lunes, 12 de diciembre de 2016

UN LIBRERO

Mientras que el dinero - al que muchas personas que lo poseen en cantidad suficiente como para no tener que padecer las penurias de no ver satisfechas necesidades inaplazables, pero que se encuentran deprimidas, alicaídas, indignadas,... continúan, a pesar de ello, empeñadas en no otorgarle la inteligencia que se merece - siga optando, tal vez debido al despecho, por darle la espalda o ir contra los libros serios y exhaustivos, el librero de mi barrio dice que se encierra en su despacho con la calculadora, para buscar remedios a los estropicios que le está causando a su pequeña librería.