ALGUIEN (fragmento)
Se sientan a la mesa.
Lo tenue de la luz. La llama lenta.
El peso acostumbrado de la carne.
Está cansado.
Sobre sus manos duras,
sin víctima, verdugo y sin memoria,
el barro y el aliento de los dioses,
las ascuas que aún gobiernan su ventana.
Cansado
fatigó el alba, aprendió del frío.
Cansado del sigilo de su cuerpo,
como una llama nunca mengua al darse,
así esparció su sombra por el mundo.