martes, 27 de noviembre de 2012

CRÓNICAS RENANAS 6




COBLENZA

Situada en la confluencia de los ríos Rin y Mosela, la ciudad de Coblenza, como su origen etimológico dice, es lugar de confluencia, no solo de ríos, sino también de historias y episodios ocurridos a lo largo de los siglos. Como tantas otras ciudades ribereñas del Rin, Coblenza ha pertenecido a diferentes imperios siendo, también, lugar fronterizo entre ellos.

De todo ese convulso y brillante pasado quedan dos testimonios importantes: la fortaleza de Ehrenbreitstein y la llamada Esquina Alemana (Deutsches Eck), justo en la esquina de los dos ríos. Comunicadas hoy por un funicular, vale la pena subir a la fortaleza y disfrutar desde una de sus explanadas de la perspectiva de ese lugar simbólico de la historia alemana.

La larga marcha de la formación del espíritu alemán tiene en esta esquina uno de sus símbolos mas emblemáticos. El espacio se le concedió a la Orden Teutónica para que pudieran fijar allí su residencia los caballeros alemanes. Siglos mas tarde, a finales del siglo XIX, se construyó un monumento a la gloria del Imperio alemán (recientemente constituido gracias a Otto von Bismarck), cuya pieza central era una escultura ecuestre del Emperador Guillermo I de Alemania.

Sentado, al fin, en la terraza de una de las explanadas de la fortaleza de Ehrenbreitstein, acompañado por una copa de vino blanco Riesling, pude contemplar la extraordinaria panorámica de la Deutsches Eck entre los dos ríos (en la foto). Así cómodamente instalado no pude evitar, igualmente, que me vinieron a la memoria las palabras de la contraportada de un libro fundamental, "el misterioso caso alemán", de Rosa Sala Rose. Dicen así:

"Nadie pone en duda que el legado cultural alemán es de una riqueza extraordinaria, ni su decisiva contribución al perfil de la cultura universal. Por ello, a veces con escándalo, otras con una sentimiento de claudicación, todos nos preguntamos cómo es posible que uno de los destinos de esa trayectoria fuera la trágica confusión de barbarie y racionalismo desquiciado que caracterizó el periodo nazi."

viernes, 23 de noviembre de 2012

BAJO EL PALIO DE LA CARIDAD



El hombre que iba a mi lado en el tren hablaba con tanta corrección, que me transmitía la sensación de que estaba hablando sobre lo mas duro y repugnante de la actualidad bajo el palio de la caridad y la bondad humana. Lo chocante era que así, según sus mismas palabras, pretendía que el mundo fuese a mejor. Iba hablando con otro que únicamente le interrumpía para decirle que tenía toda la razón, aunque cada vez fue sustituyendo esas breves palabras por el asentimiento con la cabeza.

De repente noté que el cambio, en lugar de pasarme desapercibido, aumentó mi sorpresa. Hasta el punto, una vez que me fijé con más atención, que el diálogo improvisado durante ese trayecto de tren me pareció ser la representación cabal de nuestra forma de estar en el mundo. Uno habla con la corrección que estipulan los cánones civilizados, convencido de que así sus palabras se acercan más al discernimiento de la verdad. Y también de que son mas persuasivas. Las palabras chulas y soeces son cosa de los bárbaros. Otro oye embelesado, poniendo en lo que escucha toda la esperanza de que dispone. Luego, no se a cuento de qué, se desinfla, y la esperanza deja paso al miedo, y la atención le afecta a la cabeza. Entonces empieza a decir a todo que sí, de forma lanar.

En este vaivén negro sobrevivimos. Y es con los mimbres de su zarandeo con los que tenemos que encarar el futuro. Antes de que se apearan en su estación me di cuenta que el de hablar correcto lo seguía haciendo más correctamente, si cabe, pero el otro ya ni siquiera movía la cabeza.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

SER DIGNOS




La camarera de la cafetería donde desayuno ha decidido aceptar que no le paguen la hora extra que hace cada día, ya que cree que así podrá mantener los otros privilegios que tiene: horario continuo y el puesto de trabajo al lado de donde vive. Una amiga mía, que lleva toda la vida dando tumbos de trabajo precario en trabajo precario, ha decidido remangarse la camisa y montar con otras tres colegas una cooperativa de guías turísticas. Me consta que la camarera y la guía turística no se conocen, pero si sé que asistieron a la última manifestación contra los recortes y todo lo demás.

Aparentemente no pasa nada, pero la gente no deja de moverse. Asiste a las diferentes protestas, pero sabe que la esperanza no viene de ellas, ya que únicamente sirven para satisfacer el momento presente. Luego se mueve en solitario y en silencio, poniendo mucha atención a lo que pasa y a quien cuenta lo que pasa. Fuera no hay nada, ya lo sabemos, pero esa doble actitud, y su correspondiente aptitud, hace que Esto no se derrumbe. Todo depende de como se sepa combinar la inconsecuencia de la protesta colectiva y las posibles consecuencias de las gestiones individuales. De hasta donde se puede vivir inconsecuentemente, y cual es el grado de intolerancia  que adoptemos cuando las consecuencias que habíamos previsto, acaben siendo desbaratadas. En fin, todo depende de lo que entendamos por ser dignos (después de aspirar durante décadas solo a ser ricos) y qué estamos dispuestos a renunciar para conseguirlo. Como en la guerra, y lo es esto en que estamos metidos, es nuestra única salida.


  

martes, 20 de noviembre de 2012

CRÓNICAS RENANAS 5



EL RIN ROMÁNTICO

El Valle superior del medio Rin es una espacio geográfico, que va desde Bingen am Rhein hasta Coblenza. También lo es imaginario, y se lo conoce con el nombre, tan asociado a la historia alemana, de "el Rin romántico". A golpe de pedal, y de acuerdo con el espíritu del viaje, recomiendo recorrererlo siguiendo los dos itinerarios al mismo tiempo. Uno con las piernas y la mirada. El otro con la mirada y la imaginación. Las dosis de la mezcla y su intensidad lo dejo a gusto de cada viajero.

Este tramo el Rin no es solo un cinta de agua. Es también una cicatriz, testimonio de las muchas heridas abiertas durante los siglos a un lado y otro de sus orillas. Aunque hoy viajar por Europa solo se puede hacer iendo de turista o de especulador, conviene no olvidar que da igual donde nos encontremos: siempre estaremos encima de un cementerio anónimo. Y el Valle superior del medio Rin no es una excepción. Frontera y lugar de paso de diferente imperios, desde el imperio romano hasta el napoleónico. Frente de innumerables guerras y enfrentamientos, desde la guerra de los Treinta años hasta la Segunda Guerra Mundial. Museo oculto, en el fondo sus aguas, de muchas de las armas que produjeron tantas muertes, también se fijó en su escarpada geografía la mirada romántica alemana, ese punto de vista fundacional de la Alemania que hoy conocemos. Los castillos y palacios que festonean su curso son una buen testimonio de lo que digo.

Declarado por la UNESCO en 2002 Patrimonio de la Humanidad, por ser un conjunto único que asocia un patrimonio geológico, histórico, cultural e industrial, el recorrido por el Rin Romántico me transmite, sobre todo, fuerza y determinación. Señal inequívoca de que sobre los cementerios anónimos que hay a lo largo de su itinerario, ha perdurado la voluntad de ese espíritu fuerte, el espíritu romántico, que sube y baja sus aguas, o bien las atraviesa en las diferentes barcazas que hacen la función de puentes móviles. Nada mejor para sentirlo que sentarse en alguna de la terrazas que se encuentran en sus orillas y beber un copa de vino blanco. Las uvas del cual han madurado a lo largo del año incomprensiblemente aupadas en sus cepas, que se encuentran plantadas sobre las paredes casi verticales de su vertiente sur. 

jueves, 15 de noviembre de 2012

AUSENTES



Cada día hay mas personas que ejercemos de ausentes. Yo creo que es la actitud que nos queda para subsistir en un ambiente en permanente discordia y enfrentamiento. Ausente no es lo contrario de presente, ni tiene que ver con la indiferencia, ni la imperturbabilidad, ni nada de eso. Es una forma de acción que resulta de llegar a la convicción de que hay tantas razones para salir a la calle como para quedarse en casa. Es su grado cero, que no es igual a quedarse de brazos cruzados. Una actitud que debe asemejarse a lo que sienten esos ciudadanos, que no son movilizados durante las guerras, pero que quedan atrapados en las ciudades entre las sucesivas tandas de bombardeos y sus correspondientes respuestas antiaéreas. Vale para protegerse tanto de los dan por arriba y como de los que dan desde abajo. Y da tiempo para pensar como seguir vivo. El encono de los contendientes llega a tal extremo y dura tanto, que cuesta mantener la atención a lo que dicen, que siempre esta hecho a base de materiales sólidos y rocosos, como las hileras de tanques y los racimos de bombas. Con la sola vocación de exterminar al otro. Por eso ausente lo asocio a Suiza. Esa tierra que tiene fama de que nunca ha pasado nada, únicamente la invención del reloj de cuco, pero donde se ausentaron algunos de los mejores ciudadanos europeos cuando al continente le dio por ponerse tarasca. Dos veces en menos de treinta años. Ahora va la tercera.

martes, 13 de noviembre de 2012

SOBRE DECIR TONTERIAS



En la tertulia literaria a la que asisto habitualmente alguien dejó caer sobre la mesa algo que, por ser contundente y provocador, no dejaba de poner el dedo en la llaga respecto a como utilizamos el lenguaje habitualmente. Dijo que la mayoría de las veces, por no decir todas, como hablamos sin pensar previamente sobre lo que decimos, lo que decimos son tonterías. Las caras se ordenaron alrededor de diferentes geografías, pero nadie dio un paso al frente para pararle los pies al impremeditado "insolente".

Lo que dejó claro la anécdota fue lo que en clave clínica sería algo así como tener en blanco el historial médico. De otra manera, el paciente adulto en cuestión no se ha hecho nunca ningún chequeo sobre su salud. Igualmente, decir tonterías al hablar delata esa falta de preocupación sobre la revisión periódica de nuestra manera de usar el lenguaje. Lo usamos constantemente y nos preocupa una higa si lo hacemos adecuadamente, significativamente, o si ya nos decimos nada con lo que decimos. Es decir, si se ha convertido en algo mecánico, en un lugar común, en un tópico. Vamos, que desde hace bastante tiempo no nos preocupa si decimos o no tonterías. El caso es que las decimos y ya está. Basta con observarnos hablando, pongamos, un jornada laboral corriente. Fijarnos con atención en lo que decimos y para qué lo decimos. Lo demás es una cuestión de suma y sigue.

Siempre he pensado que, hoy mas que nunca, hacen falta espacios donde poder hacer ese chequeo periódico de nuestro uso del lenguaje. Tanto del oral como del escrito. Espacios donde poder llevar a cabo la diálisis pertinente que lo limpien de todas las impurezas con que lo ensuciamos en el trato con la vida, y que nos lleva, mas pronto que tarde, a dejarnos llevar por la molicie y a hablar o leer de cualquier manera. Espacios donde poder entender que leer y hablar sobre lo leído no es decir y hacer lo que a uno le apetezca en cada momento, lector ególatra, sino llegar a obtener la perspectiva que nos permita hacer lo necesario para leer y hablar de ello, comunicandolo lo mejor posible, lector transitivo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

CRÓNICAS RENANAS 4



LECTURA SOLITARIA Y EL EURO
En este tramo del padre Rin (como lo calificaba Hölderlin) se da una peculiaridad digna de resaltar: concentra en su curso o alrededores una buena cantidad de lugares donde acontecieron, o acontecen, episodios fundacionales dentro de la historia de la humanidad. En la anterior entrada hice mención al automóvil y en esta quisiera hacerlo respecto a la imprenta y al euro, la moneda única europea. 

Después de Manheim, río abajo, se llega a la ciudad de Maguncia (Mainz en alemán), ciudad natal de Johannes Gutenberg, un herrero alemán inventor de la imprenta de tipos móviles moderna hacia 1450. A pocos kilómetros de Maguncia, remontando el rio Meno, afluente del Rin, se encuentra la ciudad de Frankfurt de Meno, sede del Banco Central Europeo, inevitable supervisor monetario de la zona euro. 

Me parece significativo relacionar estos dos momentos europeos, separados en el tiempo histórico por mas de quinientos años, pero contemporáneos en cuanto a su valor simbólico. La invención de la imprenta supuso la irrupción del lector silencioso y solitario. Y, por tanto, supuso también un punto de inflexión en la tradición oral del uso de las palabras, donde éstas eran dichas a servicio y benéficio de la comunidad de oyentes. El rapsoda hablaba para la comunidad de oyentes, y era ésta quien lo legitimaba. No me voy a extender sobre ello, pero si resaltar la importancia del lector silencioso y solitario en el proceso de individualización del ser humano, respecto a la comunidad a la que había estado siempre ligado. Se puede decir que la imprenta aceleró, de forma como nunca antes había sucedido, un proceso que vivía de forma letárgica y clandestina en los rincones oscuros de los monasterios. Desde entonces la lectura tuvo una única fuente de legitimación: el lector solitario y silencioso.

La irrupción de la moneda única en el continente europeo parece tener un itinerario divergente a la invención de la imprenta, pero, sin embargo, yo creo que apunta en la misma dirección, fortaleciendo esa individualización antes mencionada, al hacer posible la creación de una comunidad distinta. Porque el individuo no puede prescindir  del sentimiento de pertenencia a una comunidad, y aquella de la que se había ido desgajando durante los últimos siglos, a base de la práctica intensiva y cada vez mas extensiva de la lectura solitaria y silenciosa, ya no lo satisfacía, es la irrupción de la moneda única la que le devuelve la posibilidad de volver a disfrutar de ese sentimiento. Ahora de forma radicalmente distinto a antaño.

Por lo demás, en Maguncia visité el museo de Gutenberg, donde pude disfrutar viendo el laborioso proceso técnico que ha permitido hasta hoy mismo sacar a la luz tantos y tantos libros, con su contenido de misterio, sabiduría y entretenimiento. A la salida, una inevitable pregunta, ¿realmente estamos asistiendo al final de la era Gutenberg? En Franfurt de Meno - contra todo pronostico de turista una ciudad muy interesante tanto del punto de vista urbanístico como humano, negando con contundencia mi idea previa de que solo estaba habitada por burócratas y asaltadores profesionales de bolsa - me acerqué al edificio en construcción del nuevo Banco Central Europeo. Una imponente torre al lado del Rin, donde se tomaran las decisiones mas importantes, que afectaran a la vida de millones de  europeos en la próxima década.