miércoles, 13 de abril de 2016

¿QUÉ ES LO QUE QUEREMOS, TENER LA RAZÓN O SABER LA VERDAD?

Lo que me parece mas interesante del itinerario de Martin Eden es comprobar como se cumple la aseveración siguiente: la única manera de acceder a la verdad de la vida no es, como pudiera parecer lógico y razonable, viviendo con intensidad la propia vida, sino a través de la experiencia de la ficción. ¿Por qué? Porque la verdad es mas inquietante, perturbadora, misteriosa, inabarcable que la razón. Porque en la vida se puede, o no, tener razon, pero no se puede tener la verdad. Porque en la ficcion ningún lector tiene la razón, pero aspiramos conjuntamente a la verdad. No es un galimatías, pensemos un momento en ello. 

¿Cómo se lee la novela de Martin Eden? Mediante la razón de la vida, es decir, los saberes ajenos, enfrentados a mi saber, para ver quien tiene la razón, o para ver como la partida queda en tablas. O mediante el diálogo con los demás lectores tratando de buscar la verdad: desde mi ignorancia (no saber) preguntando con ahínco a las demás ignorancias (no saberes ajenos), a ver si al final podemos saber algo mas, conscientes de que ese esfuerzo no nos permitirá saberlo todo. La verdad siempre es escurridiza, por eso no es la razón.

Todo lo anterior viene a cuento de lo siguiente. En el capítulo III Martin Eden abandona deslumbrado la casa de Ruth, donde ha (hemos) conocido a la familia de la chica y se dirige a su casa donde conocemos a su familia. Los siguientes capítulos lo vemos deambular en ese ambiente, lo que permite al lector saber donde vive Eden. Hasta el capítulo seis en que lo vemos entrar en una biblioteca. ¿Cómo nos relacionamos, cómo leemos con Eden a partir de ese momento en el que ya sabemos cual es la situación de su vida presente? Con la razón de la vida: chico pobre que aspira al mundo de los ricos. Chico que se desclasa, es decir, que se desquicia, se sale de su sitio mientras intenta entrar en el sitio de los otros, que piensa que es mejor. Lo expresa así: "quiero respirar una aire como el que usted respira aquí: aire de libros, de cuadros, de cosas hermosas, de gente que habla en voz baja y no a voces, que son limpios y tiene pensamientos limpios". O con el diálogo de la literatura: chico que está hecho un lío, que no sabe (como no saben los lectores), que entra en la biblioteca porque es donde se encuentran los libros que le permitirán el acceso al mundo en que se imagina vive Ruth, chico que ahí se siente perdido. Lee confusamente pues no consigue ordenar lo que lee. No entiende nada. ¿A qué Martin Eden hemos acompañado a partir de este momento: al hambriento pero atolondrado lector o al marinero arribista? ¿Cual nos interesa más? ¿Qué es lo que determina el destino de Martin Eden: su mala forma de leer o su ciega ambición? ¿Qué es lo que lleva a qué? Y los lectores, ¿qué es lo queremos, tener la razón o saber la verdad?