miércoles, 7 de diciembre de 2016
¿PARA QUÉ?
Una multitud coloreada y alegre bailaba a su alrededor oculta tras sus disfraces. Llevaba toda la semana despertándome en mitad de la noche agitado, preso de una excitación inusitada, poniéndome a recordar aquel sueño y esperando a que amaneciera con una incontrolable impaciencia. Era el sólido vigor de sus movimientos lo que me impedía volver a dormirme. Levantarme, entonces, ¿para qué?, me repetía sin parar. Para ver los rostros pálidos de cada uno de mis compañeros de oficina. Para tener que aguantar la exactitud gaseosa de sus palabras y sus andares. Libertad, ¿para qué?, continuaba, cuando ya empezaba a clarear. Prefería el ámbito vigilado de su reserva, donde aquella multitud danzaba sin desmayo.