LA PACIENCIA DEL COBRE
Apenas somos manos
asustadas,
abruptas intemperies
construyendo bancales
para aplazar el vértigo,
construyendo caricias.
La piedra de la edad
y este silencio roto
por tu azul.
Cuerpos tendidos
para aplazar el vértigo.
Me muero de belleza
y sangre roja
atada al corazón
