jueves, 4 de septiembre de 2025

INMACULADA PELEGRÍN

 MATERIAL DE DERRIBO 

La casa se deshace
bajo el peso del tiempo
y ya no queda nada –o casi nada–
salvable en su interior.
Unas cajas, tan sólo,
con trastos que indultar del cataclismo.

Una de ellas contiene unas muñecas
vestidas de una moda incomprensible
como si, con las prisas,
se pusieran la ropa equivocada.

Su dueña las dispuso para el viaje
de forma cuidadosa.
Ordenadas y juntas; de este modo
se les ve asustadizas, obedientes.

Despeinadas y sucias en sus caras
tienen unas sonrisas que no entiendo.