sábado, 2 de abril de 2016

SUENA EL DESPERTADOR

Me levanto bien. Quiero decir que he dormido de un tirón. Eso me alegra el humor y hace que las junturas de los huesos no se noten, lo que me hace pensar que tengo quince años. Es efímera la sensación, pero no pienso evitarla. No soy un insomne ideal, de esos que cuando sin saber por qué, o sabiéndolo, en medio de la noche se me quedan los ojos como platos y lo acepto estoicamente poniéndome a leer. Cuando me siento a desayunar en la terraza de siempre, al llegar la primavera me gusta desayunar al aire libre, hoy no hay nadie. Luego llega un tipo que habla solo y es cojo. Dice buenos días pero yo creo que se lo dice a él mismo. Hay gente normal que habla sola. Que te mira y no te ve, y habla sola. La camarera se le acerca y le habla en voz alta. No es sordo, solo es cojo, pero la camarera asocia el hablar solo con la sordera. Pasa lo mismo con los emigrantes. Todo el mundo les habla en voz alta. No se por qué.  Antes de que traiga el café y el bocata he hecho la foto de cada mañana. No se a cuento de qué la hago, pero desde que volví a ver Smoke creo que debo hacerla. En esta primeras horas la variedad étnica de la cafetería es elevada. Me fijo en lo que piden y normalmente no pasa del cafe con un bollo. Pasan estudiantes con los apuntes en la mano. La selectividad esta cerca y la indolencia estudiantil irrumpe abruptamente en el asfalto. No los veo animados. De hecho el entusiasmo no es algo que les sobre a los de secundaria que pasan cerca. Debe estar asfixiado por la arrogancia sugestiva de sus andares. No es lo mismo, aunque ellos tiendan a confundirlo. Nunca nada se hizo sin entusiasmo, ni se llegó a ningún sitio de interés sin humildad. Cuando llegue a la estación, el tren llegará con la puntualidad de siempre. Es decir, a su hora. Es uno de esos que llaman el mochilero y desde hace un año no ha fallado nunca a su cita matinal conmigo. Pienso que si este tren puede llegar a su hora, parando en todas las estaciones por donde pasa, no todo está perdido. La puntualidad en el servicio del ferrocarril es un indicador de seriedad y progreso.