viernes, 24 de junio de 2022

FRANCISCO PETRARCA

 CANCIONERO 3


Fue el día en que del sol palidecieron 

los rayos, de su autor compadecido, 

cuando, hallándome yo desprevenido, 

vuestros ojos, señora, me prendieron.


En tal tiempo, los míos no entendieron 

defenderse de Amor: que protegido 

me juzgaba; y mi pena y mi gemido 

principio en el común dolor tuvieron.


Amor me halló del todo desarmado 

y abierto al corazón encontró el paso 

de mis ojos, del llanto puerta y barco:


pero, a mi parecer, no quedó honrado 

hiriéndome de flecha en aquel caso

y a vos, armada, no mostrando el arco.