viernes, 22 de abril de 2011
EL DIA DEL INSUMERGIBLE
El 14 de abril pasado el espectro de la Moncloa estaba en Singapur, una de las etapas de su viaje por el extremo oriente. Allí, ante una reunión con los de por aquí, que están haciendo las chinas, dijo: "España todavía tiene dificultades, pero el barco va a seguir navegando con fortaleza, es un poderoso trasatlántico. Estad tranquilos, estad tranquilos". Con un par. Supongo que el mismo, la testosterona tiene estos arranques, que le llevó a soltar la metedura de pata de anunciar las inversiones chinas en nuestras cajas de ahorros, anuncio que fue desmentido de inmediato por los fondos chinos
Su falta de visión esteroscópica al mirar mal y solo por el ojo izquierdo, siempre le incita a este hombre a decir estas cosas, que se caracterizan por la ausencia de relieve. Piensa en colorines, pero dentro de un mundo plano. No hace falta que le recuerde que ese mismo día, hace 99 años, se hundía para siempre en medio del océano Atlántico el Titanic, símbolo por excelencia de lo insumergible, de lo eternamente perdurable. Desde entonces decir trasatlántico, y después de la peli de James Cameron todavía mas, significa que la cabeza y el corazón se llenen sin remedio de Titanic, y todo el rosario de imposturas y calamidades que lleva asociada la palabrita. Fue el primer acto de la caída de los dioses de la ciencia y la tecnología, y su voluntad de poder dominar la naturaleza de forma definitiva. Un pequeño roce con un iceberg que pasaba por allí, puso fin a la singladura.
Un espíritu libre no debe educarse como esclavo. Pierda toda esperanza, lamentablemente al frente de este trasatlántico y su flotilla de veleros que le acompañan solo se encuentran tipos dominados por el espíritu del samurai. Siempre a servicio de la voz de su amo, que no se sabe donde está y que siempre está en silencio. Alguna cifra, algún diagrama de barras, poca cosa mas. Deje de reirse y échese a temblar, al contrario que el capitán del Titanic el espectro de la Moncloa ha decidió abandonar el barco en medio de la catástrofe. Llevándose consigo todos los botes salvavidas.