martes, 21 de mayo de 2019

PALABRAS XXI

Uno. Fíjate que el trato con las palabras, a estas alturas de la andadura de la humanidad, se produce mediante las tres acciones siguientes: creer lo que dicen las palabras, comprobar lo que dicen las palabras y leer lo que dicen las palabras. Dicho de otra manera, el trato con las palabras se produce a través de la religión, la ciencia y la literatura. Te lo digo así, como si hiciera un acto diseccionador de  nuestra manera de tratar con las palabras (al igual que un profesor de anatomía disecciona las partes del cuerpo humano, para mostrar a sus alumnos de que estamos hechos los seres humanos al otro lado de la piel), pero en realidad esas tres formas de tratar con las palabras se conjugan de forma conjunta en nuestra forma de hablar habitual, únicamente los distingue nuestra experiencia. 
Dos. Por otro lado fíjate cómo todo el mundo acepta con la Fe del carbonero (no mediante la razón científica) el postulado de la ciencia que dice, por ejemplo, que la tierra se mueve, aunque nuestro sentido común nos dice, pues así verdaderamente es como lo sentimos, que la tierra está quieta, que lo que se mueve es el sol y la luna. Esta en la naturaleza del ser humano ir más allá de lo que decide que es el sentido común, es decir, de lo inmediato, lo cual genera por una parte progreso y por otra inestabilidad constante. Y eso es así ya sea en los asuntos científicos, como en los asuntos sociales o políticos, como en los asuntos de nuestra intimidad: los sentimientos. Es decir, está en la naturaleza del ser humano resquebrajar lo inmediato y ver lo que lo inmediato oculta, ver las falsedades con que nos cubrimos para vivir cada día. 

Tres. Entonces, si está en tu naturaleza rasgar el velo de las falsedades que te ocultan cada día, ¿por qué mediante esa experiencia no consigues discernir el trato que tienes con las palabras? ¿Por qué cuando lees, a veces parece que crees en lo que has leído, a veces parece que quieres comprobar lo hay fuera de lo que has leído a ver si concuerda con ello? En fin, ¿por qué cuando, al querer leer más allá de la literalidad o inmediatez del texto, a veces te sales de su campo narrativo, a veces te enrocas más si cabe alrededor de tus falsedades?