sábado, 19 de octubre de 2019

PÉRDIDA Y DUELO

“No hay que engañarse: uno nunca está preparado para la pérdida, al menos no preparado del todo. Sin embargo, el duelo por la muerte de un ser querido, por el abandono o por la separación, por las mudanzas de uno u otro tipo que sobrevienen en la vida exige de nosotros respuestas que no agudicen el dolor o que lo hagan crónico. Exigen de nosotros capacidad para dar y recibir consuelo, para asimilar, para aceptar. En fin, una cosa es el dolor y otra es el daño. El primero es inevitable y del segundo somos los causantes.”