martes, 3 de mayo de 2011

EL HOMBRE QUE MANDÓ MATAR A LIBERTY LADEN














Convenga conmigo que volverá. Que hombres como Liberty Laden siempre vuelven, porque nunca acaban de irse. El mar lo escupirá en cualquier costa. El diablo vuelve porque no somos capaces de aceptar que nuestra vida acabe con la declaración de Hacienda. Porque no podemos quedarnos quietos en la sala de estar de nuestra casa (Pascal). Por eso, mal que le pese al Gran Emperador Negro y a sus virreyes blancos europeos, aunque rompa el anhelo de justicia de nuestras cándidas almas, Liberty Laden volverá.

Cosas del calendario, Liberty Laden murió sesenta y seis años y un día después de su antecesor, un tal Adolf Hitler. Volverá. Sin bigotito, sin turbante. Volverá porque esta en el sino de la divinización a que hemos abocado a la voluntad humana. Tal deshumanización permite al ser humano poner valores y fines sin cortapisas trascendentes. Le permite ser como dios. La forma que adquiera la nueva megalomanía no la sabemos todavía, pero lo que es seguro es que volverá a atreverse con todo. Seguro que ya esta haciendo madeja entre nosotros, ocupando los huecos vacios que ha dejado el príncipe saudita. Como todos los cambios, no será visible hasta que se haya hecho familiar, hasta que sea uno de los nuestros. Pero unicamente será reconocible a través del encanallamiento de nuestra servidumbre. Aunque, como pasó con los alemanes que auparon a Hitler a lo mas alto, todo eso lo veran con nitidez nuestros descendientes, si es que llegamos a dejar algo que puedan heredar.

El hombre que mandó matar a Liberty Laden tiene fecha de caducidad porque es un alto funcionario del Estado. Magnético en el uso de la palabra, seductor y honesto bajo el foco de la imagen, pero irredutiblemente intercambiable con su sucesor mediante los tiempos y recuentos electorales. Sin embargo, el espíritu de Liberty Laden permanece porque forma parte de la fuente abastecedora de la otra cara, donde habita la esencia, la que da de comer a todas las alimañas que la luz de quien lo ha mandado matar oculta. Como tantos otros delincuentes, Liberty Laden estuvo antes del lado bueno de la ley. Pero es que estar dentro o fuera de la ley, desde que nos expulsaron del paraiso por no cumplir una ley que no entendíamos, viene a ser lo mismo. Desde entonces todos somos sospechosos de ser delincuentes, cada vez que intentamos volver a donde nos echaron sin explicaciones.