lunes, 13 de octubre de 2025

FÉLIX LOPE DE VEGA

 Ir y quedarse, y con quedar partirse

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir pues resta sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.


CIUDADANO BERLINÉS 2

 Siempre que he visitado Berlin lo he hecho pensando en la evidencia de su pasado, nunca en su futuro inexistente, y esta ocasión no iba a ser una excepción. Lo que quería que cambiara era el ritmo y los hábitos del turista anterior que había sido. Y encontrar el ritmo más lento, los hábitos propios y la mirada, sobre todo la mirada, de un vecino habitual que por unos días quería ser. Cada vez tengo más claro que la ciudad de Berlín es el epítome de la Europa de entreguerras y de manera muy significativa de la Europa de la segunda mitad del siglo XX. Si Viena y Paris fueron, por decirlo así, las capitales de antes de que todo se fuera al garete, Berlin es la capital de la Europa de mientras, durante y después de que todo se fuera al garete. Es la capital de la destrucción y de la nada y, tal vez por ello, es también la capital de un nuevo renacer europeo, si es que eso es aún posible en el siglo XXI.

Aunque reconozco que para llevar a cabo tales propósitos tengo que instalarme en Berlín durante una larga temporada, ensayar una nueva actitud durante el tiempo que lo visito me aleja del ensimismamiento del turista estándar. Para conseguir esa nueva actitud lo primero que hago es cambiar la bibliografía que me acompaña por las calles de Berlín. Para el antes de que todo de fuera la garete leo los “Paseos por Berlin”, de Franz Hessel. En el capítulo titulado, “Del placer de vivir” el autor dice que el alemán de la época sigue empeñado en divertirse haciendo uso de la cantidad y de lo pretencioso a diferencia de los parisinos, que siguen apostando por la calidad y el refinamiento de las maneras y las formas. Quien tuvo retuvo, viene a decir Hessel, como homenaje a una ciudad, Paris, que ya no volverá a ser nunca lo que fue en décadas anteriores. Para mientras todo se iba al garete sigo los testimonios que aún se conservan de la batalla de Berlín, con la que se puso fin a la Segunda Guerra Mundial. Para después de que todo se fuera al garete pero no del todo, de donde surgió el llamado milagro alemán, sigo los escritos de uno de sus artífices principales, Konrad Adenauer. No me olvido en este apartado de seguir los restos del lamentable y afamando muro de Berlín. Y en todo este periplo está presente mi instinto mirando debajo de lo que veo mientas callejeo tratando imaginar más allá de lo que veo. Así por ejemplo la vista que siempre hago a la puerta de Brandeburgo. No veo a la multitud de turistas sino que me invento un relato relacionado con la entrada triunfal de Napoleón, con todo su séquito de generales y tropa, por esa misma puerta el 26 de octubre de 1806. Y lo hago ateniéndome a como registran ese momento histórico las pinturas de Charles Meynier y Richard Knotel.


viernes, 3 de octubre de 2025

BLANCA VARELA

 CURRICULUM VITAE

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora

UNO

 UNO conduciendo hoy un coche rompe con nuestra tradición occidental/oriental heredada, que dice que uno no es un número sino el que posibilita todos los números. 

UNO es hoy una religión que defienda Nada a largo plazo como bandera y una Flexibilidad Máxima como consigna.


UNO hoy conduciendo un coche y mirando todo el día un móvil anula la posibilidad de que existan otros conductores y de rebote impide la existencia de otros ciudadanos en una sociedad ordenada como fin e inspirada en la razón comunicativa como medio.

martes, 30 de septiembre de 2025

WILLIAM WORDSWORTH

 ODA A LA INMORTALIDAD DEL ALMA

Aunque el resplandor que

en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.

Aunque mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
que en mi juventud me deslumbraba.

Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos,
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo.

En aquella primera
simpatía que habiendo
sido una vez,
habrá de ser por siempre;
en los consoladores pensamientos
que brotaron del humano sufrimiento,
y en la fe que mira a través de la muerte.

Gracias al corazón humano
por el cual vivimos;
gracias a sus ternuras, a sus
alegrías y a sus temores, la flor más humilde al florecer
puede inspirarme ideas que, a menudo,
se muestran demasiado profundas
para las lágrimas.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 42

 La mayoría de los lectores que asisten aún club de lectores adultos no viven de forma apasionada y creativa al lado de sus preguntas, que es lo mismo que decidir vivir en contacto con su ignorancia (el saber del No saber). Muy al contrario esa mayoría vive dogmáticamente pegados a su creencias ideológicas (yo sé de esto, de lo otro y de los más allá), que es la forma más eficiente y cínica de ocultar su descomunal ignorancia. Las ideologías nunca aprenden porque se creen que ya lo sabe todo, lo cual hace que nuestra mente, ávida de la simplificación de las ideologías, nos conduzca sin remedio hacia la insensatez. 

¿La representación de la voz del lector se limita solo al voluntarismo entrelazado estrechamente con la estética del gusto en su asistencia a los clubs de lectura? ¿O como comparsa aplaudidora de los eventos publicitarios de la industria del libro: librerías, centros culturales, bibliotecas, fundaciones, escritores, editoriales, política cultural de los ayuntamientos…? O la lectura es más bien como una llamada y como una plegaria. Como un sentir no como el contrapunto de un saber previo, sea académico o digital, para llevar a cabo una verificación, o no, de esos saberes previos.


La Ficción es una salida que ha inventado la humanidad.

Es una salida, claro está, una posibilidad para el monstruo, - o para el mono, si leemos a Kafka - que llevamos dentro. ¿Una salida a qué, se preguntarán? Oh, muy sencillo. Una salida a aquello que ocurrirá cuando no ocurra nada. 

viernes, 26 de septiembre de 2025

ALICIA AZA

 ARQUITECTURA DEL SILENCIO

Existen territorios invisibles

a los ojos despiertos de los niños,

al ruido del color de la amapola,

a la pasión del pájaro que canta

dibujando recuerdos sobre el árbol.

Existen otros campos sin paisaje

donde ni las desgracias sobreviven

al caer lo brillante de tus sueños

de quien ya es un suspiro de la noche.


CIUDADANO BERLINÉS 1

 Siempre he tenido “pereza” para aprender otros idiomas. Me parecía que mientras me dedicaba a aprender a balbucear el nuevo idioma en las academias o con los métodos de moda no profundizaba en mi lengua materna. Quiero decir, no aprendía a pensar en es lengua primordial. Sea por ello, que crea que para aprender de verdad un idioma hay que vivir durante bastante tiempo en alguno de los lugares donde el idioma elegido sea oficial. Pero mi biografía no ha sido la del estudiante varías veces becado, que ha vivido suficiente tiempo en las ciudades donde lo ha llevado la beca que le han concedido, lo que le ha permitido acabar aprendiendo el idioma que allí se habla. Ni tampoco he sido el emigrante, o el hijo de emigrante tipo de los años sesenta, que se instaló o lo instalaron en la ciudad extranjera elegida por sus padres a la busca de trabajo, siendo esta decisión laboral la que me hubiera llevado a poder aprender el idioma de esa ciudad. Sin embargo, lo que si ha despertado mi interés es escuchar a mi mujer como habla otros idiomas a los que se ha acercado. El francés, el inglés y ahora el alemán. Es como si estuviera escuchando a otra persona a la que escucho habitualmente en nuestra lengua común, el español. Esta fue la razón por la que decidí acompañarla al curso de alemán al que se apuntó en la ciudad de Berlín. Mi otra intención era, y es de la que quiero hablar en este escrito, aprender a ser ciudadano berlinés.

¿Qué quiero decir con esta expresión aparentemente campanuda? Trataré de explicarme. Mi mujer y yo hemos visitado Berlin cinco o seis veces, pero siempre lo hemos hecho como turistas. Una categoría, esta de turista, que poco a poco ha ido desplazando a la de ciudadano, sobre todo en las grandes ciudades. O dicho de otra manera, las grandes ciudades no producen grandes ciudadanos, que sería lo suyo siguiendo la ampulosidad del adjetivo, sino que esa misma ampulosidad por primera vez en la historia gramatical de las lenguas hace mutar el nombre ciudadano en turista. En una ciudad grande como Berlin habitan, si nos atenemos al estilo y perfil de las personas que se ven andando por las calles, los turistas, entes que son los que, al fin y al cabo, acaban llenando las arcas municipales, siempre en competencia con otras instituciones en el reparto del pastel de los presupuestos generales del Estado, cuando se aprueban que no son todos los años como pasa por estos pagos. Los ciudadanos de esta gran ciudad de Berlín - a sabiendas de que puede ser un anacronismo que sigo utilizando como homenaje democrático a sus orígenes, y por amor a las crónicas berlinesas de Joseph Roth o a los paseos por Berlin de Franz Hessel - permanecen anónimos o desaparecidos ante el apabullante narcisismo de los turistas que no dejan de pulular por sus calles y rincones ni una hora del día, ni un día de la semana, ni una semana del mes, ni un mes del año. Esos entes sin ser, los turistas, que patean el asfalto de la ciudad de Berlin como un todo, donde su propia existencia de turistas ocupa la cúspide de ese todo, no como un milagro o como un misterio, tal y como es la existencia de esta ciudad y sus habitantes después de sus múltiples catástrofes acaecidas no hace tanto, sino como algo que está ahí como un universo inteligible al primer clik del móvil del ese turista sin ser y que está ahí también, ajena a todo que no sea todo enteramente a su servicio.


martes, 23 de septiembre de 2025

FENG ZHI

 VENECIA

Nunca podré olvidar
aquella ciudad de agua de Occidente,
un símbolo del mundo,
de una infinidad de soledades colectivas.

Una soledad es una isla
y todas las islas se hacen amigas.
Cuando me tomas de la mano,
es como un puente sobre el agua.

Cuando me sonríes,
es como si en la isla de enfrente
se hubiera abierto, de pronto, una ventana.

En medio de la tranquilidad de la noche,
sólo se ven las ventanas cerradas
y la gente apostada sobre los puentes.

PÉRDIDAS

 Como lo oye, es difícil de reparar la pérdida absoluta de la formación política en los ciudadanos, la pérdida de crítica consecuente - nos confirmamos con el descontento -, la pérdida de bagaje cultural, la pérdida de todo atisbo espiritual, la pérdida de las nociones elementales de lo justo y lo injusto. Así fue una parte de la respuesta de uno de los ponentes de la conferencia a quien desde el patio de butacas, que casualmente estaba sentado a mi lado, le había hecho una pregunta sobre si uno de los males de nuestra cultura es que nos llega toda ella enlatada, pero no con fecha de caducidad como las sardinas sino como la de los yogures. El título de la conferencia era “Las experiencias del tiempo.” Los dos ponentes que hablaron, y cada uno a su manera - novelista histórico el uno e historiador narrativo el otro - se metieron con las bondades y promesas del futuro y su tecnología, que nunca llegan como las prometen los futurólogos progresistas, y alentaron, a cambio, las evidencias existenciales del pasado y su tradición, de cuyas bondades y promesas, dijeron, somos nosotros los legítimos herederos. Duele pensar, respondió el que estaba a mi lado, que los pronósticos de los teóricos de la obsolescencia del ser humano se han cumplido en esta nuestra cultura extraviada y dirigida por lerdos.


martes, 16 de septiembre de 2025

ANDREA JEREZ

 DILEMAS RELIGIOSOS

Sería fácil tener fe,
caminaría por estas calles
sintiéndome protegida
como una paloma que se esconde
entre el pelo hípster de Dios.
No correría por las noches
de camino a casa, al contrario,
entraría a esa disco under
donde se emborrachan los Ángeles
de camisas de flores y lentes oscuros.
Si creyera en ellos, dejaría que uno
se acercara y me agarrara
las caderas con respeto
para dejarme llevar.
Bailaría con la confianza
de que mi vida pende
de su música divina
cuyo final está escrito
y no hay nada
que pueda ofrecer
para cambiarlo.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 41

Inspirado en el libro “la corrosión del carácter”, de Richard Sennett

Muchos años después, Rico Tercero escribe una carta al que fuera su padre, Rico Segundo, al último destino laboral de éste sito en un bosque de Alaska, donde le cuenta que ha muerto enRico Primero y que acaba de presentar la tesis doctoral de su carrera que ha titulado: “los efectos de la flexibilidad laboral en un alma compasiva”. El final de la tesis, que adjunta a la carta, dice así:

“La normativa internacional no limita actualmente la resolución de las imágenes verbales que produce nuestra imaginación (qué hacemos con lo que nos pasa), más allá de los embarulladas impactos visuales que producen sin parar la Fábrica de Noticias de la Actualidad. Lo cual no es óbice para que nos sigamos creyendo a pies juntillas, que una imagen de esa Fábrica de Noticias vale más que mil palabras de nuestra imaginación. Para ello no hemos tenido empacho en meter las voces con que nos habla y hablamos a la vida (el lenguaje común heredado) en el laboratorio de los especialistas o expertos, y así nos creemos que los otros seres hablantes son objetos separados del mundo, más manipulables, cuando en realidad su identidad forma parte de una unidad primordial que entre todos debemos buscar. Ese es nuestro destino y el deber ético de nuestro carácter.”

miércoles, 10 de septiembre de 2025

OSCAR HAHN

 Escrito con tiza

Uno le dice a Cero que la nada existe
Cero replica que uno tampoco existe
porque el amor nos da la misma naturaleza

Cero mas Unos somos Dos le dice
y se van por el pizarrón tomados de la mano

Dos se besan debajo de los pupitres
Dos son Uno cerca del borrador agazapado
y Uno es Cero mi vida

Detrás de todo gran amor la nada acecha.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 40

 Convendría distinguir entre:

*El yo lector que busca al asistir a un club de lectores su propia identidad: efímera, cambiante, contingente, etc

*El yo lector que busca al asistir a un club de lectura la verdad común y permanente con otros lectores. Es lo que da forma al discurso amistoso, no de oposición, que es la lectura. 


Para Roland Barthes el placer del texto, es decir, ante el texto, es un placer individual, entendido por ello “asocial” y entendiendo, por “asocial” ni comunicable ni transmisible. Entiéndase hoy el término “asocial” como sinónimo del “narcisismo extremo”, aunque confunda el verlos todo el día exhibiéndose en las redes sociales donde militan. Aquí es donde se refugian y camuflan todos los lectores perezosos que asisten a los clubs de lectura. Si hacemos caso a Barthes nos meteríamos de coz y hoz en una pura paradoja, a saber: la experiencia lectora interior, asocial o narcisista, no se produce en contacto con lo asocial sino en contacto con una de las partes más convencional o más representada de la experiencia, el texto, sagrado o profano. No en balde se siguen produciendo muchos más libros de los que se compran, y de estos no digamos ya los que no se leen. El resultado es una extraña asimetría: por un lado queda el texto y por el otro lo que nos pasa con el texto. Es decir, lo que incita a la comunicación, lo que tiene estructura de transmisibilidad, nos incomunica y nos precipita en el fondo hermético de nuestra individualidad. Mi placer al leer es solo mío, piensa para sus adentros, y nada de mi se proyecta en la existencia gracias a su opuesto más patente: la escritura. Entonces, ¿para que asistes a un club de lectores adultos?


Esta decisiva actitud de los lectores irrazonables a la hora de decidir asistir a un club de lectores adultos, forman una burbuja donde se refugia ese activismo de la ignorancia disfrazada de certeza que tanto se da en esos club de lectura. La racionalidad no es suficiente al asistir a un club de lectores. La mayoría de los lectores persigue sus desnudos intereses al margen de cualquier consideración acerca del bien común. Falta valor y coraje, más que erudición académica como tantos se empeñan cínicamente en exigir (no es que no estoy preparado, no, es que soy un cobarde irredimible), es lo que el lector adulto debe poner sobre la mesa común que lo une a los otros lectores adultos en el acto que los convoca, para desprenderse del fardo de sus desnudos intereses y descubrir el bien común que existe al dejarse acompañar en la lectura de un cuento o una novela.


Como resistirse perceptivamente, más allá de la actualidad, ante la avalancha de tópicos y lugares comunes que se nos echan encima desde la actualidad de cada día a través de los medios de comunicación.


Del valor y el coraje surge principio de responsabilidad, no de la erudición académica. Entonces, ¿como legitimarse como lector no generalista o consumista de lo que hay, sino como lector de lo que puede haber más allá de lo que hay, como lector democrático, simbólico y desarraigado, digamos, para estar así a la altura del narrador y de los otros lectores que ahí, más allá de lo qué hay, más allá de las cuitas de la actualidad y sus arraigadas servidumbres, se hacen esta misma pregunta? Para salir así de las meras opiniones sobre el argumento de un texto y alcanzar su sentir sobre su capacidad ejemplar. Dejando así, también, de conformarse, o de apalancarse en la condición de ser un lector callado.

jueves, 4 de septiembre de 2025

INMACULADA PELEGRÍN

 MATERIAL DE DERRIBO 

La casa se deshace
bajo el peso del tiempo
y ya no queda nada –o casi nada–
salvable en su interior.
Unas cajas, tan sólo,
con trastos que indultar del cataclismo.

Una de ellas contiene unas muñecas
vestidas de una moda incomprensible
como si, con las prisas,
se pusieran la ropa equivocada.

Su dueña las dispuso para el viaje
de forma cuidadosa.
Ordenadas y juntas; de este modo
se les ve asustadizas, obedientes.

Despeinadas y sucias en sus caras
tienen unas sonrisas que no entiendo.


CLUB DE LECTORES ADULTOS 39

 LA NUEVA CULPA POR NO LEER

Entre una Democracia de consumidores o una Democracia de ciudadanos.


​Desde pequeños nos dicen que hay que leer, que leer es bueno, que leer nos hace cultos, que leer nos hace libres, que leer nos hace sabios. Los maestros insisten, las instituciones gastan papel, presupuesto y carteles para fomentar la lectura, los editores se quejan pero paran de editar libros, los libreros también se quejan de que no venden lo suficiente, los escritores no dejan de hacer bolos para dar a conocer sus obras. En fin, que no leer se ha convertido en una culpa, en un nuevo pecado, en una mancha. Y nadie quiere sentir se culpable.

Pero el problema empieza entonces: ¿qué leer? para redimir el pecado y librarnos de la culpa. Leer todo es imposible y leer casi todo también. La única opción posible y razonable reside en intentar leer los libros necesarios. El problema sigue porque nadie se pone de acuerdo sobre la composición de esa lista imaginaria. Alguna hay circulando pero ninguna, afortunadamente, es fiable. Digo afortunadamente porque esa lista debe ser un descubrimiento personal - aunque transferible- que cada lector y lectora debe hacer por sí mismo, aun sin renunciar a ayudas y recomendaciones de otros.


Cada època necesita de palabras que le empujen a mirarse en el espejo. No importa que esas palabras sean del pasado o del presente. Cada època hace una literatura acomodaticia (como servicio público y mercado) destinada a proponer eso que los lectores de esa época quieren escuchar. Los consumidores. Y otra, mas intempestiva (como aprendizaje y conocimiento), que le habla a esos mismos lectores sin servidumbre ni contemplaciones. Los ciudadanos. Solo esta última está en condiciones de ir mes allá de la oferta y de la demanda de su época. 


Los narradores buenos se encuentran, aunque parezca increíble, en los libros remotos en el tiempo (más allá de la actualidad), aquellos que no corremos peligro de encontrarnos a la vuelta de la esquina (los de plena y rabiosa actualidad). Para el uso cotidiano del lenguaje - ese que no nos hace correr ningún riesgo cuando hablamos o leemos - preferimos los libros donde los narradores y personajes sean más manejables, menos desconcertantes, con los que sepamos a qué atenernos. Vamos, narradores mas acordes con quienes están a nuestro lado, o nos encontramos en el deambular por la vida cómoda y acomodada que llevamos.


​Para encontrar los libros necesarios se requiere, ante todo, descubrir cuales son las preguntas con que uno convive, es decir, es necesario, pensar el mundo personal y el colectivo. Pensar la vida que llevamos. Si uno conoce esas preguntas se puede orientar en la selva editorial y en la herencia literaria. Puede escapar de las modas y de los prejuicios estériles. Puede empezar a ir más allá del me gusta o no me gusta del imperativo digital, para empezar a responderse: este libro me interesa o este libro no me interesa. Por ese camino se puede llegar, incluso, a descubrir los grandes libros, los grandes autores: los que nos ofrecen las preguntas que nunca nos habíamos imaginado. Esos son los imprescindibles. Son pocos seguramente. Pero valen mas que mil campañas publicitarias. Nos hablan en voz baja en estos tiempos de tanto ruido.

martes, 2 de septiembre de 2025

JOSÉ BERGAMÍN

 Nunca saben los sueños que son sueños

cuando pueblan de imágenes el alma
desviando el sentido de la vida
más allá, o más acá, de las palabras.

Cuando tejen con hilos invisibles
la tela fabulosa de su trama
como una red que apresa el pensamiento
bajo el turbio espejismo de su aguas.

SISSI Y GEORGE

 Apelar a la normalidad como equivalente de la experiencia de la semejanza en la polis. Yo comparto con el otro cosas semejantes al formar parte de la misma comunidad política y al mismo tiempo somos distintos. Hubo un tiempo en que el pasado no acababa de pasar del todo porque el futuro no acababa de llegar todavía. Y eso era normal. De esta manera el tiempo no perdía su continuidad en su atributo fundamental de fluir permanente, haciendo así más habitable el espacio, tanto de los que estaban como de los que se habían ido y de los que estaban por venir. A nadie se le ocurría, por decirlo así, enmendarle la plana a la vida del abuelo a cuenta del nacimiento del nieto. Todo el mundo intuía, más o menos, que siempre había algo en el tiempo pasado que no había sido pensado y que por tanto no había sido vivido del todo. O sencillamente no había sido vivido como experiencia. De ahí la insistencia sin sonrojo en los ámbitos académicos europeos en hacer valer con orgullo nuestra triple procedencia de la civilización occidental a la que pertenecemos: griega, hebrea y romana. Cuanto de aquellas formas de vida tiene vigencia entre nuestras formas de vida actual, cuanto ya no existe y cuanto lo hace bajo otros ropajes o apariencias. Pero, de repente, dejamos de vivir con estas preguntas sobre la continuidad de la vida a nuestro lado y ésta empezó a aparecer manga por hombre ante los que seguíamos vivos. Empezaron a ordenar el mundo no el todo sino las fracciones del todo, no el fluir del tiempo, sino su presentismo estático y, como correlato de lo anterior, los expertos en las fracciones y el carpe diem de cada una de ellas. Hasta hoy.

Todo lo anterior ha tenido y tiene una gran influencia en la manera de concebir la forma de narrar el pasado. “Sissi y yo”, la película dirigida por Frauke Finsterwalder y la serie de TV “La joven George Sand”, de Rodolphe Tissot, son dos ejemplos que he visto recientemente de esto que digo.


Juan Arnau explica de forma inmejorable lo que nos está pasando desde que entramos en esta etapa que se ha dado en llamar postmoderna, en la que el cuento del YO CON MAYUSCULAS ha sustituido a todos los grandes relatos tradicionales, que según los teóricos de aquella ya no daban más de sí. El relato de Dios incluido. Arnau dice así:  “El ego tiene que seguir, si ha de seguir la vida. ¿Como uno podría desembarazarse de sus gustos e inclinaciones, de sus miedos y aversiones? Lo que puede no seguir, y esta es la solución India, es la identificación con el ego, creer que uno es eso, ese conjunto de inclinaciones y deseos, ese cuerpo al que éstas han dado forma, esa red de manías y obsesiones, éticas o villanas, solidarias o narcisistas. Y entonces uno empieza a espiar al ego (sin juzgarlo) y a esbozar una sonrisa ante el espectáculo de sus afanes. Deseo irónico. Ese testigo que observa es la puerta de entrada a lo real. No es lo real mismo, pero desde allí puede ocurrir que lo real se manifieste.”


No es que me incomode inventar las vidas del pasado a cuenta de las ideologías dominantes del presente (tiremos de tópico, cada cual puede hacer lo que le pete, faltaría mas), sino que me pregunto para qué sirve ese esfuerzo sino es para renovar los colores de las estampas que los apologetas utilizan en la prédica de tales ideologías. Los datos históricos nos dicen, hasta donde la historia alcanza en su decir, que la emperatriz Isabel de Austria (Sissi) y la aristócrata Aurora Dupin (George Sand) tuvieron unas biografías que no eran habituales en la época que les tocó vivir. Y además a las dos les encantaba montar a caballo. Lo que los datos históricos no resaltan es que lograron vivir su vidas inhabituales porque era emperatriz la una y aristócrata francesa la otra, fardo del que no quisieron desprenderse por aquello de que el hábito hace al monje. Mediante este apunte irónico, como dice Juan Arnau, quizá las biografías que representan las películas mencionadas más arriba hubieran quedado en mejores condiciones de ser vistas en el presente, que es heredero común  del pasado particular de cada una de las heroínas. Si a Sissi su directora le hubiera rebajado los humos imperiales de Isabel y si a George Sand su director la hubiera liberado de los líos matrimoniales de Aurora Dupin, todos, ellas entonces y los espectadores de hoy, hubiéramos podido conversar con mejor provecho en un presente reconocido que no debería quedar afectado por el paso y el peso de los años que median entre ellas y nosotros.




miércoles, 13 de agosto de 2025

VALERIA TENTONI

 Por qué entro en las iglesias

Por el silencio, y contra nadie,
por el silencio húmedo de las iglesias
y sus mosaicos,
por lo que las iglesias le hacen a la luz,
cómo la dulcifican y la tiñen y la devuelven
al lugar del que proviene

por lo que esa luz, antes de irse,
transforma en las estatuas,
en las figuras esmaltadas
y sus manos perfectas

por la perfección, además,
de los confesionarios
en los que nunca me arrodillo
aunque las primeras muecas de la fe
como las del terror
jamás nos abandonen.

Porque en medio de la ciudad
y del ruido
hay silencio,
y porque el silencio es húmedo
y esmaltado

porque casi siempre estoy sola
en las iglesias
donde hasta las flores que se pudren
son hermosas
y porque no entro
con la mirada lacia
de los que van de visita.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 38

 Leer tiene que ver con la experiencia, no con los experimentos de laboratorio psicológico. Por eso nunca nos bañamos en la misma experiencia lectora. Leer, como escribir, es estar siempre comenzando de nuevo. La lectura no es acumulativa, como si le pasa a los experimentos psicológicos, que son de estirpe cientifista.

El mismo hecho de la percepción lectora muestra que uno no es lo que percibe al leer. Pero la percepción es la que nos permite encontrar a ese Uno Común, a ese que nos une y que es lo que somos sin atributos. Eso significa leer en compañía de otros lectores.


En este ejercicio colectivo que es un club de lectores adultos la potencialidad crítica del pensamiento sale de su anestesia o pereza habitual porque, como vengo diciendo en otras entradas, pasamos de enunciar la crítica lectora a encarnarla. Dicho con otras palabras, pasamos de ser unos lectores pasivos a tratar de ponernos a la altura creativa que nos exigen las palabras del narrador del cuento o la novela que nos ha convocado. Eso es la experiencia poética lectora, ver las cosas cotidianas iluminadas con otra luz. Para la experiencia lectora es fundamental la atención y la relación, el efecto zoom de la mirada, que por supuesto no deberíamos dar por supuestas por el hecho de abrir un libro y asistir a un club de lectores. Un lector me dijo:   “solo quiero utilizar, me interesa, la información del libro que leo y todo lo que la acompaña, pero no tanto o nada comprender la historia y el carácter de los personajes que por allí pululan. Asi las persona de la vida, las instituciones democráticas, etc incluidas, concluyó con énfasis”.


Los lectores tienen en la actualidad un sistema de inmunodeficiencia social trastornado.  La naturalización de los fenómenos sociales. La coraza. Lo defiende ante lo que consideran las aversiones exteriores, por ejemplo, las palabras de quienes no piensan como ellos y que no están acostumbrados a oír, porque suelen vivir en tribus sociales donde todos hablan el mismo idioma. La autocensura verbal familiar y social. Debemos despertarnos del sueño dogmático y apostar con decisión por la virtud pública del talento del diferente y lo diferente. El lector universal, lee de dentro afuera, de lo conocido a lo desconocido, de lo cercano a lo lejano, como encarnación del Sujeto. Universal. La comunidad lectora es el correlato de la comunidad educativa y política, Sin perder de vista la solidaridad forzosa. Si no es así un club de lectores adultos no es nada más que un agregado de egos infantiles auto referenciales y autocomplacientes con su forma de leer.


Dicho con palabras antiguas que siguen vigentes, Como lectores de un club de lectura tenemos que enamorarnos de los fuegos sagrados de la literatura, más allá de los folclorismos y colorines de las editoriales y las campañas propagandísticas gubernamentales.

sábado, 9 de agosto de 2025

FRANCISCO PETRARCA

 BENDITO SEA EL AÑO

Bendito sea el año, el punto, el día, 
la estación, el lugar, el mes, la hora 
y el país, en el cual su encantadora 
mirada encadenóse al alma mía.

Bendita la dulcísima porfía
de entregarme a ese amor que en mi alma mora, 
y el arco y las saetas, de que ahora
las llagas siento abiertas todavía.

Benditas las palabras con que canto
el nombre de mi amada; y mi tormento, 
mis ansias, mis suspiros y mi llanto.

Y benditos mis versos y mi arte
pues la ensalzan, y, en fin, mi pensamiento, 
puesto que ella tan sólo lo comparte.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 37

 El relativismo lector vive muy cómodo en medio de un fuerte relativismo moral social, ese donde vale todo nada vale y viceversa. Y sino que se lo pregunten a esos alumnos que alardean de no leer nunca un libro y de preferir un régimen autoritario a la democracia siempre y cuando se le respeten todos sus derechos consumistas, pero no aceptan que un día un profesor les diga que hará todo lo posible para que no aprueben las matemáticas, a lo que responden que eso nos es Justo.

En este contexto hoy dominante de relativismo moral lector, llamo lector iluminado tanto a aquel que cree que lo sabe todo al leer un libro como a quien no cree en nada ni en nadie de lo que lee, pues no cree en las palabras. En ambos casos la necesidad de aprender ha desaparecido en sus horizontes de inteligibilidad lectora, pues en estos horizontes sólo aparecen ellos y nada más que ellos, autosuficientes y autocomplacientes. Valga advertir, como aviso para nuevos lectores navegantes, que todo lector iluminado, además de como ya he descrito, es también una gran manipulador y un encantador de serpientes en el uso de las palabras. 


Sin embargo, nada de lo anterior nos debe hacer olvidar que lo propio de la condición humana es ese saber socrático que sabe que no sabe nada y que eso le motiva para no dejar de darle vueltas a las palabras y las cosas, con los otros y entre los otros, hasta ver un hálito de claridad provisional a sabiendas que se pasará rápidamente, por lo que volveremos otra vez a discutirlo y a seguir hablando sobre el porqué de las palabras y las cosas hasta lograr nuevas claridades provisionales. Entre tanto, nuestro destino como humanos es vivir entre tinieblas.


Ejemplo de todo lo anterior me lo ha contador un amigo profesor de lectura y literatura en un instituto de secundaria, donde un alumno alardea que eso de la justicia y la democracia no vale para nada, pero no acepta que mi amigo profesor le diga que hará todo lo posible para que no apruebes las matemáticas. Eso no es Justo, le responde indignado.

miércoles, 6 de agosto de 2025

HAN KANG

 El invierno a través de un espejo

1.

Mira la pupila de una llama.
Azulado
ojo
con forma de corazón
lo más caliente y brillante
aquello que la rodea
la llama interior naranja
lo que más parpadea
lo que rodea de nuevo
la llama externa semitransparente
mañana por la mañana, la mañana
que parto a la ciudad más alejada
esta mañana
el ojo azulado de una llama
mira más allá de mis ojos.

BAJO EL VOLCÁN

 Como he tardado tanto tiempo en darme cuenta de que algún día me tocaría a mí tratar con su carácter, y de rebote con nuestros destinos, es algo que todavía no logro comprender del todo. Los volcanes siempre han sido fuente de atención de las mentes imaginativas porque siempre han visto una relación, no demostrable por supuesto, entre las entrañas de la Tierra y las nuestras propias. Empecé a darme cuenta de lo que significaba su carácter después de leer “Viaje al fondo de la Tierra”, de Julio Verne, en el club de lectores que organizaba yo en la biblioteca de la que también era el director. En este ejercicio colectivo que es un club de lectores adultos mi intención era que la potencialidad crítica del pensamiento de cada lector saliese de su anestesia o pereza habitual porque pasáramos de enunciar el gusto lector a encarnar la crítica razonada. Dicho con otras palabras, pasáramos de ser unos lectores pasivos y comodones a tratar de ponernos a la altura creativa que nos exigen las palabras del narrador del cuento o la novela que nos ha convocado en la biblioteca. Esto era así, al menos eso creía yo, hasta ese día en que ella apareció en la biblioteca por primera vez como nueva lectora del club. Estas fueron sus palabras para presentarse: “Nada hay más parecido al paisaje de la mente que el interior caliente y oscuro de un volcán”, dijo cuando le tocó el turno de palabra. Dijo eso y también dijo su nombre, Catalina Llompart. Luego recogió sus papeles y abandonó la biblioteca sin despedirse. Han pasado casi veinte años desde aquel bautizo lector. Entre medias, un sinfin de erupciones de esa manera volcánica de ser, tan lúcida algunas veces tan destrucitiva la mayoría. Ayer me llamó por teléfono para decirme que dejaba de asistir al club de lectores, porque el volcán se había convertido, a su entender, en un entretenimiento turístico sin chispa ni lava que llevarse al coleto. Como lo oye.


lunes, 4 de agosto de 2025

BRAULIO ORTÍZ

 NO IMPORTA SI OLVIDASTE LA MALETA (fragmento)

No importa si perdiste el equipaje.

Si tu pecho ha renunciado al frío,
si sabes
que un árbol derribado será leña,
que un hombre que ha caído puede erguirse,
si has aprendido eso, que hay vida

más allá de la vida,

más allá incluso del árbol y del hombre,
no importa
el rostro hostil que tenga cada tarde.

No importan los rastrojos o la espina
que hacen de un espejo una amenaza.
Rebelde e imprevisto,
como una flor que brota en una celda
o un agua que circula bajo tierra,
así te incorporas tú frente a las cosas.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 36

 Crisis de nacimiento:

*Una de las chapuzas evolutivas de nuestra mente es que nuestra inteligencia es perezosa: la atención involuntaria sin esfuerzo frente a la atención voluntaria que requiere esfuerzo. De ahí el papel negativo de las nuevas tecnologías en la educación: que me lo haga la máquina. A efectos de medir la influencia de la tecnología en nuestra pereza intelectual no es lo mismo usar el tractor o el tren o el avión que el móvil.


*Hay una cuestión que es fácil de entender: la simplificación. Todos lo hacemos todo el tiempo ya que sin hacerlo no podríamos vivir. Si no te han educado para entender cosas, sino para creer cosas…No sabemos tratar con la complejidad, por tanto simplificamos, somos unos simples.


*Claro que es posible pensar al leer, Lo que no es posible es seguir pensando sin interrogar los marcos desde los que se piensa. Preste su  atención al dato. El cuarenta por ciento de los jóvenes españoles no creen en la democracia, un dato que se corresponde con el cuarenta por ciento de los jóvenes que no ha leído  nunca un libro. Democracia sin Educación no es posible. Soy analfabeto pero tengo dinero. ¿Hay alguien por ahí?

martes, 29 de julio de 2025

JOAN BROSSA

 NOCTURNALIA

Pura contra la noche está mi mano
Riqueza y fuerza me echaré a la espalda;
Busco la calma en lo que pensar pueda,
Donde empieza la queja trazo raya.

Suelen bastarme el hombre y su misterio,
El azufre que hiero no me daña;
Pero la suma escapa al juicio humano,
y me sacude el trueno y raya el rayo.

Pero no digo que mi error lamente:
-¡Echa raíces, olvidada tierra!
En torno de tu amor dialogando,

Cuanto retengo piérdolo con ansia:
Ni siento horror de morir como pienso
Ni pensar como muero me entristece.

UN TIPO SERIO

 Los nuevos ricos, esos que viven en las urbanizaciones del extrarradio, no buscan una vida mejor, sino más cómoda y sin responsabilidades. Es decir, son urbanizaciones no pensadas para que ocurran tragedias. Aun así la vida va a lo suyo y golpea de forma imprevista al protagonista de la peli “Un tipo serio”, dirigida por Joel y Ethan Cohen. A saber, el protagonista se llama Larry Gopnik, un profesor académico judío que vive en una urbanización judía de clase media en las afueras de Minneapolis. La historia se centra en la lucha espiritual y existencial de Gopnik cuando su esposa Judith contempla la posibilidad de dejarlo por su colega Sy Ableman. Para mayor sufrimiento, su hermano Arthur, por falta de recursos vive en la casa de Larry. Larry comienza a cuestionar el valor de su vida, a la vez que soporta estos asuntos y otros que se suman como su hijo, Danny, que roba dinero de su billetera para comprar marihuana; su hija, Sarah, que le roba para financiar su cirugía de nariz; un estudiante que intenta sobornarlo para pasar de grado y lo amenaza con demandarlo; y una vecina que llama su atención. Larry pide consejos a tres rabinos distintos en el intento de resolver sus problemas y convertirse en un hombre devoto. En fin, estamos ante la fatiga de la vida, la de Larry Gopnik, que hasta ese momento en que todo se le descabalga nunca ha hecho nada que haya nacido de su propio entusiasmo por vivir. Ya lo dice el título, estamos ante un tipo serio. Pues sus placeres y preocupaciones en la urbanización y el instituto son los disponibles y previsibles con otros propietarios de la urbanización y con los alumnos y compañeros del instituto.

Todo esto lo sabe hoy cualquiera que pertenezca a la clase media contemporánea. O sea, cualquiera de nosotros. Los hermanos Cohen, también. La cuestión que estos abordan es como enfrentar al espectador, o sea, a nosotros, no a una tragedia, sino a una broma. No a una broma infinita, pero casi. Una broma que vaya más allá del entretenimiento donde anidan todas la bromas que forman parte del espectáculo de la vida cotidiana. Y que al acabar la película salgamos no contando las carcajadas que nos hemos echado durante las casi dos horas que hemos estado frente a la pantalla, sino con una leve sonrisa en los labios reconocer solo o acompañado cuanto y como nos falta para llegar a estar más vivos y llegar a ser más sabios. Quizás pensemos en un primer momento que no hemos aprendido tanto, lo que sí es probable que la broma de un tipo serio nos haga recapacitar sobre la falsedad de nuestros hábitos de espectadores y de ciudadanos contemporáneos de clase media. No por nada vanguardista, especial o revolucionario, a la antigua usanza, sino justamente por todo lo contrario, a la nueva usanza: porque de la fuerza de esa medianía depende la grandeza y el esplendor de la humanidad en el presente y en el futuro inmediato.


 


jueves, 24 de julio de 2025

DAIANA HENDERSON

 HUMEDAL

Magenta
mi color en el mundo
qué hermoso sos
felicito a tus moléculas.
Cuando te veo al pasar
algo se enciende adentro mío
un pequeño sobresalto, un cachondeo
y a la vez como de camaradería
ganas de guiñar el ojo
al encontrarte cubriendo
la estructura de un sillón en la vidriera
en una azalea africana o en ese
grafiti fresco sobre una casilla de gas
en el que si no fuese por vos
no hubiera reparado.
Manos audaces te liberan
de tu estado de gas compacto
e impregnan una esquina del mundo
con tu impronta sensual

VIDA Y MUNDO

 El caso es que me invitaron a su fiesta de cumpleaños y yo, contra todo pronóstico, acepté. Entonces, una vez allí, me surgió de nuevo el dilema contemporáneo. La vida no es lo mismo que el mundo. La vida la tenemos en propiedad como cualquier animal, pero existimos como humanos en un  mundo heredado. Lo que le quiero decir es que la vida es de cada uno, pero el mundo es de todos y del todo. La diferencia con la época de las catedrales, continuó diciéndole, es que ahora no tenemos mundo, solo vidas solitarias y a la deriva. Me mira con sorpresa y me responde que hoy tenemos otro mundo. Es el argumento de los adanistas posmodernos (el mundo empezó cuando yo nací), le digo, mediante el que esquiváis el denominador común de donde procede nuestra condición humana diversa. No debemos confundir, le digo, vida con mundo. Tu vida puede ser como te mires el ombligo, pero cuando se trata qué decidir con el mundo heredado el ombligo da para poco. No debemos olvidar que solo puede haber mundo si hay deseo, atención, percepción y lenguaje. O dicho con palabras, si quieres más incómodas: orden, jerarquía y  disciplina. Las primeras llevan a las segundas y viceversa. Solo así podremos entender y distinguir las figuras del guerrero, el filósofo y el enamorado, que Platon señala en la ciudad ideal de la República. El mito arranca desde el mundo en la noche de los tiempos y, con distinto ropaje, afecta a todas las vidas desde entonces. Ombligos incluidos. 

martes, 15 de julio de 2025

LAURA CASIELLES

 MÁS ADENTRO

Todo el mundo lleva dentro un jardín

se ve claramente por las nudosas raíces
que en él pasaron cosas grandes en el pasado

y siguen pasando

cada día

hay pequeños movimientos de abejas
y lombrices
orquídeas colgando
helechos
lianas

(al jardín secreto de otro
no se puede entrar
y está bien así
pero hay que saberlo)


CLUB DE LECTORES ADULTOS 35

 Ser coordinador de un club de lectores es la mejor manera, y más noble, de controlar y armonizar musicalmente las palabras de la conversación entre las voces de ese club de lectores adultos. El coordinador no es un lector más es, por seguir con la metáfora musical,  el director de esa orquesta de lectores. La palabra es música. No vale decir lo que a uno le pete, sino lo que mejor tenga que ver con la partitura, que no es otra que el cuento o la novela que nos convoca.

Mi actitud en el club de lectores  afecta al modo de seguir de cerca el hecho mismo de que se trata de debates de ideas o imágenes que esconden ideas formulados por medio de palabras en los libros que nos convocan.


El proceso mediante el que los lectores adultos que asisten al club crean sus propios muros y corazas, impidiendo la fluidez en la comunicación, es una manera de no querer entender la ambigüedad de la vida humana, abierta a las fricciones y a la vez temerosa de ellas. Y lo fácil que resulta con esas prácticas desestabilizar una novela o un cuento a base de tópicos. O dicho de otra manera, en un mundo inundado de informaciones irrelevantes, la falsa claridad que conduce a la verdad es el poder que otorga el tópico al lector que lo utiliza cuando no quiere ponerse a pensar sobre lo que ha leído, ni tiene voluntad de compartirlo con los otros lectores.

lunes, 14 de julio de 2025

CARMEN RUIZ GUERRERO

 EMBADURNARME

con el barro frío de la tierra
recién llovida.
La cara,
el cuello,
el pecho,
el vientre.
Mis manos y el barro.
Dejarme secar tumbada
al sol sobre las hojas húmedas.
Tirante hasta ser piedra
como la piedra. Hasta ser ojos.
Ser horizonte inmóvil.