viernes, 20 de mayo de 2011

EL CHANTAJE DE LA FELICIDAD


Del poema “Frío en la Tierra” , de Emily Brönte, le dejo muestra con la siguiente estrofa:

“Cuando se fueron los dias de sueños dorados,
y la desesperación ya no fue capaz de destruir,
aprendí que se podía mimar a la existencia,
reconfortarla y alimentarla sin ayuda de la felicidad.”

No se si le llegara el bálsamo del consuelo, pero siempre ha sido así. Ya lo dijo el viejo Platón: «nuestros políticos son las gentes más divertidas del mundo, con sus reglamentos que modifican sin cesar». Y en esos reglamentos el verbo más conjugado no es permitir, orientar o facilitar, sino prohibir. ¡Queda prohibido! Es el sueño de todos los barandas. Y eso no ocurre solo en nuestros lares, sino en todo el universo que llamamos pomposamente civilizado. Vivimos en países obsesivamente regulados, desde que uno se levanta hasta que se acuesta, y eso nos otorga la vitola de no tener nunca la mácula de la sospecha. Limpios y pulidos ante el mundo. Ejemplos siempre a imitar. Y lamentablemente nos lo hemos creido, dejándolo todo en sus manos. Y todo es ¡para hacernos más felices! Y si nos obligan a ser felices —a pesar de nosotros— podría sucedernos lo anunciado por Juvenal, «que por amor a la vida perdamos lo que la hace digna de ser vivida». Esto también se esta cociendo en la DRY del Km 0.

Haga cuentas. Si tenemos la suerte de disfrutar de una vida longeva votaremos unas quince veces en cada comicio que nos convoquen, lo cual nos da un total de unos ¡90 minutos! a lo largo de la vida. Menos que lo que dedicamos diariamente a la televisión. Eso es todo lo que da de sí esta democracia representativa. Puro contrabando ideológico. Así no se puede seguir. El Km 0 no es la plaza egipcia de Tahrir, pero puede llegar a serlo. Fue un enigma, todavia indescifrado, que los jerarcas europeos decidieran cortar el sur del continente por Gibraltar en lugar de por los Pirineos, como había sido siempre. El no aclararlo supongo que debió ser para reservarse la carta de rectificación unilateral, como siempre ha sido. Angela Merkel lo lleva advirtiendo desde hace un año, quien no cumpla se quedará fuera del euro. Esta semana lo ha vuleto a decir, hay que unificar el tiempo de trabajo y las vacaciones en el continente europeo.

El pensamiento alicia de nuestra dirigencia vende la felicidad del ser humano como único objetivo, pero las leyes del mundo, que es mas grande que el ralo de nuestra dirigencia, van por otro lado. No es recomendable ni deseable que nos agotemos en la búsqueda de nuestra felicidad, porque no somos un medio para conseguir los fines ajenos. Evitando tal chantaje tendremos alguna posibilidad de salir de esta crisis, que es mucho más que económica. Conviene no olvidar, que nos parecemos más a lo que dice en este otro poema Emily Brönte, cuya casa y legado visitaré en el mes de Junio.

“La Razon puede en verdad quejarse
de la triste realidad de la Naturaleza
y decirle al corazón que sufre
cuán vanos sus caros sueños son,
y la Verdad puede pisotear, brutal,
las flores entreabiertas de la Fantasía”