martes, 18 de febrero de 2025

CLUB DE LECTORES 21

 NUNCA PODREMOS SALVAR LO QUE NO AMAMOS

Has desafiado con mayor éxito la fuerza de la gravedad - no te da miedo viajar en avión, ya ves - que la fuerza que te constriñe de los prejuicios y los complejos - rápidamente te envuelves en tu coraza - ante un cuento o una novela en el club de lectores al asistes con asiduidad. Me pregunto, a veces, si algún día serás capaz de llegar a ser un lector comprometido con el cuento o la novela que nos convoque en tanto en cuenta obra creativa. Un compromiso que no lo has de entender como algo que emana de la fe en la ideología social que profeses, digamos, en plan militante o militar, sino como algo que te llama o interpela desde su interior a las puertas de tu intimidad. Como algo que te atraviesa y no te resbala. Si te resbala, que es lo que pienso te pasa la mayoría de las ocasiones, lo mejor es que llames por teléfono al coordinador del club de lectores y justifiques tu ausencia en esos términos literarios, a saber, hoy no podré asistir a la reunión convocada por usted para conversar sobre el-cuento-o-la-novela-tal-del-autor-cuál porque su lectura con la voz del narrador al frente no ha conseguido traspasar el ámbito de mi epidermis. O algo así. Ahora bien, si quieres explicar, siempre es mejor que sea así, sobre si ese rechazo tiene que ver con la dureza de tu piel convertida ya en una coraza impenetrable, o tales asperezas intransitivas son las propias del relato que nos ha convocado, entonces es mejor que no te quedes en tu casa y salgas raudo para participar en el club de lectores. Seguramente la causa de tu rechazo al cuento o a la novela que nos convoca será una misteriosa combinación de ambas durezas o impenetrabilidades. La tuya personal y la de la voz narradora que se quiere comunicar contigo. Llegado a este extremo pienso que también has entrado en el ámbito del compromiso lector y has aceptado su inherente principio de responsabilidad. 


Es el momento de que te hagas la siguiente actividad. La de ponerte delante de la radio o de cualquiera de las pantallas que manejes para escuchar eso que generalistamente se conoce como Noticias, y lo compares con ponerte delante de un cuento de viente páginas. Comparar lo que significa escuchar las Noticias para ver qué pasa en el mundo - este es el dictum genérico con el  que la Peña nombra este acto cotidiano - con escuchar lo que dice una voz identificada o anónima que cuenta, pongamos, el mundo de un jardinero mayor en la Rusia de finales del siglo XIX.  O dicho de otra manera, escuchar las Noticias de los poderes del mundo en comparación con escuchar las palabras del poder del narrador contando el mundo del jardinero mayor en la Rusia finisecular. Siempre me ha parecido encomiable tu determinación, en cualquier momento y lugar, para contar anécdotas salidas del amplio repertorio que posees. Sin embargo, por un razonamiento paralelo y teniendo en cuenta tu asistencia devocional al club de lectores, siempre me ha parecido un acto consciente de autocensura el no ensayar por tu parte, a partir de las lecturas que compartimos, la conversión de todo ese acervo anecdotario en paginas literarias donde reflexiones sobre tu manera de ver el mundo. Como ya sabes, y hemos repetido muchas veces en sede tertuliana, lo importante no es el chascarrillo de la anécdota en la que habitualmente tú eres protagonista, sino que haces con lo que en ella te pasa. Ese que haces con, ya también sabes, es lo que marca la diferencia entre escuchar los chascarrillos del mundo en lo se conoce como Noticias del mundo en general y escuchar lo que dicen las palabras significativas del narrador sobre el mundo en particular del jardinero mayor en la Rusia finisecular, por seguir con el ejemplo que te he propuesto.


En fin, también lo hemos comentado muchas veces, un cuento o una novela no nos convocan para  comentar las noticias del mundo o las anécdotas privadas, que forman los telediarios personales, pues ambas ya tienen sus propios y solicitados espacios - que dicho sea de pasos gozan de una inmejorable salud - sino para crear el espacio y el tiempo desde los cuales aprender a buscar nuestro ser permanente en el mundo. Ese ser que padece el permanente olvido del ego moderno, ocupadísimo en trajinar en aquellos espacios entre las noticias del mundo y las suyas propias. Y vuelta a empezar, como el burro da vueltas a la noria tras el puñado de paja que le han puesto delante. Al fin y al cabo, eso ya lo sabes aunque no sabes cómo lo sabes, compartimos nuestras lecturas para que no se nos olvide lo verdaderamente importante: nunca podremos salvar lo que no amamos.

lunes, 17 de febrero de 2025

CLARA JANÉS

 OYES ESA MÚSICA (fragmento)

¿Oyes esa música
que cruza como luz la oscuridad
mientras la oscuridad gira
y yo con ella?
¡Con qué fuerza
se abre paso
y llega incluso
a mi lugar más remoto
cercado también3 de sombras!
Pero el latido
que brota allí
nadie lo oye.

EL PROPÓSITO DE LA VIDA

 Podía dar altos rendimientos en un bazar oriental de todo a cien, pero no había hecho la carrera de económicas y dos masters para estar rellenado las estanterías de una tienda así. De todas maneras acepté el formulario de Asía Total - ese era el nombre de la gran superficie china - que tenía que rellenar y me comprometí a entregarlo al día siguiente. Al salir a la calle, de pronto, me entró una repentina crisis de fe en el progreso humano, una creencia adquirida el día de mi primera comunión. La vida tiene un propósito me convencí aquel día. Mi compañero de pupitre en la escuela del barrio, Jacinto Ugarte, estaba convencido de ser vasco. Menos dotado de recursos imaginativos, Antolín Ledesma era un forofo del Real Madrid. Entre estas identidades, y otras de menor rango, pasé mi infancia y mi adolescencia.Cuando elegí económicas al llegar a la universidad estaba convencido que Dios había creado el mundo bajo el auspicio de las matemáticas. Días antes de tener la entrevista en la tienda china acababa de ver una película japonesa, donde el protagonista se ganaba la vida limpiando inodoros públicos, lo que le dejaba suficiente tiempo para ganarse su propia vida, según sus propias palabras. La sabiduría que albergaba esta doble manera de sentir la vida, también de procedencia asiática, me hizo pensar de nuevo en el destino que me reservaba la carrera de económicas y los dos másters. Y en el que podía tener si firmaba el formulario de Asía Total.

sábado, 15 de febrero de 2025

MANUEL FRANCISCO REINA

 Camarote 7137

Porque un número puede encerrar toda la magia
y una llave abrir la celda de amor más perfecta.
Uno sabe enseguida, aunque sea un instante,
dónde puede ser feliz para toda la vida.


PARA ESMÉ, CON AMOR Y SORDIDEZ

 NOTICIAS DE ESMÉ: VIGILIA, SUEÑO y RECUERDO

Algunos meses después de desembarcar en las playas doradas de la jubilación, la sindicalista MC ha contado a sus colegas lectores en sede tertuliana - con el amor que ella siempre pone a favor de la justicia laboral - la sordidez con que han actuado sus camaradas del sindicato en el último episodio de su lucha fraternal. Sin embargo, aun temiendo por su frágil salud, está dispuesta a dar la última batalla antes de retirarse definitivamente a sus aposentos de permanentes vacaciones merecidamente ganadas. Por decirlo así, ha lanzado la moneda al aire a sabiendas que las posibilidades de la cara y la cruz están agotadas. Pero ha intuido narrativamente que es en el caer de canto donde se encuentra el milagro del acontecimiento vital y poético. El milagro para que la vida de la  sindicalista MC y la del sargento  X - un personaje literario que se ha cruzado sin previo aviso en su camino - coincidan y se reconozcan en ese ámbito que solo puede construirse de forma edificante y disciplinada, gracias al entendimiento entre la vida y la literatura. Y viceversa. Sus colegas lectores así lo deseamos, a beneficio de su última batalla sindical y de los futuros encuentros en nuestra querida tertulia. 


En el uso común la lengua parece como si tendiese a no significar. El que habla parece no ser consciente de que habla. Precisamente porque el hablar es un hecho natural. Uno habla y el interlocutor responde. El funcionamiento normal del lenguaje hace que interioricemos la impresión de que el lenguaje funciona porque si. Solo cuando en la comunicación aparece un problema reconocemos la complejidad del hablar, del mismo modo que la enfermedad nos hace recordar que la salud no es natural sino que también es un estado. O del mismo modo que la espera de una llamada urgente de teléfono nos hace ver que el silencio del teléfono también es una señal, que hasta puede ser angustiosa. Estos ejemplos que se refieren al hablar también sirven de alguna manera para el escribir.


La capacidad de escribir en un mundo desarrollado parece ser una capacidad natural. Todo el mundo puede escribir. El mecanismo de escribir solo se hace evidente cuando uno se enfrenta a un problema expresivo semejante al que representaban los supuestos dichos anteriormente, es entonces cuando la conciencia de la complejidad se hace evidente. La lengua normal, la hablada y la escrita, es la lengua predecible. Y por ser predecible es por lo que parece que no se atiende a su funcionamiento. A mayor esperabilidad menor expresividad.


A mi entender, seis son los momentos en el cuento de Salinger donde el lector se enfrenta a problemas expresivos no esperables y por tanto muy expresivos y significados. Seis momentos donde el lector debe pararse y prestar toda su atención a lo inesperado y a la expresividad o significación que le acompaña.


1 final del primer párrafo de cuento, la he llamado zona de vigilia, Pag 89: “Aquí nadie intenta complacer a nadie, sino más bien edificar e instruir” (en el sentido de disciplinar)

2 la escena que llamo zona de sueño Pag 90 a Pag 104 en la que conocemos a Esmé 

3 vuelta a la zona de vigilia para entrar a la zona que llamó de recuerdo, Pag 104

4 final zona de recuerdo Pag 112: “Unos pocos y angustiosos minutos más tarde, cuando volvió a abrirlos, …

5 En la conversación en la cafetería con Esmé, no le dijo el nombre, más tarde en la carta que le envía si lo menciona.

estimado sargento X: 

Espero me disculpe haber tardado 38 días en India nuestras correspondencia,…

6 Al final de 5, Pag 113: “Y de pronto, casi en éxtasis, sintió sueño.

“Coge a un hombre verdaderamente soñoliento, Esmé, y siempre tendrá una posibilidad de volver a ser un hombre con todas su fac… con todas sus fa-cul-ta-des intactas.


Me decidí a poner el cuento de Salinger para conversar en la tertulia porque está enmarcado en una época muy similar a la nuestra. Hay guerras de las de siempre y guerras culturales tecnológicas de ahora, hay invasiones de las de siempre e invasiones tecnológicas de ahora. Véase la experiencia de MG antes mencionada. Como consecuencia nadie cree en nada ni en nadie, nadie confía en nadie, nadie confía en nada, como el individualista sargento X de entonces, los soldados digitales de ahora somos insociables, herméticos, narcisistas, etc. Y lo más importante, puse el cuento de Salinger porque el narrador se pone a escribir, al recibir una carta de Esmé, para entender lo que le pasa con lo que le pasa y para ofrecerlo al otro. Ese otro son dos en este caso: la propia Esmé y el lector, que escuchan las palabras del narrador en un mismo tiempo narrativo. Lo que los hace cómplices necesarios de esta aventura lecto-escritora. En fin, puse el cuento de Salinger porque estamos dentro de una realidad que le cuesta ocultar la guerra permanente que es vivir. Pero no deja de disimular, al unísono, una adoración por los niños y los animales, como única forma de esperanza. Por lo que, pensé, vale pena conversar sobre las industrias y andanzas del  soldado X, para así poder vernos a nosotros mismos como soldados digitales que se encuentran perdidos en esa vorágine que es la vida actual. 


Cada vez que los tertulianos abrieron la boca para hablar sobre  Esmé y el soldado X, se notó que deseaban ser entendidos en la marco de la comunicación no distorsionada por la otra cara del lenguaje, que es el autoengaño personal o la ideología social. Las famosas mochilas que llevamos a la espalda y que no somos capaces o no queremos dejar en nuestra casa el día que nos hemos comprometido asistir a la tertulia. Una comunicación que tiene una presupuestos de validez que toda persona que hace uso del lenguaje (sintaxis, campos semánticos, …) para la comunicación no distorsionada, que acaban en la situación ideal de diálogo: Comprensibilidad, Verdad! Rectitud moral! Veracidad, donde no hay intención de engañar al hablar.


Nada de esto es posible sin una participación común en una realidad compartida. Sin embargo, fue esa otra cara del autoengaño y la ideología social la que se acabó imponiendo, como casi siempre. Por expresarlo en términos existenciales, el ego de cada tertuliano se acabó imponiendo a su ser, que una vez más quedó ocultado y, por tanto, sumergido en el olvido, por las cuitas y pendencias del temperamento de aquel. No se enfrentaron, por nombrarlo así, a la medida y la intensidad que su temperamento acepta, o no, oír y ver lo que hacía y decía el soldado X. Y sobre lo que decía y hacía con amor y sordidez su amantísima Esmé. Y, menos aún, a lo que expresaban con autosuficiencia y auntocomplacencia los colegas lectores que nos acompañaban. Menos mal que la lectora MC nos contó la anécdota laboral mencionada al principio, lo que dio pie a enfocar la conversación en el sentido que he mencionado. 

jueves, 13 de febrero de 2025

LUISA CASTRO

 POEMA DE LA FORTALEZA (fragmento)


Aprecio las huellas del tiempo en tu rostro;

sin embargo

las arrugas no hicieron de ti

un hombre mejor.

 

Con los años fue adquiriendo

musculatura el instinto

de advertir la belleza que pasa a tu lado

y perfección el arte

de convertirte en espejo.

 

Y la belleza ama su igual.

LOS LUNES AL SOL

 BUSCAR EL SER

León de Aranoa no representa el demos sindicalista (democracia obrera) roto por la agresión del empresario naval, a saber, las asambleas y las manifestaciones. No. Más bien construye el limbo donde se quedan los trabajadores cuando ese demos sindicalista ya no se puede representar por falta de Fe en las fuerzas que aún les quedan a aquellos trabajadores. O sencillamente porque ya no hay fuerzas que oponer en el campo de batalla. La locución que da título a la película: los lunes al sol (tiempo) o el bar “el naval” (espacio), representan cabalmente las coordenadas espacio temporales de ese limbo en el que habitan Santa y sus colegas. 


Una de las asistentes a la tertulia dijo, que lo que le había gustado de este film era ver con sus propios ojos como sería su vida si no tuviera trabajo, ¿qué haría?, ¿con quién estaría?, ¿cómo se enfrentaría a esa situación? Luego dio un paso más y lanzó la siguiente pregunta a los demás tertulianos: ¿por qué estamos en la vida? Como suele suceder ante este tipo de audacias expresivas, las caras de los cobardes se llenaron de perplejidad, pero rápidamente mutaron al habitual supremacismo moral con sustrato de ignorancia oceánica del tipo: no empieces con tus ringorrangos existenciales. Yo pensé, entonces, que la cosa se iba quedar ahí como también era habitual, pero no fue así. La tertuliana existencialista tenía ganas de conversación y no dio su brazo a torcer. Dijo, aupándose levemente sobre la silla donde estaba sentada, estamos en la vida para descubrir nuestro ser. No otra cosa es lo que hacen los protagonistas de la película “Los lunes al sol”, remató la faena de su intervención. Una cosa seria compareció de repente entre los espectadores que estábamos sentados alrededor de la mesa. Algo que nos desconcertó y, sin previo aviso, nos emparentó con lo que le sucedía a los protagonistas de la peli. ¿Que les sucedía? Que han perdido su trabajo, eso es lo que dicen, eso es lo que vemos. ¿Pero que nos quieren contar con su ir y venir por las calles de la ciudad donde viven? ¿Con su entrar y salir en el bar El Naval, que uno de ellos ha levantado con la indemnización que le han dado? Si han perdido el trabajo, ¿que han perdido realmente?, comentó la tertuliana existencialista. ¿Que están buscando en verdad en ese ir y venir o en ese entrar y salir? ¿Que le devuelvan el trabajo perdido? ¿Que le den el trabajo que se merecen? Ya dije al principio que no era ese el enfoque que le había dado a la película su director, Fernando Leon de Aranoa. Dada su insistencia Santa y sus colegas -  a tenor de como combaten el pesimismo de sus razonamientos con el optimismo saltimbanqui de sus voluntades - parece que buscan algo que les falta y que no es el trabajo perdido del que, como del paraíso, han sido expulsados sin piedad para siempre. Una expulsión que afecta directamente a la manera que, hasta ese momento, ellos han respondido a la pregunta que nos ocupa desde hace unas líneas, repito, ¿por qué estamos en la vida? Santa y sus colegas, hasta el momento de su despido, lo han tenido claro: estamos en la vida para trabajar y ganar dinero. Jamás se les ha ocurrido pensar quienes son. O si, para ellos ser y estar, estar y ser, en la vida es lo mismo: trabajar y ganar dinero, ganar dinero y trabajar. Y, por supuesto, gastarse el dinero ganado, cerrando así el círculo de lo que ellos consideran vivir bien. Pero ahora que todo eso ha acabado y siguen vivos para contarlo, con Santa y José a la cabeza de ese frente narrativo, ¿cómo lo hacen para que al final de la peli sigan siendo seres inteligentes y dignos?


Este fue el momento de gloria de la pregunta y respuesta de la tertuliana existencialista. Repito. ¿Por qué estamos en la vida? Para buscar nuestro ser, que ha permanecido oculto y olvidado detrás del velo del estar trabajando y ganando dinero, y todas las derivadas sociales y psíquicas que de ese mandato original se desprenden. Mandato original, no olvidemos, que tiene raigambre bíblica: ganarás el pan con el sudor de tu frente. De ahí, continuó la tertuliana existencialista, que sea la última escena de la película, en la que Santa y José subidos al ferry que han secuestrando y atracado en el medio de la bahía, a la vista de todos lo viajeros que están esperando desconcertados en la orilla, se preguntan hoy qué día es: lunes contestan. Y a continuación, con un abandono que ya es definitivo de ese estar trabajando para ganar dinero y vivir bien, se disponen a gozar de su ser descubierto en ese mismo instante ante los espectadores en la pantalla y ante los viajeros incrédulos en la orilla del muelle donde siguen esperando a ver qué pasa. Esperando, claro está, para ir a cumplir sus quehaceres cotidianos.

viernes, 31 de enero de 2025

LUIS CERNUDA

 SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR

Si el hombre pudiera decir lo que ama, 
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo 
como una nube en la luz; 
si como muros que se derrumban, 
para saludar la verdad erguida en medio, 
pudiera derrumbar su cuerpo, 
dejando sólo la verdad de su amor, 
la verdad de sí mismo, 
que no se llama gloria, fortuna o ambición, 
sino amor o deseo, 
yo sería aquel que imaginaba; 
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos 
proclama ante los hombres la verdad ignorada, 
la verdad de su amor verdadero. 

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien 
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío; 
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina 
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera, 
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu 
como leños perdidos que el mar anega o levanta 
libremente, con la libertad del amor, 
la única libertad que me exalta, 
la única libertad por que muero. 

Tú justificas mi existencia: 
si no te conozco, no he vivido; 
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

LECTORES DE DATOS

 Un amigo que trabaja en una empresa chupadora inclemente de los datos de todo lo que se mueve, sea animal humano o gallina, me escribe quejándose, amargamente como no, de lo incomprendidos que son los problemas emocionales y económicos de quien trabaja en el sector laboral donde trabaja. Yo, con voluntad edificante pero disciplinada, le respondo que un trabajador de su sector productivo:

1 Solo lee datos y nada más que datos- los humanos son humanos porque siempre han manejado datos, siempre ha manejado datos sino serían monos o colibríes. Pero nuestros antepasados además tenían los  templos par después de leer datos. Lo que pasaba entonces es que un templo era más que un dato, atributo que no tiene hoy equivalente en nuestra sociedad.


2 No ha leído nunca a Homero, Dante, Cervantes Emili Brönte, Emily Dickinson, Anne Carson, Anna Ernaux Marcel Lafuente Estefanía, Carmen Mola etc


3 Lo anterior significa que es un mal lector de datos 


4 Y, también, es un mal lector de literatura.


5 En fin, es un mal lector en general y en consecuencia un pésimo escuchador del otro.


6 La sociedad que viene, a donde nos quiere llevar Sillycon Valley y el Partido Comunista Chino, (decir EE UU o China son dos eufemismos de un cinismo intolerable en términos democráticos), no necesita otro tipo de lectores que los que sean lectores de datos. 


7 Entonces, no os quejéis si vivís con movil a tiro de clic, pero no necesitáis leer historias verosímiles de ficción que convivan al lado de la exactitud inequívoca de los datos.

jueves, 23 de enero de 2025

CARMEN MARÍA LÓPEZ

 Sutura

Madre: quién cortará en la escritura
este hilo de palabras
trepanadas palabras
tejidas en la trenza madre-hija.

No llamo al corazón
tan solo corazón
lo denomino
válvula de vivir.

El diccionario
no me sirve:
me rompe la poesía.

Si no escribo
algo dentro de mí se vuelve cueva.

Si no escribo
deja de funcionarme
la parte del cerebro donde alojo
el sentido del mundo,
la lluvia, la belleza.

Madre:
hay muchachas que adoran al dios sol
y hay muchachas que no adora
al dios sol.
Contemplo a esas muchachas.
Y de nuevo:
catalogo las vidas de las dulces muchachas
las divido
entre aquellas que aman
y aquellas que no aman
la lluvia
los gorriones
la poesía.

21 GRAMOS

 EL PESO DE UN COLIBRÍ Y DEL ALMA HUMANA

Llamo tiempo exterior al propio de la realidad circundante e interior, naturalmente, al del yo del sujeto. El cine, que yo haya visto, no puede expresar la interioridad del ser humano desde el interior, desde los movimientos internos de la mente y de la conciencia. Esa es una propiedad del lenguaje, no de la imagen. La pregunta es, ¿pueden los protagonistas de 21 gramos exponer sobre la pantalla su tiempo interior sin más? ¿O necesitan usar el tiempo exterior para poder sugerir, solo sugerir, ante el espectador los movimientos de su tiempo interior particular y la conexión entre ellos? Dicho de otra forma, ¿puede el cine exponer sobre la pantalla el tiempo del alma, sin echar mano del tiempo del reloj que mide el tiempo de la historia? ¿Tiene el director mexicano de “21 gramos”, Alejandro González Iñárritu, el suficiente talento narrativo para mover la cámara sin que se produzca algún tipo de rechazo en el cuerpo de los protagonistas que comparecen, particularmente en el cuerpo de quien le hacen el trasplante de corazón, Paul Rivers?


¿Cual es la realidad compartida en los relatos, por decirlo así, vanguardistas o no convencionales? ¿Cuál es la realidad compartida de 21 gramos? Es pertinente esta pregunta porque en los relatos de matriz bíblica-aristotélica, así toda la narrativa del siglo XIX, que hemos heredado y que siguen dominando la mayor parte de la producción narrativa verbal y cinematográfica del presente, al igual que la imaginación de sus lectores y espectadores, sabemos que se rigen por: planteamiento, nudo y desenlace. O primer acto, segundo acto y tercer acto. Para entendernos. Igualmente me resulta pertinente preguntarme después de ver 21 gramos, si Iñárritu tuvo en cuenta al espectador que iba a mirar su película. O más bien se dejó llevar por el dictado romántico - yo soy un genio y solo me debo a mi mismo y a mis divinas entrañas - en franca contradicción con el deseo de que su peli la vea la mayor cantidad de espectadores y gane los premios más prestigiosos del mundo mundial, como en esto último así ha sucedido. 


Son dos preguntas que no se pueden responder por separado pues una depende de la otra. Si Iñárritu no ha considerado al espectador al filmar su película no hace falta que éste se fije en la realidad compartida, en el fondo, sino más bien el aspecto estético, en la forma. En el primer caso estaríamos ante el arte que tiene una intención y un propósito y se adscribe a una visión común del mundo. En el segundo caso estaríamos ante la idea del arte por el arte, muy propio de las vanguardias, regido por el individualismo voluntarista del lo puedo hacer y lo hago. Luego ya se encargarán los marchantes o los galeristas de poner las obras en el mercado. Véase el expresionismo, esa vanguardia de matriz alemana de entre guerras, cuyo lenguaje estilístico, que es, a mi entender, el de buena parte de la peli “21 gramos” (combinado con el lenguaje melodramático de la pérdida, ¿por qué esa mezcla?) es conciso, penetrante, desnudo, con un tono patético y desolador, anteponiendo la expresividad a la comunicación. Parece decir que es el momento adecuado para prescindir de la Causalidad. En el caos no hay error.


Pero si me atengo a lo que escribe Ángel Fernández Santos (AFS), he de decir que Iñárritu ha colocado su película en un ámbito, creado por el mismo, que está, por decirlo así, entre la primera pregunta y la segunda. AFS habla de una secuencia que me hace pensar que no tiene una estructura narrativa clásica, pero también habla del puzzle final lo que me hace pensar que si la tiene. Ese tener y no tener, al mismo tiempo, una estructura clásica o reconocible por el espectador es lo que la hace original y muy parecida a la vida. 


Estamos en lo que hay en los alrededores de la muerte, la agonía del protagonista Paul Rivers. Y las otras dos agonías que ésta convoca a su alrededor. La de Cristina Peck y la de Jack Jordan. Si, la muerte es ese fenómeno que si está la vida no está, y que si no está la vida está. ¿Pero como si sitúa la agonía? ¿Cómo el lugar de relevo en el que la vida le pasa el testigo a la muerte? ¿Cómo el tiempo en el la vida ya no es vida pero la muerte todavía no es muerte? ¿Un espacio y un tiempo en los que no existe la esperanza, pero tampoco la desesperación? ¿Que debemos pensar cuando un ser humano dice que esto no debería ocurrir ni en sueños? ¿Es que si no es así estamos fuera de la realidad?

    

Escribe AFS en su crítica a 21 gramos: “En su goteo febril (o destrozos) de comportamientos y sucesos se van hilvanando y completando paso a paso hasta alcanzar la diafanidad, la tortuosa y torturada secuencia de 21 gramos convoca formas extremas de dolor e infortunio. Evoca el suceso de vivir desde la agonía de un hombre que espera de un momento a otro la muerte y quiere ser consciente de su llegada y percibir su último esfuerzo de resistencia a ella, ese apretón de dientes final que preludia la oscuridad absoluta y, dicen, hace perder de golpe al agonizante 21 gramos, el peso de un colibrí. Y en la trágica tensión de ese tramo de espera final, el agonizante que Sean Penn interpreta con la potencia de la calma de la distancia en el borde del estallido, enlaza con la suya otras agonías.”



miércoles, 22 de enero de 2025

EUGENIO MONTEJO

 LA TIERRA GIRÓ PARA ACERCARNOS

La tierra giró para acercarnos,
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carretera que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.

CLUB DE LECTORES 20

 DEMOS LECTOR

Tote lege, toma y lee. Antes que los propagandistas de toda laya y condición: academia, editoriales, críticos y todas las tribus habidas y por haber en las pantallas,

te digan como tienes hacerlo, con quien tienes que hacerlo y donde tienes que hacerlo. Y con qué música de fondo.

*

La democracia lectora es el aprendizaje de la convivencia entre lectores que son radicalmente distintos. La democracia lectora es, muchos años después, el correlato de la democracia política. 

*

Lectores radicalmente distintos que habitan situaciones físicas y emocionales vitalmente incompatibles, incluso. Yo y el Otro. El Otro soy Yo. No confundir a ese otro con nuestro enemigo, ni con el infierno. Al contrario, ese otro lector, incompatible en la vida, es el que paradójicamente te señala el lugar que ocupas en el mundo amplio de la ficción. La democracia lectora solo tiene un enemigo: el yo lector que no quiere convivir con el otro lector distinto. Como en la democracia política: el enemigo público es el yo híper individualista que no necesita nada ni a nadie.

*

Siempre que se acepte un mínimo común denominador compartido, a saber, la Constitución del cuento o la novela alrededor de los cuales se convoca un Club de Lectores, las posibles asperezas que puedan surgir en la conversación que mantengas con los otros no son para tanto, forman también parte de su sustancia. El cuento o la novela son los que te legitiman como lector, pero el club de lectores es quien te constituye ante los otros lectores.

*

Luego no viene a cuento molestarse porque el otro lector, en un momento determinado de la conversación, diga algo que no te guste, acusándole a continuación de intolerante. No viene a cuento, para entendernos, reproducir la batalla campal, o la cruel indiferencia ante la palabra ajena, a que nos tienen acostumbrados sus señorías en los parlamentos políticos.

jueves, 16 de enero de 2025

T. S. ELIOT

 CUATRO CUARTETOS (fragmento)

Hasta que cubra a este planeta el hielo.
Esto fue una manera de decirlo, no muy satisfactoria.
Un ejercicio perifrástico en un estilo poético raído
Que lo deja a uno ante la intolerable lucha
Con las palabras y los significados.
La poesía no importa.
No era (para recomenzar) lo que uno se había imaginado.
¿Cuál iba a ser el valor de lo que durante tanto tiempo anhelamos,
La calma tan esperada, la serenidad otoñal
Y la sabiduría de la vejez? ¿Nos habían engañado
o se engañaron a sí mismos los ancestros de voces tranquilas
Y simplemente nos legaron una receta para el engaño?
La serenidad sólo una deliberada torpeza,
La sabiduría sólo el conocimiento de secretos muertos
Inútiles en las tinieblas que ellos escudriñaron
o de las que apartaron los ojos. Hay, nos parece,
Cuando mucho un valor limitado
En el conocimiento que deriva de la experiencia.
El conocimiento impone una estructura y falsifica,
Porque la estructura es nueva a cada instante
Y cada instante una nueva y estremecedora
Valoración de cuánto hemos sido.
Sólo nos desengañamos
De lo que engañándonos ya no puede hacer daño.
En medio, no sólo en medio del camino, en todo el camino,
La selva oscura, la zarza, al borde de una ciénaga en donde todo paso es inseguro
Y amenazados por monstruos, luces delirantes
Bajo riesgo de encantamiento. No me hablen
De la sabiduría de los ancianos sino más bien de su locura,
Su miedo al miedo y al frenesí, su miedo a la posesión,
A pertenecer a otro, a otros o a Dios.
La única sabiduría que podemos esperar adquirir
Es la sabiduría de la humildad:
La humildad es infinita.
Las casas yacen bajo el mar.
Los danzantes yacen bajo el montículo

CLUB DE LECTORES 19

 Un Club de Lectores es Una Visión y no Un Sistema. Es una forma de Paideia (visión) para crear ciudadanos críticos y dialogantes, no una Instrucción (sistema) para formar soldados que vayan a entregar su alma en el campo de la batalla cultural en marcha.

*

Es una Visión y no un sistema porque se trata de la visión de la propia vida representada en un texto que no puede ofrecerse reproducido en forma sistema. La vida tiene siempre una figura (ayer Dios, hoy Demos), una imagen, que se ofrece en una visión, en una intuición (ayer el texto sagrado, hoy la novela laica), no en un sistema de razones.

*

Es lo irrenunciable del saber que postulan todas las formas de experiencia: la figura. Figura en que de moverse la fantasía y un cierto grado de amor. Hay figuras que enamoran, solo ellas enamoran.

*

El enamoramiento que postulan las formas de saber de la experiencia para salvar el hermetismo, es lo contrario tal vez del amor platónico, del amor que se dirige a lo universal, aunque sea por mediación de lo concreto. Pero el problema es el mismo: reducción del corazón, apertura del último centro de vida.

*

Más en lo que todas esas formas de experiencia coinciden es en ofrecer una imagen de la vida que se rectifica a sí misma. La imagen que nos ofrecen, la visión de lo que debemos ser, no aparece enfrentándose con lo que somos, sino desarrollándose en un movimiento que irresistiblemente tiende a ser seguido. 

*

La lectura, por contra, aparece como una  llamada que se enfrenta, ahora si, con lo que somos.

miércoles, 15 de enero de 2025

IDEA VILARIÑO

 TODO ES MUY SIMPLE

Todo es muy simple mucho
más simple y sin embargo
aún así hay momentos
en que es demasiado para mí
en que no entiendo
y no sé si reírme a carcajadas
o si llorar de miedo
o estarme aquí sin llanto
sin risas
en silencio
asumiendo mi vida
mi tránsito
mi tiempo.

CLUB DE LECTORES 18

Cierto itinerario intelectual se ha creado al calor de los efluvios incesantes de la sociedad digital actual, que más o menos sería algo así: la soledad del que primero escribe y la cháchara inclemente de quien luego lee, ha dado lugar a un desencuentro triunfante, lleno de brillo y futuro. Y, sin embargo, la proposición náutica sigue vigente. O nos salvamos todos leyendo y comprometiéndonos juntos, desde nuestra singularidad lectora, con las palabras sensibles comunes, o no nos salvamos ninguno. El barco se hunde. No hay deus ex machina que valga y que comparezca en una sociedad democrática. 


Hace tiempo que leer dejó de ser únicamente un acto solitario y pasó a ser una manera, otra más, de definir nuestra identidad. En este nueva Edad Media donde los sesgos estamentales y de pertenecía han tumbado lo propio del individuo moderno, reconocerlo y reconocerse por sus méritos, no tanto por el lugar que ocupa en la jerarquía estamental igualitaria, valga el oximerón.


Bajo este palio es como elegimos y planteamos nuestras lecturas, como quien diseña al candidato político perfecto o un perfil Tinder. Hay libros que cotizan al alza, hay libros que no importan a nadie. Aquello que leemos (y mostramos) informa quiénes somos. O, más bien, quienes queremos ser: quienes queremos ser en comparación con los otros.


La industria cultural digital, y la otra, conspiran contra aquello que de verdad nutre la lectura: la quietud, la calma, la soledad y el pensamiento. Leemos para cumplir objetivos a la velocidad de la luz digital, en vez de para ensanchar los límites de nuestra comprensión ética y moral. Por lo que deberíamos leer menos y aprender a leer mejor. 


Volviendo al principio, la industria cultural conspira contra la lectura en las sociedades democráticas, al facilitar la autoexploración y autocensura de los lectores con su consecuencia inevitable: la comparecencia del deus es machina, ahora si, en sus ilimitadas formas y reclamos, al igual que las estanterías de quesos en los hipermercados. Al igual que en estos, la lectura se encarna en un espacio y un tiempo, (hay una biblioteca perteneciente a la red española de servicios  bibliotecarios, que es capaz de ofrecer veinte formas diferentes de club de lectura, y todavía hay listas de espera para poder apuntarse) que nos ofrece por igual bienestar corporal y enajenamiento mental. Las coordenadas donde habita nuestra identidad soñada en el presente. Una identidad que ha acabado con el ideal del soñador universal, que consistía en recuperar la posibilidad de volver a disfrutar de todas sus facultades intactas. Es una identidad la del presente que da paso directamente a la voz autocrática del salvador, del hombre providencial, aunque en esta ocasión no haga falta que diga que hay llenar las cárceles y crear campos de concentración. La autoexploración y la autocensura del lector así fabricado, le hace al autócrata más de la mitad del trabajo sucio.

martes, 14 de enero de 2025

PATRICIA CRESPO

 UN SOLO ÁRBOL 

Como quien siembra un bosque
y aguarda la sombra y, tal vez, pájaros,
así se hace presencia
el mundo ante ti,
se entrega a tu silencio.

Hace un rato
que la luz del atardecer nos mira
y el otoño sobreviene.

TRABAJO OCASIONAL DE UNA EXCLAVA

 DOCUMENTALISTA MUY APEGADO A LA FICCIÓN. O VICEVERSA 

En su libro “Taladrando tablas duras”, dice Alexander Kluge, nada más comenzar el prólogo que, “Un grado de intensidad especial de los sentimientos cotidianos es lo político. Se encuentra en cualquier lugar donde viva gente. En esa forma elemental mueve la historia. La unida de medida se llama: confianza.” Después de ver su peli “Trabajo ocasional de una esclava”, no solo entiendo aquellas palabras que leí hace tiempo, sino que me parecen una declaración de intenciones de su forma de ver el mundo. Ya en su obra “Crónica de los sentimientos” deja claro que los sentimientos y el tiempo, el lado subjetivo de nuestra condición humana, desempeña un papel muy importante a la hora de encontrar los huecos en los que se mueve la vida. Y el diablo. Pues teniendo en cuanta que dios, en la segunda modernidad, parece definitivamente ausente, da la impresión, visto lo que hemos recibido como herencia y lo que vamos viendo al vivir cada día, que es el diablo el que ha ganado al fin la partida y se ha quedado como el rey absoluto del Creación. El campo semántico de todo lo que se escribe y filma, y, por tanto, de todo lo que se lee y se mira, en fin, de todo lo que se escucha, apunta a la llegada del fin del mundo. Eso sí, como corresponde a una sociedad híper supermercado, un final que se nos ofrece con una variedad ilimitada de estructuras buenistas o apocalípticas, las dos caras de una misma moneda, tanto da, renovadas todas ellas, como no podía ser de otra manera, según las estaciones climáticas, que el planeta es el planeta y hay que salvarlo.


Dicho lo anterior, pongo mi atención ya en la peli que me convoca. El director arriesga desde el primer momento, mostrándonos una temática tabú que Kluge trata con la máxima naturalidad, como es el tema del aborto. Nuestra protagonista pues, no cae en el arquetípico femenino de la feminista convencida (o por lo menos en la primera parte de la película) sino que se trata de una mujer hecha por las circunstancias. Como comenta la voz en off durante una parte de la película: “Nuestra protagonista ha de abortar niños para poder cuidar a los suyos”.


No hay nunca una intención por parte del director por mostrarnos una película convencional, donde introducción, nudo y desenlace formen parte del desarrollo del filme. 

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Difícilmente encontramos lo que podríamos denominar una tensión clásica, sino que el director se dedica a mostrarnos una presentación de los hechos que tienen un interés objetivo. Por este motivo escuchamos constantemente la voz en off (de un narrador omnisciente, que no forma parte del elenco de actores), que tiene la intención de mostrar al espectador todo lo que está sucediendo, incluso en ocasiones con la sensación de que los propios comentarios están realizados para que el espectador no se pierda, pues la voz subraya lo que la propia imagen está describiendo. Pero no sólo la voz en off es un recurso fundamental con el que se sirve Kluge, también el cineasta emplea diversos subtítulos de texto que amplían la información de la película.


En la primera parte de la película observamos el trabajo de abortista de nuestra protagonista. Tema tabú por excelencia que Kluge nos muestra con la máxima naturalidad posible. Además la temática sirve para reivindicar la condición femenina (no feminista) de la protagonista, que recordemos, el trabajo de abortista, aparte de estar prohibido en aquellos momentos de la república federal de Alemania, es el trabajo que permite la subsistencia de la familia en la película. Como también comentaba anteriormente, la película se encarga de presentar los hechos de una manera totalmente objetiva, y para muestra la secuencia de un aborto realizada de una manera casi documental, donde incluso Kluge emplea un metraje que no tiene reparos en utilizar primeros planos de los genitales femeninos.


En la segunda parte de la película somos testigos de la inclusión de nuestra protagonista en la lucha sindical. La película pues toma un matiz aún más político si cabe, lo que además refuerza la sensación de que la intención de Kluge era la de presentar un díptico que tiene como conclusión la inmersión de la mujer dentro de la praxis política, con secuencias donde vemos luchar a la protagonista por los derechos como trabajador de su propio marido (el cual se niega a rebelarse por miedo a represalias).

lunes, 13 de enero de 2025

SOBRE DIOSES Y TUMBAS

 La Diosa Progre Susan Sarandon se confiesa, como todos los dioses progres, rasgando el velo de su aburrimiento. Copiando a las diosas griegas Afrodita, Palas Atenea, Hera, Perséfone, Artemisa, Deméter etc. Dice así la diosa neoyorquina: «¿Qué busco en una pareja? Humor, inteligencia y ganas de vivir. Si es joven, mayor, hombre o mujer, ¡¿qué más da?!»

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Abandonamos nuestra relación con el cosmos y nos erigimos en sujetos todopoderosos capaces de entenderlo todo. Sin necesitar a nadie. Muchas guerras y millones de muertos después de este nuevo paradigma que inventamos a la medida de nuestras costuras nos hemos comido el planeta y no sabemos quiénes somos. La hornacina del Dios ausente sigue vacía pero nadie se atreve a ocuparla. Nuestro humanismo se ha reducido a pasear un perro con una mano y darle a las teclas del móvil con la otra. En esas estamos. Hemos perdido el hálito común que nos sujetaba al cosmos y nos hemos quedado más solos que la una, sin rumbo y sin destino.

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Inmadurez Emocional 

Ya no tenemos hábitos, ni seguimos las tradiciones, sino solo seguimos a las modas globales alentadas por los lucrativos negocios de la publicidad consumista de todo lo que se mueve. Y el aliento de las diosas y dioses del Olimpo del Híper.

viernes, 10 de enero de 2025

DONALD HALL

 La vida perfecta

Los unicornios envidian de sus primos
los caballos una frente lisa.
Los caballos lloran porque les faltan los cuernos.

Los montes mantienen el deseo
de convertirse en ecuaciones
diferenciales parciales

que a su vez quieren ser poemas, o perros,
o el Océano Pacífico,
o whisky, o un anillo de oro.

El hombre con la horca al cuello
envidia al otro que acaricia
una pistola en la habitación de un hotel de carretera.