viernes, 25 de noviembre de 2016

LOS OTROS

Deberíamos reconocer que, como seres de palabra y de razón, lo que más nos cuesta es expresar lo que sentimos a "los otros". Tenemos que seguir esforzándonos para superar esa parálisis que se apodera de nosotros, y que hace que, con frecuencia, se nos congelen en la boca las palabras que imaginamos a partir de lo que leemos o miramos, al intentar darles forma para explicar a "los otros" la experiencia de nuestra alma o nuestro espíritu, Entendiendo por "los otros" esos que son unos "desconocidos". Esos que no forman parte de nuestro círculo de seguridad de amigos, de familiares, de afinidad profesional, ideológica o deportiva, etc. En fin, entendiendo por "los otros" esos con los que nos reunimos para compartir dudas y perplejidades, mediante un lenguaje que no es el habitual. Un lenguaje que en la mayoría de los casos nos fomenta la inseguridad, a lo que solemos responder con desdén o recelo. Un lenguaje que da forma, o proviene de unos relatos a veces muy cortos, a veces muy largos. Casi siempre tirando a extraños y sospechosos. Y por ello, nunca de lectura y discusión plenamente cómoda y satisfactoria.