A SAN IGNACIO DE LOYOLA Y SAN FRANCISCO JAVIER
Sale dando matices de escarlata
al cielo de zafir el sol dorado
y el grato al resplandor que le ha prestado
todo planeta influye en luz de plata.
Si en un espejo el cielo se retrata,
de estrellas, cielo y sol se ve un traslado,
mas si el cristal por arte es ochavado,
en diversas esferas se dilata.
Javier e Ignacio a Dios, que es sol, imitan
en la Iglesia, cristal de la triunfante,
distinta en dos opuestos paralelos.
Mas no en la unión que entre ambos solicitan,
siendo el uno en Poniente, otro en Levante,
dos planetas, dos soles en dos cielos.