viernes, 1 de abril de 2016

UN LUGAR EN EL MUNDO

¿Se puede dar la vuelta al mundo varias veces y no enterarse de nada, o de casi nada? Se puede. ¿Se puede ir cada día a cumplir con las obligaciones laborales y de las otras, y volver a casa con el mundo entre las manos? Se puede. Contra todo pronóstico, se puede. No solo se puede, sino que si no sucediera así, si cumplidos un numero determinado de años, mas o menos viajados, siguiéramos sin descubrir las perspectivas y sombras diversas que nos muestra la luz que cae sobre “la bahía” que vemos cada día o el significado oculto de “la ciudadela” donde, protegidos, vivimos y trabajamos, mas pronto que tarde se nos aparecerá la inquietante sospecha de que hemos vivido en balde. De que hemos leído aviesamente los renglones que forman, y conforman, la novela de nuestra existencia.