espectador quien le va a contar la historia, sin embargo la siguiente secuencia a ese arranque puede invitar a la confusión debido a la forma y, sobre todo a la intensidad con que está contada. Una intensidad protagonizada por la conducta de la madre del narrador, que puede hacer olvidar al espectador que esa puesta en escena es una decisión que él ha tomado y que considera necesaria para lo que nos quiere contar a continuación. Un “olvido” que solo declina en la escena final de la película, cuando el hijo-narrador le recuerda de nuevo al espectador que es él quien tiene la autoridad sobre lo que acaba de contar, invitándole a que cierre el círculo de comprensión volviendo a ver la primera escena, en la que se presentó cuando era un niño jugando con los animalitos que quedan entre las rocas de Hope Gap, después de ser batidas por las aguas del mar; en la orilla, de espalda a los hermosos alcantarillados blancos del lugar, la cámara, en un alarde de unir la vida como flujo continuo, nos enseña la figura actual de su madre, la primera mujer entre las mujeres, que junto a su padre, el primer hombre entre los padres además de maestro y juez, les han mostrado por delante el horizonte de inteligibilidad ante el que ha vivido su existencia hasta ahora que se separan. Todo este final reforzado o ensalzado con el poema de Arthur Hugh Clough, No digas que es inútil la lucha, recitado por la voz en off del hijo narrador.


El que el hijo-narrador haya elegido este momento de su vida, 29 años, para narrar los días que siguieron a la separación de sus padres en lugar, por ejemplo, de narrar lo mismo desde una edad posterior, más madura y serena siendo ya padre, da al espectador la pista desde donde debe mirar la película. Ese lugar y ese tiempo no son otros que la casa donde ha vivido durante sus años de infancia y primera juventud, y el momento en que su padre le dice a la madre que la deja porque se ha enamorado de otra mujer. El lugar y el momento entre los que construyó el horizonte de inteligibilidad que hasta ahora le había servido para estar en el mundo, se rompe de repente. Pero no sabe por qué, y es eso lo que quiere saber, si esa es la razón y hasta donde de que su vida se encuentre también en un callejón sin salida. Esa coincidencia entre la crisis de sus padres y la suya propia se encarna en el narrador en el impulso vital que lo anima a contar, mejor dicho, a comprender existiendo, algo que no había hecho nunca hasta ahora, a sus 29 años. De pronto, y sin previo aviso, entra en el mundo adulto. Este comprender existiendo es, a mi entender, la unidad que da sentido a la historia, que permite al espectador, volviendo a lo que decía al principio, construir su propia mirada sobre la película.


viernes, 16 de junio de 2023

ORIETTE D’ANGELO

 MANTRA (fragmento)



RAQUEL VÁZQUEZ

 INTÉRPRETE DE SILENCIOS (fragmento)



ÁGORA PÚBLICA-EGO PRIVADO

 A propósito de volver a ver la película de Carlos Saura, “la prima Angélica”, una amiga me escribió el otro día lo siguiente:“Yo me pregunto qué ha ocurrido para que se me haga tan difícil imaginar a jovencitas de 16 años conmocionadas por algo así o algo que no sean coachs, redes, etc., etc..”

Las “jovencitas entre 16 y 80 años” de hoy no comparecen y, por tanto, no son visibles o no tienen cuerpo, porque han  cambiado la función política de la conversación cara a cara de antaño por la satisfacción narcisista de conexión individual online con todas las caras del mundo. Han cambiado el Agora pública por su Ego privado. Para decirlo en términos griegos, han dejado de hacer comunidad libre de ciudadanos iguales en la polis para auto-en-redarse o auto-en-cadenarse gustosamente al mundo mediante un click, sin tener que correr el riesgo de salir a la calle a hacer actos onerosos de protesta. Nunca el movimiento esclavista internacional, MEI, estuvo tan contento y agradecido. No solo no comparecen, sino que entre 16 y 80 años todos los “jovencitos” son iguales. Nunca las corporaciones tecnocientíficas y financieras, CTF, se frotaron las manos con tanta fruición, pues su cuentas de resultados están aseguradas en lo que queda de centuria, al menos.


Así lo sugiere Sherry Turkle en su libro ‘En defensa de la conversación’. Hablar cara a cara es comprometerse. Enviar un mensaje es un acción de bajo riesgo, dice Jonás un “jovencito de 16”, en el libro menciono.

BLOOMSDAY

 Hoy se celebra el Bloomsday en Dublín. Día grande en la capital irlandesa.

El 16 de junio de 1904, es el fecha en que transcurre la peripecia vital de Leopoldo Bloom en el ‘Ulises’, de James Joyce. Transcurre pensando, mientras va de aquí par allá, sobre los asuntos de su vida y sus derivadas. Transcurre, mas de cien años después, como la peripecia vital de cualquiera de nosotros. Lo que pasa es que todavía no nos hemos enterado, ya que entendemos nuestra propia peripecia vital como estar hablando siempre con nosotros mismos.


Parafraseando al autor irlandés: si no podemos cambiar el mundo, que siempre nos viene muy grande, cambiemos al menos de conversación, que si está a nuestro alcance. De eso va el Ulises. Nada más y nada menos.

miércoles, 14 de junio de 2023

ANTONIO MANILLA

 COMO EL VINO



CRISTINA SÁNCHEZ-ANDRADE


 

EDGARDO DOBRY

 


CLUB DE LECTORES 6

Las instituciones, los escritores, las editoriales, los bibliotecarios, los profesionales del poder, como no, los basureros, los famosos, los farmacéuticos, los médicos del corazón, los psiquiatras del cerebro, en fin, cualquiera que quiera quedar bien ante los suyos, usa y abusa de la palabra libro y lectura de una forma planetaria. Solo equiparable, pero no superable, por la del cambio climático. Y, sin embargo, nunca antes se publicó tanto y nunca antes se leyó como el que se bebe un café cada mañana o como el que tiene el dedo pegado a una tecla.

Que sea un lector concreto el que con anticipación se comprometa a presentar y a desarrollar, ante una tertulia estable, la experiencia de su lectura del cuento en cuestión es, a mi entender, un acto mas dinámico y creativo, más inspirador, diría yo, que todos los anuncios de publicidad antes citados. Pues que sea siempre el mismo lector tiende a la rutina, y que sea cualquiera sin previo aviso y sobre la marcha puede acabar en el desinterés. 


Esta manera de asistir a “la tertulia de los cuentos” produce una mejor complicidad imaginativa entre el que se compromete a desarrollar su lectura con anticipación y las expectativas que ello genera en los otros lectores que lo quieren acompañar. En fin, esta manera de afrontar la tertulia nos permitirá saber, a mi entender, qué tipo de lector es cada cual y qué tipo de lector quiere ser, a saber, lector ingenuo, lector autoayuda, lector snob, lector ideológico y lector complejo. Y cuanto tenemos que aprender al leer juntos. No debemos olvidar que para los griegos antiguos la belleza era siempre superior a la muerte. Mataba a la muerte. No deberíamos ser indiferentes cuando se nos concede esta oportunidad. Ya veis.

viernes, 9 de junio de 2023

BELKYS ARREDONDO

 


ANTONIO MANILLA

 COMO EL VINO



ACTIVISTAS Y ESTADISTAS

Desde la aparición del smartphone en 2007, momento fundacional de la humanidad en el que sus miembros decidieron prestar su inteligencia a una máquina, hasta la aparición en 2023 de la inteligencia artificial IA, en el que la máquina de marras ha decidido ir a su bola, eso dice, han pasado dieciséis años, durante los cuales la antigua relación entre activistas y estadistas, los dos oficios que encarnan el quehacer humano público en la modernidad, ha adquirido una actualidad lamentable. Por decirlo rápido, los activistas mueven la olla de la vida y los estadistas le ponen diques para que no se desborde. Platon y Aristóteles, como siempre. Ya te digo, me susurra al oído Galileo, el loro de mi vecina que provisionalmente vive en mi casa, un gran defensor de la torpeza lingüística de su gremio, que contrapone con orgullo ante los nuevos humanos, etiquetados como inteligentes artificiales. Entre medias de esas dos fechas el sujeto moderno dio el empujón que le faltaba hasta convertirse en un sujeto fallido, como ya he dicho en otras entradas. Sus etapas bien pueden señalarse en paralelo a las propias del lector de novelas, pues no en balde la vida humana no es otra cosa que un folletín de un loco contado por entregas a un idiota. Menos lobos, dice Galileo, intuyendo por dónde quiero caminar y, comprobando al mismo tiempo, que no le daré velas en este recorrido. Veamos. Al lector ingenuo en la literatura le corresponde en la vida el sujeto ingenuo, que nació al mismo tiempo que la democracia, y se creyó a pies juntillas que todo lo que estaba escrito en los papeles de la Constitución eran de obligado e inmediato cumplimiento. Pronto se dio cuenta donde se había metido y empezó a pedir recetas en plan autoayuda, lo que lo convirtió en un sujeto-lector antivida y aliterario. La moda de la autoayuda acabó por resultarle insatisfactoria, siendo así que dio el paso para convertirse en un sujeto-lector snob, un tipo que siempre está de vuelta de todo sin haber ido antes a ninguna parte, un tipo que entiende la vida y la literatura como un disfraz. Es así como los activistas y los estadistas, antaño adversarios necesarios, se han hoy convertidos en caras de la misma moneda, a saber, la razón del enfrentamiento constante amigo-enemigo que teorizó Carl Smith. Ambos han convertido con empeño el espacio público en algo bárbaro y mediocre, más inhabitable cada día que pasa, todo a cuenta del contribuyente privado que cumple como puede las obligaciones del oficio y la familia que ha elegido. Lo que tus digas, dice Galileo, que siempre quiere tener la última palabra.


miércoles, 7 de junio de 2023

CECILIA PAVÓN

 


PAUL CELAN

 DAR LA PALABRA (fragmento)



UNI VERSO

 


LO BELLO Y LO PULIDO

Llegados, como humanidad, a este punto en el que la forma bella tradicional del arte, que convocaba a algo elevado inalcanzable para el común de los mortales, ha cedido su lugar a lo pulido que convoca a toda velocidad sólo el “me gusta” de cuantos más cliks mejor, mucho mejor, lo único que se puede hacer es ponerse en pie y estar dispuestos a andar sobre las horas de cada día (tiempo que perdura), no yendo de bólido detrás de las horas del reloj (el tiempo que se esfuma en cada instante), hasta lograr hacer un camino. Hay cosas cuyas formas nos siguen produciendo emoción a la vieja usanza, como a los antiguos, pero nos sublevamos contra su añeja moral mediante la nueva usanza, como los modernos. Por ejemplo, la guerra, las figuras que padecen injusticias lacerantes, etc. Los usos sociales compartidos son de cada época, pero el corazón es el de siempre y siempre es de uno. Ni es antiguo ni moderno ni burgués ni progresista. Es de uno, siempre, y tiene una ética permanente, no una moral contingente o de época. Los usos sociales se cambian, y esta bien que así sea, pero las emociones del corazón de uno no lo hacen, al menos de la manera ni al ritmo que marcan los usos sociales. Podemos “respirar” de muchas manera pero el corazón siempre es el mismo, siempre late igual. En el mundo de afuera hay muchos corazones latiendo pero en el mundo de uno solo hay un corazón. Ese camino aludido debe ser el lugar de encuentro de todos esos latidos, para compartir una conversación común sobre las horas de cada día. Y a ver qué pasa. Eso es todo. Por tanto, no debemos avergonzarnos de tener un corazón de siempre y unos usos sociales modernos a la moda. De otra manera, aunque parezca un contrasentido, no habríamos llegado como humanidad hasta hoy.


viernes, 2 de junio de 2023

SELENA MILLARES

 ÍCARO (fragmento)



SAMUEL T. COLERIDGE

 A LA NATURALEZA



PENSAR Y SENTIR

 Como dijeron los griegos antiguos, las emociones se purifican en contacto con lo inefable, con lo que no tiene ni media palabra ni te la dice ni se la espera: así se comporta el amor, por ejemplo. Se lo dije a Eladio Arqués, uno de veintinueve que quiere volver a los veinte porque le da miedo cambiar de década. No hay adanismo que valga, ni atajos. También se lo dije a Sancho I, el monclovita. Los sistemas complejos como la mente humana y la democracia son, también y en parte, constitutivamente sistemas inefables. No pueden funcionar bajo el palio del mecanicismo más rancio, como si formaran parte de los clientes de un taller de coches, les dije al uno y al otro para entendernos. La mente humana y la democracia se resisten a esos mecanicismos, funcionan más por herencia, por asociación con sus partes, por azar. La mente humana y la democracia, en la medida que esta última es una construcción de la mente humana, tienen algo de inefables y solo la convicción de que otras mentes pueden tener razón salvará a la primera de caer en la locura y a la segunda de dejar paso a los totalitarismos de todo tipo. Del cuerpo humano, como dice Arsuaga I, el de Atapuerca, no sabemos casi nada, sigue siendo un misterio, por no saber no sabemos por qué tenemos el culo y el cerebro. Otra cosa es la obsesión por el poder y la obediencia debida que impone, le dije a Sáncho I, el monclovita. Y el alarde constante de su banalidad. Eso también y todo lo anterior, se lo dije en su cuenta de twiter. 

Pensar el sentimiento y Sentir el pensamiento. Al hablarles así les estoy pidiendo a los lectores que se manchen con lo que no entienden, fuera ya del ámbito de su inefabilidad de lo natural. Les estoy pidiendo que entren en la polis, teatro de la finitud y de la mortalidad, y ocupen su lugar desde donde ver su mundo y ver el mundo de los otros. Les estoy enfrentando al dilema de civilización (polis) o barbarie (gineceo entre algodones o fuera de la polis). ¿En qué quedamos y dónde nos vemos?