NO SÉ DE TI
no acertar qué decir ni qué escribir ahora
ir y venir de un polo a otro zarandeado
por el tiempo que pasa y deja en agonía
el peso de todas las huidas que tomamos
y seguir de pie preguntándome en silencio
¿cuándo el ánimo abandonó mi marcha
apilando escombros al pie de las dudas?
¿cuándo comencé a entrever que la nada
era más cercana a lo natural que el todo?
¿cuándo la queja convirtió en desdicha
el agradecimiento de estar aún tan vivo?
Como si fuera una pavesa
arrojada a lo alto por el fuego
como si fuera un profeta
despojado de manto y cayado
como si fuera una cometa
olvidada a las puertas del cielo
como si fuera un gajo
apartado del fruto que dio cobijo
como si fuera un cordero
negro expulsado del rebaño
como si fuera un pájaro
desnortado de su bandada.
Extraño soy sentado en mi propio trono
cuando las mañanas sudan sobre los ojos
aventar de semillas sobre viejas cicatrices
roturado el corazón que late entusiasmos
bajo la corteza surgida al creerme árbol…
—erguido gracias al aguantar de las raíces
lanzado a las alturas por obra del tronco
sereno ante los embates de la tormenta—
…y al abatirse la niebla mi ilusión es ocaso
puñal de ángel que la realidad desvela
desangrado por filos de ensoñaciones
arrancado mi equilibro por obra del viento.
