miércoles, 16 de junio de 2010

ANTE LA CRISIS, NOS QUEDA LA PEREZA

De repente ante la crisis, la pereza precoz con la que nacemos y nos arrastramos precipita en pereza moral. Los expertos se afanan en tapar, infructuosamente, con soluciones de urgencia el agujero negro que aquella ha dejado al descubierto, evitando que la cosa vaya a más. Ir a más significa que lo mas horrendo pase delante de nuestras narices y nos pille mirando las flores. Históricamente ya ha pasado, lo cual no quiere decir que no vuelva a suceder, aunque evidentemente nunca de la misma manera. Vivimos un cambio de era no de época, y a casi todos los expertos y dirigentes les ha cogido con el gesto de los bucaneros. Me explico. Hasta hoy hemos vivido en el paleolítico y sin previo aviso el neolítico se no ha colado hasta debajo de las sábanas. Imagínese lo que pudieron sentir aquellas tribus de cazadores y recolectores, pues más o menos es lo que nos empieza a suceder a nosotros. Con una diferencia, ellos tenian que sentar la cabeza y nosotros somos incapaces de mover siquiera el culo. Ellos iniciaban el camino hacia lo que somos hoy nosotros, pero nosotros no podemos volver hacia lo que fueron ellos. Ellos tenían todo el planeta por delante y nosotros lo hemos convertido en un patio de colegio lleno de mierda y despojos. Ellos tenía a sus chamanes y la inmensidad del cielo para imaginar, y a nostros la imaginación no nos da para mas allá del ombligo. Ellos, en un arrebato, pintaban un bisonte y un caballo en los mas hondo de una cueva con una perfección inusitada, y a nostros delante de una obra de arte lo único que hacemos es quejarnos porque no nos gusta o alegrarnos con indiferencia por lo contrario. Pero que a nadie se le ocurra inquirirnos si pensamos hacer algo con la queja o con la alegría, que sacaremos el juez de la horca que llevamos oculto y dictaremos sentencia de muerte contra el ocurrente. Cualquier cosa menos dejar ver que no tenemos ni puta idea de lo que nos pasa con lo que miramos y sentimos. Si al menos ese sentimiento pudiera compararse con el honor de los caballeros andantes. Si al menos tanta ignorancia fuera el acicate para empezar a aprender. Per no. Sin honor, colmados de ignorancia y pereza volveremos a poner nuestra confianza y elegir a los mismos bucaneros, que de una vez por todas nos llevarán a la ruina tirando los restos por la borda al mar.

Y mientras eso ocurre, nuestra némesis siguen siendo los ricos. Esos que, carentes de honor y llenos de ignominia, entienden de arte y de su importancia para salir adelante y dar sentido a la vida. A ellos no les afecta la crisis, correcto. Pero se ha de reconocer que saben atraer a su lado gente que, a diferencia de nuestros dirigentes y expertos de cabecera, saben acomodarse a ella y poner en medio el chiringo, con el boli, la cámara y los pinceles dentro. Estará de acuerdo conmigo que para ello hace falta algo más que tener mucho dinero.