martes, 8 de abril de 2014

LOS TRES DÍAS DEL CÓNDOR, de Sydney Pollack

LA ÚNICA FORMA DE ACCEDER A LA VERDAD ES A TRAVÉS DE LA FICCIÓN



¿Por qué debemos ver, o volver a ver, esta película? Por nuestra condición de lectores de historias de ficción. Para comprobar lo peligroso que puede llegar ser esta afición u oficio. Por nuestra manía de ampararnos en la noche para dar pábulo a nuestra imaginación. Por todo ello, al igual que el protagonista principal de la peli, Joseph Turner, también lector de historias de ficción, estamos bajo la vigilancia y amenaza de los poderes ocultos del sistema.

Forma parte de la opinión general, que leer las historias que explican las novelas es una forma de distracción. Y, por tanto, inofensiva. Las palabras son neutras y no van mas allá de lo que dicen. Lo importante de la vida pasa fuera de las historias de ficción. Su forma de descifrarlo requiere otra metodología, que siempre lleva el apelativo de científica y que es llevada a cabo por especialistas muy cualificados. Todo está controlado. Eso es lo que los poderes ocultos quieren que nos creamos, pero ellos creen en otra cosa. Ellos creen, como yo, que la única manera de acceder a la verdad es a través de la ficción. O de otra manera, que la autentica verdad solo puede encontrarse encapsulada en una historia de ficción. Y a estos caballeros sin rostro no les valen las mandangas del relativismo, eso de que verdades hay muchas, tantas como individuos, o cosas por el estilo. Estos tipos van en serio, y quieren que la verdad no sea nada mas que una, la suya, y que los demás deambulemos por la vida al son que ella nos toque. Por eso temen tanto a quienes nos dedicamos con atención y dedicación a la lectura de historias de ficción. Por eso se quieren cargar al modesto funcionario de la CIA, Joseph Turner, cuyo único delito es su trabajo: leer, porque así se lo han ordenado, historias de ficción para ver si encuentra los mensajes cifrados de alguna operación, que pueda atentar contra los intereses de la Organización. De repente, Turner pasa de ser un funcionario de tercera fila inofensivo y totalmente desconocido, a convertirse en el enemigo público número uno del Estado, Servicios de Espionaje de la CIA mediante. 

¿Que ha ocurrido entre medias? Lo que Turner, como lector de historias ficción en un modesto departamento de la CIA, y los espectadores, iremos descubriendo juntos a través de la película. Que será para estos una historia de ficción, y, dentro de ésta, una pesadilla real para Turner fuera del despacho donde trabajaba leyendo historias de ficción, una vez que tiene que salir por piernas de allí para que no lo asesinen. Descubriremos lo que en la vida real parece inverosímil: que leer historias de ficción puede poner en jaque al Estado. Y, en consecuencia, en peligro de muerte la vida de sus lectores.