Comienzo leyendo la contraportada. Dice así: “Julius, un joven psiquiatra nigeriano residente en un hospital de Nueva York, pasea por las calles de Manhattan. Caminar sin rumbo se convierte para él en una necesidad que lo libra de las constricciones de su trabajo, i que le ofrece la posibilidad añadida de abrir su mente a un fantaseo entre la literatura, el arte o la música y sus relaciones personales, el pasado y el presente. En sus paseos, explora cada rincón de la ciudad. Pero Julius no solamente recorre un espacio físico, sino que también frecuenta otro, en el cual se entremezclan una cantidad de estímulos que lo interpelan”.
No tengo que insistir mucho para darme cuenta de que Julius puede ser cualquiera de nosotros. Todos tenemos un trabajo que nos constriñe, y en el peor de los casos nos estriñe, bien es verdad que a unos más que a otros. Todos tenemos un mente dispuesta al trato - a favor o en contra, o con total indiferencia -, entre la literatura, el arte, la música, el mercado, los bares, la suciedad, la limpieza, los arboles, los animales, el cine, los niños jugando y los ancianos caminando en los parques, los carteles de publicidad, los coches, los aparcamientos, la iluminación de las calles, etc... y nosotros mismos y nuestro entorno. Todos tenemos una mente dispuesta para tratar con la fuerza transformadora de la imaginación y la curiosidad. Todos tenemos un pasado y un presente. Todos vivimos o trabajamos, o lo hemos hecho, en una ciudad. Todos tenemos dos piernas y, de una manera u otra, cada día paseamos. Vamos de aquí para allá. De un lugar a otro. En fin, todos vivimos como podemos, en algún sitio o en otro.
En su momento cumplí con bastante disciplina la siguiente guía de lectura.
1. No me distraje con otras lecturas. Leí, y releí, lo que le pasaba a Julius en sus paseos, y, sobre todo, puse mucha atención a lo que hace con lo que le pasa.
2. De inmediato lo contrastaba con mi experiencia de paseante. Se trataba de recoger ese momento y lo importante de su esencia, y no dejarlo pasar: un buen paseante no busca, encuentra. Haciendo de inmediato las asociaciones no previstas y las similitudes infrecuentes. Leer es asombrarnos y dar a conocer a los otros los efectos de ese asombro, para que ejerzan su derecho a lo mismo. Leer es encontrarse con lo asombroso de una lectura y decir algo sobre ello al contrastarlo con la propia experiencia, justo porque nos sentimos asombrados: si un atardecer de otoño una dama de noche en nuestro jardín implora a un viajero. Leer es ponerse al día con la propia experiencia, que no tiene porque coincidir con la biografía.
3. Utilicé la palabra, la imagen, el dibujo y el sonido, utilicemos todo al mismo tiempo, para dar cuenta de eso que nos imaginamos al pasear, en contraste reverencial con la lectura o la relectura de la novela de Teju Cole. Por ello recomiendo no separarse del libro mientras se está leyendo. En cualquier momento puede saltar la imagen, el sonido, la palabra que haga poner en alto nuestro asombro. La lectura funciona, no lo olvidemos, con efecto retardado y por sintonía. Es cuando aparece la necesidad de la escritura.
No se me ocurre otra manera más eficiente y provechosa de leer este libro de Teju Cole, para entender mejor como es el latido de una ciudad abierta. En la que estadísticamente todo puede llegar a cuadrar y ser, por tanto, explicado, pero que desde los sentimientos que afectan a sus ciudadanos no deja de complicarse de manera intermitente, tendiendo a ser ininteligible. Carente de todo sentido.
La lectura será roma si leemos en plan: “bueno esto en fin lo que quiero decir es que esto va de un joven psiquiatra nigeriano que se llama Julius y es residente en un hospital de Nueva York y que pasea por las calles de Manhattan y que tiene muchas emociones. Eso pienso que en el libro hay muchas emociones y bueno no se en fin yo creo que el libro es un palo pero no me ha desagradado del todo aunque ya digo eso se podía decir en menos páginas y es que lo quiero decir bueno si ya se creo que el libro es difícil no se si me explico lo que pasa es que el narrador no sabe lo que quiere eso yo creo que sale a pasear porque le va mal en el trabajo bueno es que es Nueva York y ya se sabe como son los americanos y todo eso y tal y tal”.