EMBADURNARME
con el barro frío de la tierrarecién llovida.
La cara,
el cuello,
el pecho,
el vientre.
Mis manos y el barro.
Dejarme secar tumbada
al sol sobre las hojas húmedas.
Tirante hasta ser piedra
como la piedra. Hasta ser ojos.
Ser horizonte inmóvil.