martes, 3 de noviembre de 2015

LEER ALGO O LEER A ALGUIEN. IR AL CINE O VER UNA PELICULA

A propósito de una conversación que mantuve el otro día con unos amigos, traigo a colación estos dos dilemas habituales en nuestra vida cotidiana, mas algunas preguntas que allí quedaron en el ambiente. Preguntas que surgen de la curiosidad, no exenta de sus dosis de inquietud y angustia, que me estimula el saber que nuestra vida cotidiana no es un estar meramente Ahí.

¿Debe, o no, haber contigüidad en nuestras conductas, a la hora de resolver los dilemas mencionados? O, por el contrario, ¿se tiene que producir necesariamente un salto? ¿Un salto en nuestros conocimientos o un salto en nuestra conciencia? ¿Hacia la universidad, si es el primer salto, o hacia algún tipo de "abismo o paraíso", si fuera el segundo? Dicho de otra manera, ¿qué salto tenemos que hacer que nos conduzca desde todo aquello que tenemos al alcance de nuestros bolsillos como producto intercambiable (leer algo o ir al cine), hasta lo que funciona como particular y eterno al mismo tiempo, pero que está muy lejos de la conciencia habitual de nuestra vida cotidiana (leer a alguien o ver una película)?

Y para acabar, dado que todos sabemos que lo que es producto fungible y
 lo que es eterno, no existen en nosotros por separado, ¿cómo y en qué medida conseguimos hacernos fiables y creíbles ante los demás en estos menesteres, si es que ello pudiera llegar a ser fuente de nuestras preocupaciones y prioridades?