jueves, 4 de noviembre de 2010

OCULTACIÓN Y EXHIBICIONISMO

Estoy leyendo la novela de B.Traven, “el tesoro de sierra madre”, que debatiremos en el próximo club de lectura. No si se ha enfrentado literariamente con alguno de los autores llamados ocultos, pues Traven es el que más, al decir de los buscadores de estos escritores, tipo bartebly.

Por ocultos me refiero a que no sabemos realmente quienes fueron. Sobre Traven se saben tantas versiones de lo que fue su vida que al final solo podemos certificar que son máscaras que se han ido superponiendo unas sobre otras o sustituyendo unas a otras con tal de ocultar el verdadero rostro. Traven solo quería escribir, no que se supiera de donde venía y hacia donde se dirigía. Si se fija es lo contrario de lo que hacen muchos escritores de hoy en día, que antes que a escribir parece que a lo que dedican su tiempo es a salir, cuando más mejor, en los medios de comunicación para decir que son escritores o artistas. ¿Es ésta es otra forma de ocultamiento?

En cierta ocasión Oscar Wilde dijo que se había dedicado a escribir mientras no entendía la vida, pero una vez que supo de sus secretos simplemente dejó de escribir y se dedicó a disfrutarlos. ¿Boutade genial del tio Oscar? ¿Si se sale mucho en la tele es porque se sabe de que va eso de la vida y tal?

Pero, al margen de sabidurías de esas, ¿que hay entre el obstinado ocultamiento de Traven y el brillante exhibicionismo de Wilde? Yo creo que el indomable y recurrente flujo de la existencia, que como la luna unos días del mes te muestra su cara mas luminosa y otros la mas oscura. Pero nada del goce o tristeza que nos puedan producir las fases de semejante ciclo nos hablarán nunca sobre el por qué lo hace. Hay que escribir y leer para desentrañarlo. Hay que mirar como si cada dia fuera otra la que sale o se oculta. Ni Traven ni Wilde dejaron de escribir hasta el final de sus vidas. Y tampoco hay datos que prueben que, ocultándose o exhibiéndose, no la vivieron.