miércoles, 28 de septiembre de 2016

VER O MIRAR

De los humanos se espera la capacidad de sacrificio, disciplina y de servicio público. No la ira. La ira es un atributo de los dioses. El sufrimiento nos apega a la tierra. No hay que desesperarse jamás. Ya que en medio de la noche siempre puede volver a retumbar esa pregunta inclemente de la filosofía, ¿por qué hay algo y no mas bien nada?

Pareciera un protocolo contra la justicia y la libertad. Yo más bien creo que lo es a favor de la imaginación. El que debiera seguir la mente humana al encuentro con la existencia. Es lo que nos quedaría, por decirlo de forma brusca, si nos fallaran los sentidos. Esos sensores con los que creemos recibir a la vida, dejando a la mente, nuestros verdadero universo sensible, en barbecho. Sentimos a través de los sentidos, cierto, pero el sentido de todo eso que sentimos, los sentimientos, se produce mediante el uso adecuado del pensamiento, que tiene lugar en nuestra mente. Como dijo Antonio Machado: “El ojo que tu ves no es ojo porque tú lo veas es ojo porque te mira”.

Por todo ello y por todo lo demás les recomiendo el libro de Helen Keller, “El mundo en el que vivo”. Cierren los ojos, tápense la nariz y los oídos, y escriban sobre lo que vibra en el exterior y sobre el contacto con las manos ajenas.