Es inevitable que la peripecia narrativa de la peli Nebraska, de Alexander Payne, remueva por dentro nuestra biografía familiar, independientemente si en esa biografía ha habido borrachos, o no, o si se ha producido en un desierto o en un vergel. No vemos las pelis ni leemos los cuentos, es decir, somos espectadores o lectores, no para poner al día nuestras filias y fobias que tenemos como seres existentes en la vida, sino para todo lo contrario. Es decir, para tratar de comprender por qué las tenemos y por qué todavía esas filias y esa fobias nos acompañan en nuestra existencia. Y da igual que tengamos veinte que ochenta años. Las filias y las fobias sólo sirven para vernos y leernos, una y otra vez una y otra vez, a nosotros mismos. Para ello no hace falta ver ni leer. Es lo que lo hacemos todos los días. No damos para más.
Los personajes de las películas y las novelas y cuentos no se parecen a nadie de nuestra vida, aunque nos dé esa impresión al verlos o leerlos. Son instrumentos o vehículos que el narrador crea para construir a su vez la intencionalidad y sentido de la historia que nos cuenta. Ver o leer es ver y leer con sentido, el que le falta a nuestra existencia. Por eso Daniel está jodido. Empeñarse en encontrarle una relación de causa y efecto entre Vida y Narración es seguir dale que te pego con nuestras fobias y filias a toda pastilla. Cuando de lo que se trata es de compartir la experiencia de como las hemos entendido después de ver la película o leer la novela o el cuento. Hasta aquí primero de creación narrativa básica.
Que David es amable y auténtico, pues claro. Y Ross es más seco y displicente con su padre. Y la madre de ambos es chillona, mal educada, etc. Y los hermanos de Woody no dicen ni pio. Y la cuñada de Woody es hacendosa y más tranquila que su mujer. Y los jóvenes gorditos son unos fantoches irredentos. Y Woody, Woody Grant, santa demencia, es la suma de todos porque es el más averiado y él mas audaz. ¿Como la vida misma?: falso de toda falsedad. Lo que pasa en la peli Nebraska solo pasa en la peli Nebraska, y solo pasa mientras vemos la peli. Lo que pasa en las familias del estado norteamericano de Nebraska, vaya usted a saber. Segundo de primero de creación narrativa básica.
Conclusión: que si dejamos a un lado las fobias y las filias cuatro horas a la semana, dos para ver la peli y dos par conversar juntos sobre lo que hemos visto o no visto, las filias y las fobias, cuando volvamos a la vida de cada día, son menos y de menos intensidad. Eso quiere decir que algo hemos comprendido.
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Leemos una novela o un cuento o vemos una peli con el corazón, pero cuando nos comprometemos a conversar en la tertulia sobre esa experiencia deberíamos usar la razón, pero demasiadas veces no es así. Por poner el símil de la cerámica, que es otra experiencia que hemos tenido juntos, leemos o vemos como si amasáramos el barro acumulado de nuestra biografía en nuestro torno interior, pero cuando conversamos nuestra palabras deberían dar forma mediante el uso de la razón a la vasija que queremos contar. Para eso conversamos,o escribimos sobre lo que conversamos, para crear algo, para dar forma con las palabras a lo que sentimos con el corazón, y ofrecerlo generosamente a los otros para que lo escuchen y lo entiendan. Nos entiendan. No para seguir dándole vueltas al barro de nuestra biografía en nuestro torno interior. Lo que demasiadas veces se ve y se oye en la conversación de la tertulia son truños o pálpitos o truenos sin forma, o mal formadlos, que proceden directamente, no de la razón, sino del torno interior de nuestra biografía, que se nota que no va bien. Dicho de otra manera, sentimos con el corazón (llámense emociones primarias), pero la comprensión o el sentido de ese sentir (llámese sentimiento) lo conseguimos mediante la razón.
Al ver la peli Nebraska, se nos remueve, como no, todo el barro biográfico acumulado que llevamos dentro. Sin embargo, al conversar en la tertulia sobre la peripecia vital de Woody Grant, y toda su familia y amigotes, tenemos la oportunidad de hacer con nuestras palabras una de las mejores vasijas de nuestra vida, que luego podemos colocar en una estantería que diga “Mi razón poética”.
Primero Leer, mirar, escuchar, y luego conversar en compañía, de eso se trata: CREAR. No de la nada, no crear todo de todo, no crear todo de algo. Crear algo de algo, a mi entender, la genuina manera de la creación y salvación humana.