A veces me da por ponerme cursi y pienso que otro futuro es posible. Ya ve. Cuando me pasan estas cosas tengo la sensación de que las raices de mi cerebro, o como se llame eso, flotan en algún sitio vacío. No sobre algo incandescente, revolucionario, dispuesto para que coja forma en la superficie mediante el empuje del deseo y de la razón. Vacío, ya le digo. Independiente de la gente que me rodee en ese instante. Y no es malestar lo que siento por esa falta de vigor exaltado, es otra cosa. Debe ser algo parecido a lo que le pasa al dinero con la fusión fría. Esta adaptación a las leyes del mundo no deja de resultarme inquietante, pero también atractiva.
¿Por qué los padres en lugar de llevar todos lo días los niños a la escuela, no hacen el camino contrario? ¿Por qué no los sacan de una puñetera vez de semejante tugurio? ¿Por qué los niños consienten en que sus padres los abandonen allí a su mala suerte, y que se vayan como bovinos a vender la suya al trabajo? ¿Por que no los sacan, a su vez, de esos abominables presidios?
Hay algo realmente diabólico en la educación obligatoria, como en su correlato paralelo la diversión, igualmente, obligatoria. Tanta obligación no nos libera de la violencia de la vida, pero si nos deja mas indefensos ante sus cornadas. Lo peor es que están revestidas de derecho.
Sin educación obligatoria, sin tener que divertirse a la fuerza, no veo porque me tengo que encontrar perdido en un mundo así. Un mundo en el que, al fin, no cuentan obligatoriamente los seres humanos. No digo que no hayan de estar, simplemente que no me van a generar falsas expectativas por que tengan una buena educación o una irresistible gracia seductora.
Mas que un futuro posible, me doy cuenta de que es un futuro cuya probabilidad se está realizando ya, en su forma más letal, en cada rincón de mi presente. Esta coincidencia, sin embargo, no me debe llevar a engañarme con esas recomendaciones del carpe diem horaciano, que no paran de dar entrar en los mensajes electrónicos que recibo. Recomendaciones tales como, si tu hijo no limpia su cuarto y se pasa el dia viendo la televisión, significa que esta en casa, o las quejas que escucho acerca del gobierno, significan que tengo libertad de expresión.
El presente ha cogido al futuro simplemente porque el mundo se ha vuelto transparentes. Su fondo y su forma son lo mismo. El pozo de nuestra imaginación se ha secado. Ya solo nos queda hacer callo en el pecho para reptar sin dolor. Aunque tampoco es para tanto. Nadie nos prometió que íbamos a ser bípedos implumes para siempre. Hermosos e inteligentes.