miércoles, 23 de octubre de 2019

LOGROS NUNCA VISTOS

Constata el Destinatario la manía que se ha puesto de moda, aprovechando la victoria en las redes sociales del Yo algorítmico sobre el Yo psicoanalítico, o lo que es lo mismo, la victoria del número sobre la narración. A partir de esa victoria ha crecido la creencia de que uno puede visitar impunemente, pongamos, el siglo XVII y enmendar o juzgar y condenar la vida de quienes allí vivieron, a la luz de un modelo que ha surgido de los focos de un presente volátil. El ejemplo más paradigmático siempre es el mismo, a saber, negar la vigencia de la filosofía de Aristóteles porque el estagirita apoyaba la existencia de la esclavitud en el tiempo que le tocó vivir. La pugna, al entender del Destinatario, tiene que ver entre decir la verdad o el interés ideológico por denunciar la infelicidad de la humanidad, concretada en cada visita que el denunciante hace al pasado. La verdad tiene que ver con decir la totalidad entera, si no se puede decir, porque no es un atributo humano, ¿es lícito usar la ideología como sustituto, como habitualmente se hace, y decir que esa es la verdad y toda la verdad a sabiendas de que la ideología solo se hace cargo de una parte de la totalidad? ¿No es más lícito asumir la indecibilidad de la verdad, y ver las palabras como la huella o estela que deja aquella en esa huida o alejamiento que provoca nuestro alcance indecible? ¿No es más honesto, en fin, aprender a dialogar con esa indecibilidad y hacer de ello la única verdad humana posible? ¿Con cuanta ideología manipuladora debo tratar para seguir vivo? ¿Cuanta verdad puedo soportar para seguir siendo un ser humano? El caso fue que al destinatario lo invitaron, vía correo electrónico, a una conferencia en la que la ponente, una escritora de cierto prestigio, iba a hablar, dentro del ciclo “ni tantos genios ni tantas musas” organizado por una institución sin ánimo de lucro que está vinculada a una entidad bancaria, sobre la relación entre su madre y su padre. El padre fue un discreto investigador científico en el campo de la física teórica y la madre una entregada activista a la causa de la paz en el mundo. En un principio, la encargada de poner en marcha el ciclo de conferencias quería que la ponente hablara de la relación que tuvieron una pareja de afamados escritores del siglo pasado a lo largo de su vida privada e intelectual. Ella, a cambio, le ofreció escribir sobre sus progenitores pues los conocía mejor que aquellos. Lo que en resumen vino a decir la ponente, dice el Destinatario que asistió en directo a su conferenciante, fue que aunque los logros de su madre nunca fueron vistos, o vistos del todo, si los comparaba con los de su padre, a ella siempre le parecieron más verdaderos. Hacerlos más visibles a la luz urgente del ahora, los haría más ideológicos o interesadamente manipulados en detrimento de su veracidad, que como toda verdad permanece en su totalidad alejada o huida de la comprensión del ser humano, de cualquier ser humano de cualquier época o condición. Pues solo puede llegar acceder a ella de forma parcial, aunque es mejor que no venga avalada o motivada por ideología alguna.