Un momento de verdad seria algo parecido a ese diferencial que hay entre querer apropiarte de las cosas con las palabras que dices y no poder conseguirlo. No es un fracaso, tampoco lo tienes que vivir como una frustración, es el momento mágico de lo que es irreductible a nada ni a nadie, es el momento de esplendor que hace visibles por un instante nuestros límites frente a lo que estamos buscando. Es el momento de la verdad. Momento de verdad es esa situación a la que te enfrentan los narradores o los protagonistas de las novelas que lees y luego de mirar a quienes tienes al lado, vas, y a continuación miras para otro lado. O te vas a pasear a la india, o te vas subir a los volcanes sicilianos, o te da por imaginar una excursión a Nigeria si la protagonista resulta que, vaya por dios, ha nacido allí, o si te pones guay y te cubres con el traje de profesor de instituto y así te dispones a ejercer, fuera del horario lectivo, la función que te ha encomendado la sociedad a la que perteneces: predicar a los cuatros vientos la verdad no ya como un momento, sino como un edifico a prueba de bombas enemigas. Un momento de verdad es ese que te impide calzar, como la mano lo hace con el guante, la pregunta que mas quieres con la respuesta que mas anhelas, o al revés, hacer que la respuesta esté ya en la pregunta. Un momento de verdad es eso que en medio del tumulto ambiente te hace vislumbrar o intuir que a lo mejor quepa la posibilidad de que no tengas razón o que la razón la tenga el otro. ¿Puede decirse, entonces, que la experiencia vivida ayer en el metro por la protagonista de piel tostadita, fue un momento verdadero? ¿O hubiera sido mas auténtico (que según un amigo mío es mas que verdadero) que saliera del vagón y que se diera cuenta que le habían birlado el móvil? A lo que cabría añadir, según mi amigo, que acto seguido denunciara el robo en la comisaría mas próxima, desde donde podría haber llamado a su novio para que estuviera a su lado en momentos tan tensos. Seguramente contado así, como le gusta a mi amigo, trasmite una mayor sensación de realidad, tal y como nos la muestra los medios de comunicación actuales, esos que dicen en que siempre están con la verdad. No sé.