martes, 26 de julio de 2016
MESA PARA TRES
A mí nunca me han pasado estas cosas, porque estas cosas en tu vida y en la mía no han sido así y, bastante a menudo, ni siquiera han sido esas cosas. A continuación de soltarle esta perorata, colgué el teléfono y dejé a mi hermano con la palabra en la boca. Estaba harto de escuchar sus lamentos. Había enviado el cuento al concurso anual que convoca el ayuntamiento, y me dio por enviarle una copia. Maldigo el día en que tuve semejante ocurrencia. No se a cuento de qué pensé que podría ayudarle en su obsesión paranoica. Vano intento. Desde que tengo uso de razón no deja de echarme en cara que yo soy el preferido de mi madre. ¿Por qué ese título de "Mesa para dos"?, ¿por qué no lo titulaste "Mesa para tres"?, me espetó al otro lado del auricular. Porque quería entender lo que mamá nos contó a los dos tantas veces, que se vio a sí misma en los ojos de papá, le respondí. Yo nunca le oí decir esas cosas que has escrito, te lo diría a ti cuando yo no estaba presente, insistió tozudo.