Una mirada hacia el más allá y 99 fotos del más acá, incluida la de la luna. Como no conmoverme, una vez más, ante la efigie del Cristo argentino cubano. Al igual que con el Cristo de Galilea y toda su corte de santos y diablos dentro y fuera de las iglesias y catedrales, las otras 99 fotos, que nos ofrece la revista Time como las más influyentes, aparecen, no con un papel secundario en su bella significación individual en el más acá, pero si para resaltar en conjunto la segura y elevada mirada de Che Guevara hacia el más allá. Pues el Cristo de Galilea y el Cristo argentino cubano resumen la contradicción humana entre nuestro insaciable deseo y la inaprensible realidad donde vivimos. Advirtiéndonos, así, a los últimos románticos del presente, que la nostalgia ya no debe ser lo que fue si queremos llegar a algún sitio con sentido en el futuro. No olvidemos, además, que tanto el Cristo de la cruz como el Cristo de la boina con estrella de cinco puntas son los mitos más comercializados en todo tipo de soportes en la República Digital Mercantil a la que no sabemos dejar de pertenecer, con desigual fe y maña, cada día.