“Decir finalmente que hacer una edición tan cuidada, y por ende costosa, de la Comedia no parece que vaya a ser un negocioso ruinoso porque tiene todo el aspecto de ser uno de esos libros de salida lenta pero de largo aliento. Y al mismo tiempo, en esta época de idiotismo generalizado en la que reina lo insustancial y lo frívolo, es un guiño a la reducida pero incombustible colonia de resistentes que, llámense pequeños editores, libreros de trinchera o lectores pese a todo, mantienen viva la apuesta por la calidad y su compromiso con el viejo y vapuleado: No pasarán. Faltaría más.”