miércoles, 13 de agosto de 2025

VALERIA TENTONI

 Por qué entro en las iglesias

Por el silencio, y contra nadie,
por el silencio húmedo de las iglesias
y sus mosaicos,
por lo que las iglesias le hacen a la luz,
cómo la dulcifican y la tiñen y la devuelven
al lugar del que proviene

por lo que esa luz, antes de irse,
transforma en las estatuas,
en las figuras esmaltadas
y sus manos perfectas

por la perfección, además,
de los confesionarios
en los que nunca me arrodillo
aunque las primeras muecas de la fe
como las del terror
jamás nos abandonen.

Porque en medio de la ciudad
y del ruido
hay silencio,
y porque el silencio es húmedo
y esmaltado

porque casi siempre estoy sola
en las iglesias
donde hasta las flores que se pudren
son hermosas
y porque no entro
con la mirada lacia
de los que van de visita.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 38

 Leer tiene que ver con la experiencia, no con los experimentos de laboratorio psicológico. Por eso nunca nos bañamos en la misma experiencia lectora. Leer, como escribir, es estar siempre comenzando de nuevo. La lectura no es acumulativa, como si le pasa a los experimentos psicológicos, que son de estirpe cientifista.

El mismo hecho de la percepción lectora muestra que uno no es lo que percibe al leer. Pero la percepción es la que nos permite encontrar a ese Uno Común, a ese que nos une y que es lo que somos sin atributos. Eso significa leer en compañía de otros lectores.


En este ejercicio colectivo que es un club de lectores adultos la potencialidad crítica del pensamiento sale de su anestesia o pereza habitual porque, como vengo diciendo en otras entradas, pasamos de enunciar la crítica lectora a encarnarla. Dicho con otras palabras, pasamos de ser unos lectores pasivos a tratar de ponernos a la altura creativa que nos exigen las palabras del narrador del cuento o la novela que nos ha convocado. Eso es la experiencia poética lectora, ver las cosas cotidianas iluminadas con otra luz. Para la experiencia lectora es fundamental la atención y la relación, el efecto zoom de la mirada, que por supuesto no deberíamos dar por supuestas por el hecho de abrir un libro y asistir a un club de lectores. Un lector me dijo:   “solo quiero utilizar, me interesa, la información del libro que leo y todo lo que la acompaña, pero no tanto o nada comprender la historia y el carácter de los personajes que por allí pululan. Asi las persona de la vida, las instituciones democráticas, etc incluidas, concluyó con énfasis”.


Los lectores tienen en la actualidad un sistema de inmunodeficiencia social trastornado.  La naturalización de los fenómenos sociales. La coraza. Lo defiende ante lo que consideran las aversiones exteriores, por ejemplo, las palabras de quienes no piensan como ellos y que no están acostumbrados a oír, porque suelen vivir en tribus sociales donde todos hablan el mismo idioma. La autocensura verbal familiar y social. Debemos despertarnos del sueño dogmático y apostar con decisión por la virtud pública del talento del diferente y lo diferente. El lector universal, lee de dentro afuera, de lo conocido a lo desconocido, de lo cercano a lo lejano, como encarnación del Sujeto. Universal. La comunidad lectora es el correlato de la comunidad educativa y política, Sin perder de vista la solidaridad forzosa. Si no es así un club de lectores adultos no es nada más que un agregado de egos infantiles auto referenciales y autocomplacientes con su forma de leer.


Dicho con palabras antiguas que siguen vigentes, Como lectores de un club de lectura tenemos que enamorarnos de los fuegos sagrados de la literatura, más allá de los folclorismos y colorines de las editoriales y las campañas propagandísticas gubernamentales.

sábado, 9 de agosto de 2025

FRANCISCO PETRARCA

 BENDITO SEA EL AÑO

Bendito sea el año, el punto, el día, 
la estación, el lugar, el mes, la hora 
y el país, en el cual su encantadora 
mirada encadenóse al alma mía.

Bendita la dulcísima porfía
de entregarme a ese amor que en mi alma mora, 
y el arco y las saetas, de que ahora
las llagas siento abiertas todavía.

Benditas las palabras con que canto
el nombre de mi amada; y mi tormento, 
mis ansias, mis suspiros y mi llanto.

Y benditos mis versos y mi arte
pues la ensalzan, y, en fin, mi pensamiento, 
puesto que ella tan sólo lo comparte.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 37

 El relativismo lector vive muy cómodo en medio de un fuerte relativismo moral social, ese donde vale todo nada vale y viceversa. Y sino que se lo pregunten a esos alumnos que alardean de no leer nunca un libro y de preferir un régimen autoritario a la democracia siempre y cuando se le respeten todos sus derechos consumistas, pero no aceptan que un día un profesor les diga que hará todo lo posible para que no aprueben las matemáticas, a lo que responden que eso nos es Justo.

En este contexto hoy dominante de relativismo moral lector, llamo lector iluminado tanto a aquel que cree que lo sabe todo al leer un libro como a quien no cree en nada ni en nadie de lo que lee, pues no cree en las palabras. En ambos casos la necesidad de aprender ha desaparecido en sus horizontes de inteligibilidad lectora, pues en estos horizontes sólo aparecen ellos y nada más que ellos, autosuficientes y autocomplacientes. Valga advertir, como aviso para nuevos lectores navegantes, que todo lector iluminado, además de como ya he descrito, es también una gran manipulador y un encantador de serpientes en el uso de las palabras. 


Sin embargo, nada de lo anterior nos debe hacer olvidar que lo propio de la condición humana es ese saber socrático que sabe que no sabe nada y que eso le motiva para no dejar de darle vueltas a las palabras y las cosas, con los otros y entre los otros, hasta ver un hálito de claridad provisional a sabiendas que se pasará rápidamente, por lo que volveremos otra vez a discutirlo y a seguir hablando sobre el porqué de las palabras y las cosas hasta lograr nuevas claridades provisionales. Entre tanto, nuestro destino como humanos es vivir entre tinieblas.


Ejemplo de todo lo anterior me lo ha contador un amigo profesor de lectura y literatura en un instituto de secundaria, donde un alumno alardea que eso de la justicia y la democracia no vale para nada, pero no acepta que mi amigo profesor le diga que hará todo lo posible para que no apruebes las matemáticas. Eso no es Justo, le responde indignado.

miércoles, 6 de agosto de 2025

HAN KANG

 El invierno a través de un espejo

1.

Mira la pupila de una llama.
Azulado
ojo
con forma de corazón
lo más caliente y brillante
aquello que la rodea
la llama interior naranja
lo que más parpadea
lo que rodea de nuevo
la llama externa semitransparente
mañana por la mañana, la mañana
que parto a la ciudad más alejada
esta mañana
el ojo azulado de una llama
mira más allá de mis ojos.

BAJO EL VOLCÁN

 Como he tardado tanto tiempo en darme cuenta de que algún día me tocaría a mí tratar con su carácter, y de rebote con nuestros destinos, es algo que todavía no logro comprender del todo. Los volcanes siempre han sido fuente de atención de las mentes imaginativas porque siempre han visto una relación, no demostrable por supuesto, entre las entrañas de la Tierra y las nuestras propias. Empecé a darme cuenta de lo que significaba su carácter después de leer “Viaje al fondo de la Tierra”, de Julio Verne, en el club de lectores que organizaba yo en la biblioteca de la que también era el director. En este ejercicio colectivo que es un club de lectores adultos mi intención era que la potencialidad crítica del pensamiento de cada lector saliese de su anestesia o pereza habitual porque pasáramos de enunciar el gusto lector a encarnar la crítica razonada. Dicho con otras palabras, pasáramos de ser unos lectores pasivos y comodones a tratar de ponernos a la altura creativa que nos exigen las palabras del narrador del cuento o la novela que nos ha convocado en la biblioteca. Esto era así, al menos eso creía yo, hasta ese día en que ella apareció en la biblioteca por primera vez como nueva lectora del club. Estas fueron sus palabras para presentarse: “Nada hay más parecido al paisaje de la mente que el interior caliente y oscuro de un volcán”, dijo cuando le tocó el turno de palabra. Dijo eso y también dijo su nombre, Catalina Llompart. Luego recogió sus papeles y abandonó la biblioteca sin despedirse. Han pasado casi veinte años desde aquel bautizo lector. Entre medias, un sinfin de erupciones de esa manera volcánica de ser, tan lúcida algunas veces tan destrucitiva la mayoría. Ayer me llamó por teléfono para decirme que dejaba de asistir al club de lectores, porque el volcán se había convertido, a su entender, en un entretenimiento turístico sin chispa ni lava que llevarse al coleto. Como lo oye.


lunes, 4 de agosto de 2025

BRAULIO ORTÍZ

 NO IMPORTA SI OLVIDASTE LA MALETA (fragmento)

No importa si perdiste el equipaje.

Si tu pecho ha renunciado al frío,
si sabes
que un árbol derribado será leña,
que un hombre que ha caído puede erguirse,
si has aprendido eso, que hay vida

más allá de la vida,

más allá incluso del árbol y del hombre,
no importa
el rostro hostil que tenga cada tarde.

No importan los rastrojos o la espina
que hacen de un espejo una amenaza.
Rebelde e imprevisto,
como una flor que brota en una celda
o un agua que circula bajo tierra,
así te incorporas tú frente a las cosas.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 36

 Crisis de nacimiento:

*Una de las chapuzas evolutivas de nuestra mente es que nuestra inteligencia es perezosa: la atención involuntaria sin esfuerzo frente a la atención voluntaria que requiere esfuerzo. De ahí el papel negativo de las nuevas tecnologías en la educación: que me lo haga la máquina. A efectos de medir la influencia de la tecnología en nuestra pereza intelectual no es lo mismo usar el tractor o el tren o el avión que el móvil.


*Hay una cuestión que es fácil de entender: la simplificación. Todos lo hacemos todo el tiempo ya que sin hacerlo no podríamos vivir. Si no te han educado para entender cosas, sino para creer cosas…No sabemos tratar con la complejidad, por tanto simplificamos, somos unos simples.


*Claro que es posible pensar al leer, Lo que no es posible es seguir pensando sin interrogar los marcos desde los que se piensa. Preste su  atención al dato. El cuarenta por ciento de los jóvenes españoles no creen en la democracia, un dato que se corresponde con el cuarenta por ciento de los jóvenes que no ha leído  nunca un libro. Democracia sin Educación no es posible. Soy analfabeto pero tengo dinero. ¿Hay alguien por ahí?

martes, 29 de julio de 2025

JOAN BROSSA

 NOCTURNALIA

Pura contra la noche está mi mano
Riqueza y fuerza me echaré a la espalda;
Busco la calma en lo que pensar pueda,
Donde empieza la queja trazo raya.

Suelen bastarme el hombre y su misterio,
El azufre que hiero no me daña;
Pero la suma escapa al juicio humano,
y me sacude el trueno y raya el rayo.

Pero no digo que mi error lamente:
-¡Echa raíces, olvidada tierra!
En torno de tu amor dialogando,

Cuanto retengo piérdolo con ansia:
Ni siento horror de morir como pienso
Ni pensar como muero me entristece.

UN TIPO SERIO

 Los nuevos ricos, esos que viven en las urbanizaciones del extrarradio, no buscan una vida mejor, sino más cómoda y sin responsabilidades. Es decir, son urbanizaciones no pensadas para que ocurran tragedias. Aun así la vida va a lo suyo y golpea de forma imprevista al protagonista de la peli “Un tipo serio”, dirigida por Joel y Ethan Cohen. A saber, el protagonista se llama Larry Gopnik, un profesor académico judío que vive en una urbanización judía de clase media en las afueras de Minneapolis. La historia se centra en la lucha espiritual y existencial de Gopnik cuando su esposa Judith contempla la posibilidad de dejarlo por su colega Sy Ableman. Para mayor sufrimiento, su hermano Arthur, por falta de recursos vive en la casa de Larry. Larry comienza a cuestionar el valor de su vida, a la vez que soporta estos asuntos y otros que se suman como su hijo, Danny, que roba dinero de su billetera para comprar marihuana; su hija, Sarah, que le roba para financiar su cirugía de nariz; un estudiante que intenta sobornarlo para pasar de grado y lo amenaza con demandarlo; y una vecina que llama su atención. Larry pide consejos a tres rabinos distintos en el intento de resolver sus problemas y convertirse en un hombre devoto. En fin, estamos ante la fatiga de la vida, la de Larry Gopnik, que hasta ese momento en que todo se le descabalga nunca ha hecho nada que haya nacido de su propio entusiasmo por vivir. Ya lo dice el título, estamos ante un tipo serio. Pues sus placeres y preocupaciones en la urbanización y el instituto son los disponibles y previsibles con otros propietarios de la urbanización y con los alumnos y compañeros del instituto.

Todo esto lo sabe hoy cualquiera que pertenezca a la clase media contemporánea. O sea, cualquiera de nosotros. Los hermanos Cohen, también. La cuestión que estos abordan es como enfrentar al espectador, o sea, a nosotros, no a una tragedia, sino a una broma. No a una broma infinita, pero casi. Una broma que vaya más allá del entretenimiento donde anidan todas la bromas que forman parte del espectáculo de la vida cotidiana. Y que al acabar la película salgamos no contando las carcajadas que nos hemos echado durante las casi dos horas que hemos estado frente a la pantalla, sino con una leve sonrisa en los labios reconocer solo o acompañado cuanto y como nos falta para llegar a estar más vivos y llegar a ser más sabios. Quizás pensemos en un primer momento que no hemos aprendido tanto, lo que sí es probable que la broma de un tipo serio nos haga recapacitar sobre la falsedad de nuestros hábitos de espectadores y de ciudadanos contemporáneos de clase media. No por nada vanguardista, especial o revolucionario, a la antigua usanza, sino justamente por todo lo contrario, a la nueva usanza: porque de la fuerza de esa medianía depende la grandeza y el esplendor de la humanidad en el presente y en el futuro inmediato.


 


jueves, 24 de julio de 2025

DAIANA HENDERSON

 HUMEDAL

Magenta
mi color en el mundo
qué hermoso sos
felicito a tus moléculas.
Cuando te veo al pasar
algo se enciende adentro mío
un pequeño sobresalto, un cachondeo
y a la vez como de camaradería
ganas de guiñar el ojo
al encontrarte cubriendo
la estructura de un sillón en la vidriera
en una azalea africana o en ese
grafiti fresco sobre una casilla de gas
en el que si no fuese por vos
no hubiera reparado.
Manos audaces te liberan
de tu estado de gas compacto
e impregnan una esquina del mundo
con tu impronta sensual

VIDA Y MUNDO

 El caso es que me invitaron a su fiesta de cumpleaños y yo, contra todo pronóstico, acepté. Entonces, una vez allí, me surgió de nuevo el dilema contemporáneo. La vida no es lo mismo que el mundo. La vida la tenemos en propiedad como cualquier animal, pero existimos como humanos en un  mundo heredado. Lo que le quiero decir es que la vida es de cada uno, pero el mundo es de todos y del todo. La diferencia con la época de las catedrales, continuó diciéndole, es que ahora no tenemos mundo, solo vidas solitarias y a la deriva. Me mira con sorpresa y me responde que hoy tenemos otro mundo. Es el argumento de los adanistas posmodernos (el mundo empezó cuando yo nací), le digo, mediante el que esquiváis el denominador común de donde procede nuestra condición humana diversa. No debemos confundir, le digo, vida con mundo. Tu vida puede ser como te mires el ombligo, pero cuando se trata qué decidir con el mundo heredado el ombligo da para poco. No debemos olvidar que solo puede haber mundo si hay deseo, atención, percepción y lenguaje. O dicho con palabras, si quieres más incómodas: orden, jerarquía y  disciplina. Las primeras llevan a las segundas y viceversa. Solo así podremos entender y distinguir las figuras del guerrero, el filósofo y el enamorado, que Platon señala en la ciudad ideal de la República. El mito arranca desde el mundo en la noche de los tiempos y, con distinto ropaje, afecta a todas las vidas desde entonces. Ombligos incluidos. 

martes, 15 de julio de 2025

LAURA CASIELLES

 MÁS ADENTRO

Todo el mundo lleva dentro un jardín

se ve claramente por las nudosas raíces
que en él pasaron cosas grandes en el pasado

y siguen pasando

cada día

hay pequeños movimientos de abejas
y lombrices
orquídeas colgando
helechos
lianas

(al jardín secreto de otro
no se puede entrar
y está bien así
pero hay que saberlo)


CLUB DE LECTORES ADULTOS 35

 Ser coordinador de un club de lectores es la mejor manera, y más noble, de controlar y armonizar musicalmente las palabras de la conversación entre las voces de ese club de lectores adultos. El coordinador no es un lector más es, por seguir con la metáfora musical,  el director de esa orquesta de lectores. La palabra es música. No vale decir lo que a uno le pete, sino lo que mejor tenga que ver con la partitura, que no es otra que el cuento o la novela que nos convoca.

Mi actitud en el club de lectores  afecta al modo de seguir de cerca el hecho mismo de que se trata de debates de ideas o imágenes que esconden ideas formulados por medio de palabras en los libros que nos convocan.


El proceso mediante el que los lectores adultos que asisten al club crean sus propios muros y corazas, impidiendo la fluidez en la comunicación, es una manera de no querer entender la ambigüedad de la vida humana, abierta a las fricciones y a la vez temerosa de ellas. Y lo fácil que resulta con esas prácticas desestabilizar una novela o un cuento a base de tópicos. O dicho de otra manera, en un mundo inundado de informaciones irrelevantes, la falsa claridad que conduce a la verdad es el poder que otorga el tópico al lector que lo utiliza cuando no quiere ponerse a pensar sobre lo que ha leído, ni tiene voluntad de compartirlo con los otros lectores.

lunes, 14 de julio de 2025

CARMEN RUIZ GUERRERO

 EMBADURNARME

con el barro frío de la tierra
recién llovida.
La cara,
el cuello,
el pecho,
el vientre.
Mis manos y el barro.
Dejarme secar tumbada
al sol sobre las hojas húmedas.
Tirante hasta ser piedra
como la piedra. Hasta ser ojos.
Ser horizonte inmóvil.

ALEMANIA

 La elección de los años 90 en Buenos Aires, Argentina, debe ser el primer motivo de reflexión del espectador que ve la película “Alemania”, de María Zanetti .Y por extensión, reflexionar sobre la elección de una época para situar en el tiempo y en  el espacio lo que el autor quiere contar. ¿Por qué tomar esa decisión previa si también el narrador puede no tomarla? ¿Por qué echar mano de la Historia con mayúsculas para contar una historia con minúsculas? Ya lo he dicho en otras ocasiones: para experimentar la permanencia y la esencia de lo eterno en nuestras vivencias efímeras. ¿Existe lo eterno? Nuestras existencias son un prueba de ello, aunque nuestro afán de inmortalidad lo desmienta porque cada día lo desfigura. Es la profesión del ego digital y adanista posmoderno. Para experimentar la capacidad que tenemos de transcender más allá de la rala y ruidosa actualidad donde vivimos. Solo así, creo yo, se puede captar y experimentar la totalidad de la vida vivida por seres finitos y mortales, tal y como somos los seres humanos. 

Vistas así las cosas, Lola, la protagonista adolescente de 16 años de la película, puede ser cualquier adolescente de 16 años de cualquier sitio y en cualquier tiempo perteneciente a eso que narrativamente se llama nuestra realidad compartida contemporánea. Y si digo que Lola es más sociable que su hermana Julieta debido a la enfermedad mental que ésta padece, no estoy hablando de algo que cualquier espectador no sepa cuando se pone delante de la pantalla. Y si luego digo que Lola siente envidia de amistades fuertes cuando la suya se tambalea, ocurre lo mismo. O si digo que a lo largo de la película Lola aprende que algunos vínculos pueden ser más fuertes, pero otros no tanto, que las relaciones cambian y que a pesar de los distanciamientos (geográficos o emocionales) hay muchas formas de estar cerca, etc etc. estoy diciendo que todo es reconocible sin dificultad por cualquier espectador normal, ya que son los parámetros entre los que habitamos los miembros de una familia de clase media actual de cualquier ciudad urbana occidental. Sin embargo, lo que hace diferente e irrepetible a la Lola de la película de todas las Lolas de clase media de cualquier ciudad urbana es que lo que le sucede a la Lola de la película solo le sucede a ella y solo, muy importante, mientras el espectador la está mirando en su deambular por el argumento donde la ha metido la directora. Ni un metro fuera, ni un minuto antes o después. Si el espectador tiene esto en cuenta a la hora de mirar la película, ya tienes enmarcado como algo diferente lo que a todas luces parece algo ya visto. Es decir, que si la actriz Maite Aguilar es una chica de 16 del montón, por decirlo así, Lola se encarna en su figura física y mental de manera única y permanente. Todas las adolescentes, quitando la vestimenta y los inquisidores de turno, sueñan de la misma manera en cualquier época y lugar. Y eso es lo que él espectador mira. Y debe hacer algo con eso que mira y que, a su vez, le mira. Digo todo esto porque al igual que muchos cuentos norteamericanos del mal llamado realismo sucio, Raymond Carver y compañía, en la película “Alemania”, con Lola y su familia a la cabeza, parece que no pasa nada, pero, sin embargo, intuyo que se ha colado de rondón en tu alma la vida, sin adjetivos ni edulcorantes, ni colorantes ni fatuas provocaciones. Y eso me parece bien.


Al final Lola se marcha a Alemania a cumplir su ilusión del intercambio estudiantil. Se despide de sus padres y de sus hermanos, y de la abuela, como si no hubiera pasado nada. Y ha pasado todo y de todo. Así es la vida. La vida pasa mientras nosotros imaginamos como pasa, decía el beatle de Liverpool. Pues si.


viernes, 11 de julio de 2025

JUAN RAMON JIMÉNEZ

 OCTUBRE (soneto)

Estaba echado yo en la tierra, enfrente

del infinito campo de Castilla,

que el otoño envolvía en la amarilla

dulzura de su claro sol poniente.

Lento, el arado, paralelamente

abría el haza oscura, y la sencilla

mano abierta dejaba la semilla

en su entraña partida honradamente.

Pensé arrancarme el corazón, y echarlo,

pleno de su sentir alto y profundo,

al ancho surco del terruño tierno,


a ver si con partirlo y con sembrarlo,

la primavera le mostraba al mundo

el árbol puro del amor eterno.

WASHATTP

Todo lo cual me hizo llegar a la conclusión que no había crecido mucho, a pesar de lo que le dijera su adulador de cabecera que no es otro que su cuenta de washattp. Durante la década anterior se presentó a un buen número de concursos narrativos, de esos que organizan ayuntamientos y diputaciones provinciales, pero no consiguió la notoriedad que buscaba. El caso es que ganó la mayoría de los concursos a los que se presentó, pero su reconocimiento por parte de los lectores decreció en la misma proporción que su éxito en aquellos. Un día cayó en sus manos el libro de Daniel Setién “Menos literatura y más washattp”, y me llamó por teléfono porque quería comentarme lo que le había parecido su lectura. He llegado a la conclusión, me dijo nada más llegar y después de los saludos pertinentes, que los gobiernos de las actuales democracias, contraviniendo el imperativo de la ilustración, se ven en la obligación de facilitar el acceso a la desdicha a todos los contribuyentes con independencia de sus recursos económicos. Los concursos literarios que organizan los ayuntamientos y las diputaciones provinciales son como una seguridad social a la inversa con cargo a los presupuestos generales del estado. Y ¿por que el washattp piensas que es la solución?, le pregunté a continuación. Porque es una aplicación digital en la que sus usuarios no buscan el reconocimiento ajeno, sino el exhibicionismo propio, que no es lo mismo. Con ella la relación es algorítmica no afectiva. Lo que todavía no me explico, es como he tardado tanto tiempo en darme cuenta.


martes, 8 de julio de 2025

PEDRO SALINAS

 Sin voz desnuda

Sin armas. Ni las dulces
sonrisas, ni las llamas
rápidas de la ira.
Sin armas. Ni las aguas
de la bondad sin fondo,
ni la perfidia, corvo pico.
Nada. Sin armas. Sola.

Ceñida en tu silencio.
«Sí» y «no», «mañana» y «cuando»,
quiebran agudas puntas
de inútiles saetas
en tu silencio liso
sin derrota ni gloria.
¡Cuidado!, que te mata
fría, invencible, eterna
eso, lo que te guarda,
eso, lo que te salva,
el filo del silencio que tú aguzas.

LA NUMANCIA

 EL VERDADERO APAGÓN 

Conviene indagar en los hábitos de nuestro consumo cultural a santo de qué una noche de verano un turista va y se mete, bajo la influencia de un calor sofocante, en el teatro romano de Mérida para asistir a la representación de La Numancia, la tragedia que Miguel de Cervantes escribió en 1585. Alguien ha dicho que Cervantes escribió este libreto para dar cuenta de la actualidad de su época, pues por esas fechas se produjo el sitio de Amberes, episodio en que que participaron los marines españoles de la época, los afamados tercios de Flandes. También alguien ha dicho que sea este último sitio el que más cerca esta de nuestra vida actual y, por tanto, sea el más adecuado para poder hacer, como espectadores del presente, ese laborioso ejercicio que siempre hay que hacer cuando uno visita el pasado, y que va acompañado de la impertinente e inquietante pregunta que todo heredero se debe hacer respecto del legado que recibe como mundo, si no quiere caer en los infantiles y torpes ademanes del adanismo: el mundo empezó el día que yo nací. La pregunta mencionada sería: ¿cuánto de aquel pasado perdura en nuestro presente, y que discontinuidades y rupturas detectables se han producido en nuestras forma de vivir nuestro presente? Una pregunta que, sino de forma tan explícita, bien se la pudo hacer Cervantes cuando se planteó escribir La Numancia. ¿Cuanto de aquel episodio celtibérico romano perdura hoy en la España imperial de Felipe II y los nativos de la America conquistada? ¿Cuántas discontinuidades y rupturas lo hacen diferente, ya sea en el siglo XVI de Cervantes o en el siglo XXI del espectador que asiste acalorado al teatro romano de Mérida?


El uso que hacemos de nuestra libertad sea tal vez el nexo de unión de los celtíberos de Numancia y nosotros los modernos, a través de la mirada barroca del inventor del Quijote. Sea por ello que se puede decir que el tema principal es la esperanza no como virtud melosa del tipo tópico que es lo último que se pierde, y tal, sino construida a conciencia sobre el escenario de la ciudad pacense a través de la forma que le da el pueblo numantino en marcha, demos, hacia su destino, que en este caso no es otro que la muerte sin morir matando, sino la muerte antes de caer prisionero en manos del asaltante romano. Y ello es posible cuando el hombre tiene voluntad, deseo de ejercerla y conocimiento o saber que le permita encontrar el modo como ejecutar dicha libertad. En el caso de La Numancia de Cervantes, el acto creativo proviene de una doble intuición que hermana muy anticipadamente a los celtíberos del siglo uno antes de Cristo con nuestra modernidad post-romántica como espectadores del siglo XXI. A saber, por un lado, el aprender a ser libres juntos, aunque eso sea lo último que hagan los numantinos en sus vidas. Por otro lado, el protagonismo de la voz de la mujer, dadora de vida, que propone el suicidio colectivo que frustrará la honra de la victoria al romano Escipión. Con esto ni conseguirá hacer prisioneros que cumplan la función de exhibir un triunfo en Roma, ni podrá llevar a cabo su plan de vencer al enemigo, ni a la ciudad, puesto que no hay enemigo que vencer. Su estrategia de rendir Numancia sin derramar sangre, es así, también, frustrada. 


Los escipiones conquistadores de todo lo que se mueva son hoy muchos y variados, aunque no hagan sangre con las tropelías de sus conquistas. Sitian las propiedades materiales y, sobre todo, sitúan, el alma de los consumidores, robándoles así, en un acto de mutua complicidad, su condición ciudadadana. No esta tan claro, sin embargo, que los consumidores de esas tropelías tengan la voluntad hoy de constituirse en demos, ni que las mujeres, que siguen siendo las dadoras de vida, vayan a proponer un suicidio colectivo, que hoy consistiría en organizar una jornada mundial de destrucción pública de todos los dispositivos digitales. El verdadero apagón. 

jueves, 3 de julio de 2025

JAVIER VELAZA

 FOTÓNICA

El fotón desconoce qué es la luz.
No se lo expliques, no podrá entender
que hay un sutil milagro que transmuta
lo oculto en evidente y que lo ofrenda
como exclusivo don al ojo humano.
Jamás percibirá la iridiscencia
que envuelve de colores su corpúsculo
y baña en catarata portentosa
este universo nítido y fulgente.

El fotón desconoce que es la luz.
Ignora que sin él, sin su minúscula
energía, sin su movimiento
exiguo e impredecible, no habría más
que una sola perpetua noche insomne.
No sabe que él existe solamente
para unirse a congéneres idénticos
y componer con ellos el fulgor
mirífico que es razón de todo.
El fotón desconoce qué es la luz
y también desconoce que es la luz.

No hay nada más terrible y más hermoso:
ser luz y no saberlo, e iluminar sin ver.
Como nosotros, ciegos titilando en la noche.


ESTATURA

 Cortarle la pelambrera que le crece de forma rápida y abundante a su caniche que le acompañaba, es lo que me estaba contando mi amigo que se disponía a hacer en cuanto nos despidiéramos de la cafetería donde habíamos quedado para charlar un rato, cuando saltó la noticia en mi móvil que hacía mención a unos ladrones que le habían cortado la mano al transeúnte que querían robarle la mochila, pues no encontraron una amenaza verbal suficientemente intimidatoria que le obligara a soltarla y dársela, por decirlo así, por las buenas. Creo que fue Pessoa quien dijo que éramos de la estatura moral de lo que oíamos y veíamos. Así que sin previo aviso me encontré metido en un dilema de difícil salida. Si seguía mi camino ateniéndome a lo que había visto: un chucho con los pelos largos y enmarañados que le iban a hacer un trasquilado de diseño. O seguía mi camino ateniéndome a lo que había oído: un ciudadano había perdido su mano por no dejarse robar. En esa encrucijada sentí que empecé a tener mala conciencia de morderme las uñas, pero igualmente de repente me dio vergüenza de ir por la calle con mis rastas en bandolera. Todo lo cual me hizo llegar a la conclusión, si prestaba atención a Pessoa, que no había crecido mucho.


miércoles, 25 de junio de 2025

CARMEN CONDE

 EN ESTÁ HORA DEL MUNDO

“Sí, lo sé. Hay oscuridad.

No la producimos.

Nadie la confiesa.

Pero algo, pero alguien, pero alguno,

yo no sé si quién,

mana oscuridad,

oscurísima oscuridad”.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 34

 Cuando un sistema cerrado de creencias se impone a las maneras abiertas de adquirir el conocimiento, el insufrible resultado es la infantilización atroz de la sociedad y sus instituciones derivadas. O dicho de otra manera, tener siempre la ideología o la creencia o los prejuicios o los complejos etc. a mano y en perfecto estado de revista, para evitar, una vez más, el atreverse a pensar por uno mismo ante los otros. Que fatiga. Las opiniones lectoras deben debatirse no desacreditarse, simplemente, mediante un ajuste con las propias creencias, ideologías, etc. Estamos pues ante la jerga de parvulario de los profesionales del poder, escúchelos, que se ha convertido ya en la única forma de hablar de los lectores adultos. Todo eso, al fin y al cabo, acaba permeando las palabras conversaciones de los clubs de lectores adultos, hoy ya indistinguibles de los infantiles en las escuelas e institutos.

La batalla cultural en torno a esos dos grandes duelistas de la lectura es ideológica y es metodológica, y se refiere a como y con quien deben medirse, por decirlo así, las intervenciones en los clubs de lectura de adultos. Que cada cual diga lo que quiera o que sea el narrador el denominador común que une su diversidad lectora.

sábado, 21 de junio de 2025

SOFIA NOWENDSZTERN

 LA NOCHE LE RECUERDA

La noche le recuerda que la duda trepa las paredes

hasta ocupar la casa
La noche le recuerda que el negro es el color
del más horrible caos

Él elige cerrarse en una oscuridad peor

Inestable por el peso de las imágenes

Incontables, perversas
Prefiere arrancar la fuente

y frenar su curso

LOS POBRES

 En alguna de las razones que postula el nuevo sindicalismo digital, se encuentra la explicación de que abandonara su carrera docente y se entregara a la defensa de los trabajadores del gremio educativo. De enseñar al que no sabe pasó a hacer justicia con los que menos tienen. La llamada de los pobres, como ella dice, le vino después de leer el libro de David Bodanis, “el secreto de la casa”. Dice Bodanis que basta un simple movimiento, como es dejar el periódico sobre la mesa, para aniquilar millones de microorganismos que por allí pululan. Pues así sucede en la realidad visible, aunque no nos demos cuenta. Perteneciente a una familia burguesa y católica de la provincia de Soria, desde muy joven tuvo dos amores que siempre fueron su fuente de inspiración. Por un lado, como no, Antonio Machado el honrado, como ella lo llama, por otro Ernesto Guevara el Che valiente, como amplió a su manera el apodo del famoso guerrillero. Antes de dejar el instituto y entrar en el sindicato de enseñantes visitó al subcomandante Marcos en la sierra de Lacandona, para comprobar el impacto creado por las figuraciones de los nuevos medios de comunicación en la percepción de la revolución de siempre. Ahora hace un mes que se ha jubilado, echando de menos sus años docentes. Eso dice. Tiene  un caniche al que saca tres veces al día a dar un vuelta por el pueblo. También le lleva al peluquero dos veces al mes para desenredarle y cortarle la pelambrera que le crece de forma rápida y abundante.


viernes, 20 de junio de 2025

LUCIANA MAXIT

 mi cuerpo es una iglesia caótica

llena de culpa y vino
llevo en los hombros
la belleza de la gente que se rinde
que se deja caer de rodillas
ante lo terrible de la vida doméstica
habito la política de la nostalgia
hablo su argot con elegancia
rezo el rosal con mis dedos de espina
un ave maría por los chacales hambrientos
un dios te salve por la fibra de la tristeza
un gloria por lo que llega demasiado tarde
rezo por las cosas que me dan miedo
me invento algunos santos
para no sentirme sola.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 33

 Más que un evento - uno más dentro de la actualidad llena de palabras instruméntales -,  un club de lectores adultos es un encuentro de sentimientos, que tiene lugar mediante el uso de las palabras sensibles más allá de la actualidad evento.

Resulta urgente impulsar los club de lectores adultos para responder a una de las exigencias del futuro, la de expresar verdades simultáneas, incluidas las fricciones habidas en el proceso deliberativo de aquellos. Combatiendo así esa farsa instituida por el Inquisidor del populismo lector, a saber, un club de lectores adultos es un evento para que cada lector diga con urgencia lo que le pete, como si el Inquisidor estuviese a punto de interrumpir la reunión dispuesto a meter en la hoguera a los blasfemos.


Ante esa amenaza del Inquisidor, con la que el populismo lector no deja de contaminar las bibliotecas y las librerías, se presenta una buena ocasión para convertir al club de lectores adultos en un juego ritual de adquisición del self, juego que responde a una necesidad muy inglesa de hallarse en el centro del conflicto de los lectores adultos, que no es otro que su incapacidad de expresar lo que sienten al leer, para así resolverlo. Siendo el coordinador de ese club de lectores adultos contra el Inquisidor, el primero que se cuestiona esa incapacidad expresiva. El coordinador es el lector adulto que más sabe, que no sabe nada, el primero que se expone ante los otros lectores adultos que están aprendiendo a expresar lo que siente al leer. El saber del No Saber. Con la intención de aplicar luego estas enseñanzas al hablar cotidiano en las conversaciones habituales de la vida. 

martes, 10 de junio de 2025

SAM PINK

 Cobarde

El secreto es
que nunca morís
pero
tampoco seguís viviendo.
Te conformas, en cambio,
con el espectro más pequeño de fracaso y recompensa
Lo que sea que duela menos.
Y créeme:
No estoy culpando a nadie.

ETERNIDAD

 Todo apunta a que al final correrá la sangre, aunque también he de decir que no será tanta como para que pueda llegar al río. Alcanzar la eternidad, ya sea en el cielo como en la tierra, no merece que aparezcan los cuchillos. Verán, el compañero que se ha incorporado recientemente a la oficina es católico practicante y suele acumular los quince minutos del bocadillo para ir los viernes a la misa de 12, que celebran en la iglesia que hay al lado de donde trabajamos. El compañero más antiguo del departamento es comunista de toda la vida y un ateo recalcitrante donde los haya, y no ve con buenos ojos esa praxis de su compañero pues la interpreta como una concesión al Vaticano. Yo, que soy delegado sindical electo, le digo al comunista que lo que hace nuestro compañero creyente es perfectamente legal según el convenio actual vigente; luego le añado que llevar siempre un pegatina en la pechera en contra del capitalismo es, según su propia teoría, una concesión al bolchevismo de Moscú. Yo pienso que los dos tienen el mismo anhelo: huir de la finitud y precariedad  de su vida laboral, y por extensión de su vida en general. Lo que ocurre es que la eternidad no es algo que encaje, y mire que lo hemos intentado, en alguna de las razones que postula el nuevo sindicalismo digital. 


viernes, 6 de junio de 2025

JUAN BONILLA

 LOS DÍAS HETERÓNOMOS (fragmento)

Pasan en procesión

los días heterónomos

y los recuerdos no funcionan,

se nos disuelven

como episodios

de los que sólo quedan titulares,

los detalles se pierden,

y se borran los gestos,

persisten sólo sensaciones generales,

grandes palabras como cuevas húmedas

en las que hubo mucha vida

de la que sólo quedan pintarrajos

en la pared.


CLUB DE LECTORES ADULTOS 32

 LA CREATIVIDAD EN UN CLUB DE LECTORES ADULTOS SURGE DE UNA COMBINACION CABAL DE LA ACEPTACION DE UN DOBLETE, EN FORMA DE AUTORIDAD Y OBEDIENCIA, POR PARTE DE CADA LECTOR ASISTENTE: 

1 LA DEL NARRADOR DEL LIBRO QUE CONVOCA

2 LA DEL COORDINADOR DEL CLUB QUE LO HA PROPUESTO


ANTE ESTA DOBLE AUTORIDAD Y OBEDIENCIA APARECE, A SU VEZ:

  

1 UN PROBLEMA DE COMUNICACIÓN (tu y yo ) 

2 UN CONFLICTO DE PODER IDENTITARIO (tu o yo)


Y EN MEDIO DE ESTOS DILEMAS, ASOMANDO Y ESCONDIENDO LA NARIZ A SU ANTOJO TRAS LAS ALMENAS DE SU FORTALEZA, SE ENCUENTRA SIEMPRE


LA RAZÓN PEQUEÑA DE LOS LECTORES COBARDES

El secreto es
que nunca mueres
pero
tampoco sigues viviendo.
Te conformas, en cambio,
con el espectro más pequeño de fracaso y recompensa
Lo que sea que duela menos.

jueves, 5 de junio de 2025

MARTA JIMÉNEZ

 DONDE EL AMOR EMPIEZA

AHÍ donde dicen todos
los estudios científicos que
acaba el amor,
tres años y dos meses más tarde.
Ahí donde los artículos
de periódico lo dan por concluido,
donde terminan las pelis
donde se deja la gente.
Ahí donde según diversas
universidades de prestigio mundial
el amor no tiene ya cabida.
Ahí
exactamente ahí
es donde el amor empieza.

IDA

 Que hace una novicia como tú saliendo del convento - donde vives desde que te metieron allí cuando eras una niña pequeña - dentro de las coordenadas del momento histórico que lo haces (antes de hacer los votos, para conocer a una tía con pasado turbio, y cuando hay un gobierno autoritario polaco, etc) y al hacerlo así te presentas a un espectador mundano y sabelotodo como yo en el momento histórico en que vive (relativismo moral, más grandes dosis de censura y autocensura en el ambiente, es decir, el conflicto como lenguaje de las relaciones humanas). Fíjate en la que te has metido. O mejor, cabría decir, en qué lío me has metido si decido seguir tu peripecia en compañía de tu bohemia tía y todo lo demás que la envuelve, y me envuelve.

Verás, como dice algún que otro espectador de la tertulia que te ha visto como yo, es que resulta muy difícil identificarse con tu aventura extraconventual si siempre vas vestida de uniforme de novicia de los pies a la cabeza. Lo que pasa, ahora que lo pienso le digo a mi colega tertuliano, es que todos los personajes que aparecen en todas las películas van vestidos de uniforme, al igual que los espectadores que las miramos. Tampoco me cuesta mucho intuir que esos espectadores, que no se identifican con Ida por ir disfrazada de novicia, no asistieron a la película que dirige Paweł Pawlikowski disfrazados de cabaretera o algo así. Tampoco los espectadores de estos pagos vivimos en la Polonia soviética, ni tenemos una tía judía que se ha dedicado a juzgar y condenar a los disidentes del régimen totalitario de aquellos lares. Aunque lo de la tía es más común que pueda ser compartido - quien no tiene por ahí oculto un familiar que perteneció a los represores franquistas o a las checas comunistas -, lo que supongo cuesta aceptar a esos espectadores es lo del uniforme de novicia. Si se lo hubiese quitado al salir del convento, vistiéndose como manda el canon civil de una sociedad totalitaria, la cosa habría cambiado a la hora de mirar la peli. Pero Ida sale del convento, no lo olvidemos, para llevar a cabo una misión laica, no evangelizadora, que no es otra que conocer al único pariente que le queda, su tía Wanda hermana de su madre, antes de coger los votos de monja, es decir, antes de ser verdaderamente una religiosa. Y es que con la religión hemos topado. Por más que los filósofos y los antropólogos digan que lo que pensamos y hacemos los laicos y ateos de todo pelaje y condición no es otra cosa que imitar como bellacos el paradigma milenario de la Iglesia católica apostólica y romana. Me refiero al Vaticano para entendernos, claro está. Que la promesa de la vida eterna sea antes o después de la muerte, según mires al cielo o al bolsillo es una minucia no tiene la menor importancia. Pues dentro de cien años, ya sabe, todos calvos.


A mi me pasó lo mismo que a esos espectadores de la tertulia que he mencionado, hasta que apareció el saxofonista en la vida de Ida. Mejor dicho la música del saxofonista. “Me gusta mucho”, es lo primero que dice Ida cuando le pregunta el saxofonista. Anteriormente hemos visto como sus ojos se iban llenando de esa infinito placer para ella desconocido, superando la barrera del uniforme de novicia. Epifanía, asombro, milagro. La música que este hombre consiguió sacarle al instrumento nos puso en contacto y en comunicación a las tres almas. La de Ida con su uniforme, la del saxofonista con el suyo y la mía bajo unos pantalones y una camisa de entre tiempo. Entonces todo cambió en mi vida como espectador de esta película. Todo empezó a encajar de manera inesperada, epifánica me atrevería a decir. Más tarde, lo que le ofrece el novio saxofonista a Ida es tener una vida ocupada y uniformada, no una vida plena, la cual ya la tiene en el convento. Es por ello que no acepta la propuesta del saxofonista, coge la maleta y se vuelve al convento. Al decírselo a Ida el saxofonista se lo dice también al espectador que está a su lado. Es entonces cuánto que tengo que dirimir entre mi vida ocupada y mi vida plena, si acaso la tengo. Entre el tópico tan usado: “no me da la vida”, ocupando el calendario sin contención ni límite y la vida plena a que me lleva a la reflexión y la meditación. En fin, lo que da de sí el cuerpo mientras tengo vacía el alma. Sea como fuere, a Ida en el convento y a mi de vuelta a casa, siempre nos quedará la musica del saxofonista.