lunes, 11 de febrero de 2019

BUENISMO

Cuando el "buenismo" o “buenrollismo”, o llámese como se quiera a esa enfermedad (que a cuenta y con el cuento de la crisis, ha infectado el alma y el cuerpo de una parte relevante de los ciudadan@s de la sociedad actual), se apodera durante demasiado tiempo de su forma de pensar y, por ende, de su acción política, social e individual, hace que estas acciones se separen irresponsable y peligrosamente de las de la frágil vida en común entre los otros diferentes. Así, enajenados en el genio de sus supuestas “bondades”, un día sin previo aviso la vida que los rodea, y la que los aguijonea por dentro, se ven amenazadas con toda su salvaje intensidad en el centro de la ciudad (como si estuviesen en la selva) por el rugido de lo que llaman la marabunta (nótese que para ellos todo lo que no es buenismo es marabunta). Entonces se cagan de miedo, pues el genio de su “bondad” desconoce de que está hecho ese sentimiento (si es propio de su naturaleza buenista o solo de la cobarde naturaleza ajena) y las consecuencias inmediatas en su vida “bondadosa y feliz”. Pero después de espectáculo callejero la pregunta continúa, ¿por qué estos ciudadan@s creen ciegamente en el genio de sus ilimitadas “bondades” antes que en la duda de sus posibilidades, más bien escasas en número y limitadas en su alcance? ¿No será más bien, (como le pasa al almacenero de la novela de Onetti, Los Adioses), que a solas con sus bondades sin límite (ahora no detrás del mostrador del almacén, sino detrás o delante de sus dispositivos) muestran su desapego o desprecio (según los casos) por lo precario de la condición humana, sintiéndose así superiores a los otros radicalmente distintos descubriendo, con esa distancia, su capacidad de juzgarlos, lo que hacen sin rubor y sin temor a equivocarse, para acabar por último adivinando su fatal destino por no estar en su lado buenista? En fin, todo este extravagante propósito buenista, digámoslo así, ¿no es nada más, al fin y al cabo, que un injerto, o un copia y pega, de sus añoranzas laicas deficientemente ilustradas en la antigua matriz teologal que tanto detestan?