Francisco. 71 años. Marchó a Alemania en 1964, se casó, tuvo dos hijos y allí se ha jubilado. Carlos. 27 años. Licenciado en Administración y Gestión de Empresas. Lleva diez meses en el paro. Acaba de solicitar en la Embajada germana uno de los empleos que ofrecerá Angela Merkel. Si todo va bien, Carlos pronto marchará a Alemania. A seguir los pasos de Francisco.
“Si Merkel me dice ven lo dejo todo, que al igual que Paco es nada”
Año 196.. Peralejos es un pueblo tranquilo del Alto Aragón donde nunca pasa nada hasta que un día aparece Angelito, un emigrante con un magnífico Mercedes, contando maravillas sobre Alemania y sus mujeres. Vente a Alemania, Pepe, le dice a su amigo. Y Pepe decide probar suerte en este país y, sobre todo, con las alemanas...Menudo es Pepe. Menudo es Landa. Su fantasma cabalga de nuevo. Esa otra manera de entender la modernidad y el progreso.
El miércoles dia 3 de febrero nos visita Frau Merkel. Viene a examinar al espectro de la Moncloa. A ver si ha hecho correctamente los deberes que le puso en mayo. Ya saben, cuando le dijo aquello de: o le metes tu la tijera al cotarro que teneis montado o se la meto yo. Se conforma con el aprobado raspón. A final de curso le exigira el notable. También vendrá a repetir en voz alta, por si acaso no nos habíamos enterado, su deseo más soñado: quiero a los mejores en Berlín. Si no los han querido, si no los quiren, y nosotros tenemos que ser la locomotora europea, yo los quiero a todos a mi lado. Antes del viaje ha enviado un breve cuestionario sobre el asunto por mensajero interpuesto, con sus comentarios adjuntos.
¿Qué falta hacen los mejores en una economía a punto de morir axfisiada entre los diques que la atenazan? Una economia que nos acabará jodiendo sino la metemos en el quirófano y le aplicamos un lifting de mil demonios. Mucha grasa, sobra mucha grasa. Creo que en una situación así el refinamiento e inteligencia de los mejores serían un gran estorbo, antes que un ayuda. Algo similar a lo que les ocurre a los que dejan una prolongada huelga de hambre, están para poco mas que agua y un poco de caldo, un buen churrasco con patatas los dejaría fulminados en el acto.
No lo entiendan como una nueva forma de imperialismo. Comprendan que bajo mi influencia luterana y educada en el modelo de economia renana, me cueste entender que los mejores de por ahí hayan estado al frente del desastre en el que están a punto de sucumbir. ¿Donde han estado, entonces, durante todos estos años de abundancia ecónomica? ¿Hay alguien de ustedes que se digne a contestarme?
Pero volverán, no se preocupen que volveran. Cuando el mal de la mezquindad se les haya curado, y si son capaces de recibirlos como se merecen. A todo el mundo le gusta volver. Sería deseable, para ustedes y para Europa. Les aportarían la excelencia de su trabajo, pero también algo que les hace mucha falta: aire fresco. Mucho aire fresco. Y una visión menos intoxicada de las personas y las cosas.
El espectro de la moncloa, aislado en su despacho desde hace días, le da los últimos toques al examen online que le ha llegado desde la cancillería alemana. Cuando le pasan el cuestionario de Frau Merkel unicamente se le ocurre decir: a mi que me registren, yo he llegado el último y me estoy comiendo solo el marrón. Que responda Alfredo el químico.