jueves, 8 de febrero de 2018

TENÍA UNA VIDA Y ELEGÍ MIL MÁSCARAS

Este año que los dioses han querido que en el calendario de los hombres las fanfarrias de los carnavales alcancen hasta el día de san Valentín, te dejo este poema del más veterano de los holandeses errantes, Cees Nooteboom, sacado de una antología de sus escritos titulada “Tenía mil vidas y elegí una sola”, y que como puedes comprobar yo he cambiado, como no podía ser de otra manera, para celebrar la ocasión de esta coincidencia cósmica. 

El poema dice así,

Éste es el diálogo más antiguo de la tierra.
La retórica del agua
estalla sobre el dogma de la piedra.

Pero en el final invisible 
sólo el poeta sabe cómo acaba.
Moja su pluma en las rocas
y escribe en una mesa
de espuma.