martes, 9 de junio de 2020

VOLVER: ¿A DONDE?

Conviene no olvidar que todo viaje acaba siempre en el mismo sitio: el lugar de donde se ha de volver. Estábamos acostumbrados a volver de viaje a casa, no a volver del viaje desde casa. El caso es que en esta ocasión nuestro viaje empezó un día, hace casi tres meses en nuestra casa, pero, sin abandonar ni un día sus cuatro paredes, acabará cuando volvamos a salir a la calle dentro de la nueva normalidad, que las voces autorizadas pregonan a todas horas. Os dejo dos citas con las que me he tropezado esta mañana, que me perecen de interés llevarlas en cada uno de los hemisferio del cerebro o de los pliegues del alma (según la filosofia existencial de cada cual), una vez que todo lo del virus de marras acabe y empiece la vuelta a la nueva normalidad, que no será otra cosa que salir a la calle normalmente como nunca antes lo habíamos hecho. 
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Aristóteles: “No es bueno que cada ciudadano se considere a sí mismo como cosa propia: todos deben pensar que pertenecen a la ciudad porque cada uno forma parte de la ciudad”
Heinrich von Kleist : “Para ser hombre verdadero hay que estar lejos de los hombres”. 
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Si os fijáis las palabras del filosofo griego, que fueron dichas dentro de la cosmovisión antigua del mundo, hoy inexistente, evocan algo que no ha existido nunca. Mientras que las palabras del poeta romántico alemán, dichas dentro de la cosmovisón moderna a la que nosotros pertenecemos, transmiten una hostilidad entre lobos y hombres, que no deja de amenazarnos desde siempre.
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No obstante ante la cita de Aristóteles cabria preguntarse, ¿a qué ciudad debería pertenecer ese ciudadano para ser merecedor de tal nombre? Y ante la cita de von Kleist cabria también preguntarse, ¿qué distancia entre los lobos es la más apropiada para que un solo hombre llegue a ser verdadero? 
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En fin, ¿a qué lugar debemos regresar, después del viaje dentro de nuestra casa, para poder medir esa distancia con la certeza de no equivocarnos nunca? ¿Sería a la ciudad que solo existe en la imaginación de Aristóteles? ¿O seria a una ciudad sin toda la “inteligencia” que tiene incorporada la de hoy en día, tal y como puede que la imaginara von Kleist?