La única que puede vencer al instinto corporativo y de la sangre, alrededor del que se agrupan hoy amigos y familiares, y que está siendo destruida por la desconfianza que crece como hongos entre sus palabras y acciones mohosas.
Sin embargo, a esos amigos y familiares - tan necesarios como superficiales y banales, a imagen y semejanza del paradigma mecanicista donde militan - les propongo, al hablar con ellos, captar el yo íntimo, la duración y cualidad pura, el origen en el ahora.
No seguir al móvil, por ejemplo un pensador o un narrador, sino más bien seguir su movimiento