miércoles, 30 de noviembre de 2016

ENCUENTRO DOMÉSTICO

"Claro, como siempre" - respondió con desprecio a su padre y, a continuación, se encerró en su habitación dándole con la puerta en las narices. La contestación fue el punto final de una violenta discusión, zarandeos y bofetadas recíprocas incluidas, a cuenta de las molestias que le estaba ocasionando a aquel, y a los vecinos, la música que tenía puesta a todo trapo. Cuando dejaron de estar uno frente al otro, desearon aniquilarse mutuamente con esa calculada eficacia que llevan a cabo las bestias impunes. La madre, mientras tanto, después de haberlo escucharlo todo, se hizo la dormida en la habitación contigua.