COTTBUS
La ciudad de Cottbus es, junto con Postdam y Frankfurt de Oder, una de las mas grandes del estado federado alemán de Brandeburgo. De hecho, fue al alcanzar los 100000 habitantes cuando obtuvo este honor simbólico. A parte de este dato demográfico, destaco de mi visita a Cottbus tres asuntos propios que tienen que ver con su historia reciente. Mas un cuarto que es común a todas las ciudades ribereñas del rio Spree, y que no es otro que estar dentro de su ámbito medio ambiental, catalogado por la ONU como reserva mundial de la biosfera, lo que hizo que llegáramos y saliéramos de Cottbus pedaleando dentro de unas masas boscosas realmente exuberantes. Lastima no ser un experto en asuntos botánicos, o zoológicos pues la diversidad de arbustos, plantas y bichos que el ciclista intuye habitan el bosque da para una cronica, digamos “grunen", de envergadura. También, como no, para una historia sobre hadas, elfos y demás habitantes de los bosques encantados, antes de que los bosques quedasen matematizados, es decir petrificados, por la ciencia positivista del siglo XIX.
El primero de esos asuntos propios que he mencionado, se refiere a su pasado en la segunda guerra mundial. Cottbus formó parte del frente oriental y, por tanto, estuvo sometido a todos los avatares que tuvieron que ver con este espisodio decisivo para el desenlace final de la gran contienda. Lo que rápidamente percibe el ciclista es la gran paradoja que envuelve a la ciudad, si imagina la ciudad mas allá de la bendición medio ambiental oficial. Cuesta creer en esa forma de pensar lineal a que nos tiene acostumbrado el pensamiento pacifista, que consiste en que lo que viene después de la guerra es la paz, cuando lo que de verdad viene a continuación de la guerra es la guerra misma por otros medios, también llamada post guerra o mas en plan posmoderno, como dije en la anterior entrada, globalízacion. La Paz, como no puede ser de otra manera si hablamos de la especie humana, no pasa de ser un argumento publicitario para los predicadores de turno al servicio de los poderosos de siempre. También un ideal al servicio de los ciudadanos, aunque como todo ideal hemos de entender que no se cumplirá nunca en su totalidad, aunque hemos de tenerlo siempre presente en los vaivenes parciales y provisionales de nuestra inteligencia e imaginación y las de los demas en el ámbito cambiante de la polis. El caso es que allí mismo, inmersos los ciclistas en una reserva natural de la Biosfera, tuvo lugar hace casi ochenta años una de las tantas carnicerías que se perpetraron en la segunda gran guerra. El resultado final fue la destrucción de casi la totalidad del casco antiguo de la ciudad, mas el añadido de miles de sus vecinos muertos o heridos.
El segundo y el tercer aspecto, de nuevo aparecen las paradojas, tienen que ver con los libros. La Biblioteca de la Universidad Tecnica de Cottbus y la casa donde vivió durante unos años Gerhard Haufmann, escritor alemán que recibio el premio Nobel de Literatura en 1912. Naturaleza feraz, bombas de destrucción masiva de lo humano, biblioteca como reservorio del conocimiento humano. Así va el mundo. Y Cottbus es un buen epitome de esa tendencia. El nuevo edificio de la Biblioteca de la Universidad Tecnica de Cottbus surge dentro del movimiento de reunificación alemana y de la adaptación de las instituciones educativas a la nueva situación política. Al norte de la ciudad, justo al lado de los edificios docentes construidos en tiempos de la RDA, se construyó en 2004 el singular edificio de la nueva biblioteca. Con una altura de 32 metros situado en una pequeña colina y diseñado por los arquitectos de Basilea Herzog & de Meuron, sirve como biblioteca publica y centro de documentación de la universidad, ofreciendo un fuerte contraste con su entorno. Ver foto adjunta.
La composición geometrica tiene una fachada en forma de olas y una planta con forma de ameba que parece propagarse con el flujo del paisaje circundante, que lleva al observador a que pueda preguntase si es un forma puramente accidental, resultado de una inspiración artística y expresión de los sentimientos personales de sus autores. Aunque, a primera vista, puede parecer una forma accidental, dicen los expertos, una observación mas detallada demuestra en su configuración un propósito útil con muchos flujos diferentes de movimientos. Ay, la utilidad. Sea como fuere, al ciclista observador le parece que lo puramente accidental del edifico se aviene mejor con su propio sentido de la “inutilidad" del pedaleo.
En cuanto a Gerhart Hauptmann destacar que fue un dramaturgo, novelista y poeta alemán del naturalismo, ganador del premio Nobel de literatura en 1912. Su relación con Cottbus tiene que ver con el hecho de elegirla con lugar de residencia durante unos años de su vida. Visitamos los exteriores de la casa donde vivió, entonces ubicada a las afueras de la ciudad. Ver foto adjunta. El contraste con la Biblioteca de la Universidad Tecnica técnica que acabamos de ver fue notorio. Sin embargo, como suele suceder en el tratamiento del espacio exterior por las autoridades alemanas, la Biblioteca, la casa del escritor, el casco antiguo reconstruido, el bosque colindante y el rio Spree sin oponerse a que sus aguas lleguen hasta Berlin, forman un todo en el presente de la mente del ciclista donde confluyen pasado y futuro sin estridencias pero si con lucidez