jueves, 20 de octubre de 2016

EN BLANCO

Mi tía consiguió su anhelada peluca, pero no impidió que todo el pueblo la siguiera culpando de la muerte de su marido, es una mujer egoísta, sin compasión hacia sus hijos. Donde vivo ocurren cosas así. Vivo en el campo. El otro día escuché lo de la señora de la peluca al vecino de al lado. Al llegar a casa un saltamontes se puso encima de mi ordenador. Le grité y no me hizo caso. Como la señora de la peluca a sus hijos. Como la historia que intento escribir desde hace un año. Ocurren muchas cosas, sí, y palabras que viajan a donde no llego.