jueves, 21 de febrero de 2013

LA NORMALIDAD DE BK


¿Qué es una persona normal? Para entendernos, y de forma muy esquemática: ayer, quien vivía resignada ante el temor de Dios Todopoderoso. Hoy, quien vive indignada ante la incompetencia y corrupción del Estado Laico. Pero tanto ayer como hoy, y a pesar del temor o la indignación, ¿existe un fondo inalterable de bondad y grandeza en las personas normales? ¿O lo que es inalterable es el fondo de maldad y miseria? ¿Las personas normales podemos hacer cosas excepcionales? Pero aunque no las hagamos, ¿podemos imaginar y sentir como las personas excepcionales? ¿Somos de apariencia normal pero con un fondo de una potencia excepcional? Siendo así, entonces, ¿fondo y forma nos conforman? ¿Cómo y hacia que destino? ¿Ayer igual que hoy?

BK respondió así el otro día, con una normalidad sorprendente, en un foro literario y social. Dijo:

Lo que tenemos en común la clase media de este país, los normalitos (los que, creo, son como yo) es el deseo de que todo vuelva a la normalidad, a una monotonía tranquila en la que se pueda mirar al futuro sin el miedo a imaginarlo lleno de miseria. Pero también están los otros: banqueros, grandes empresarios, clase política y familia real. Cuando peor nos va a nosotros, mejor les va a ellos. Los agujeros de los bancos se cubren con nuestros impuestos, los trabajadores pierden casi todos los derechos, los políticos culpan a los que estaban antes de la situación actual, mientras se crean leyes que les sirve para blanquear el dinero que defraudaron a hacienda y la familia real… mientras exista el caos en que estamos sumidos, parece que nadie está dispuesto a exigir una república. Nosotros somos más, pero ellos tienen el poder. Y lo peor de todo, es que ya ni siquiera estoy enfadada. Es como si me hubieran noqueado”.