lunes, 13 de octubre de 2025

FÉLIX LOPE DE VEGA

 Ir y quedarse, y con quedar partirse

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir pues resta sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.


CIUDADANO BERLINÉS 2

 Siempre que he visitado Berlin lo he hecho pensando en la evidencia de su pasado, nunca en su futuro inexistente, y esta ocasión no iba a ser una excepción. Lo que quería que cambiara era el ritmo y los hábitos del turista anterior que había sido. Y encontrar el ritmo más lento, los hábitos propios y la mirada, sobre todo la mirada, de un vecino habitual que por unos días quería ser. Cada vez tengo más claro que la ciudad de Berlín es el epítome de la Europa de entreguerras y de manera muy significativa de la Europa de la segunda mitad del siglo XX. Si Viena y Paris fueron, por decirlo así, las capitales de antes de que todo se fuera al garete, Berlin es la capital de la Europa de mientras, durante y después de que todo se fuera al garete. Es la capital de la destrucción y de la nada y, tal vez por ello, es también la capital de un nuevo renacer europeo, si es que eso es aún posible en el siglo XXI.

Aunque reconozco que para llevar a cabo tales propósitos tengo que instalarme en Berlín durante una larga temporada, ensayar una nueva actitud durante el tiempo que lo visito me aleja del ensimismamiento del turista estándar. Para conseguir esa nueva actitud lo primero que hago es cambiar la bibliografía que me acompaña por las calles de Berlín. Para el antes de que todo de fuera la garete leo los “Paseos por Berlin”, de Franz Hessel. En el capítulo titulado, “Del placer de vivir” el autor dice que el alemán de la época sigue empeñado en divertirse haciendo uso de la cantidad y de lo pretencioso a diferencia de los parisinos, que siguen apostando por la calidad y el refinamiento de las maneras y las formas. Quien tuvo retuvo, viene a decir Hessel, como homenaje a una ciudad, Paris, que ya no volverá a ser nunca lo que fue en décadas anteriores. Para mientras todo se iba al garete sigo los testimonios que aún se conservan de la batalla de Berlín, con la que se puso fin a la Segunda Guerra Mundial. Para después de que todo se fuera al garete pero no del todo, de donde surgió el llamado milagro alemán, sigo los escritos de uno de sus artífices principales, Konrad Adenauer. No me olvido en este apartado de seguir los restos del lamentable y afamando muro de Berlín. Y en todo este periplo está presente mi instinto mirando debajo de lo que veo mientas callejeo tratando imaginar más allá de lo que veo. Así por ejemplo la vista que siempre hago a la puerta de Brandeburgo. No veo a la multitud de turistas sino que me invento un relato relacionado con la entrada triunfal de Napoleón, con todo su séquito de generales y tropa, por esa misma puerta el 26 de octubre de 1806. Y lo hago ateniéndome a como registran ese momento histórico las pinturas de Charles Meynier y Richard Knotel.


viernes, 3 de octubre de 2025

BLANCA VARELA

 CURRICULUM VITAE

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora

UNO

 UNO conduciendo hoy un coche rompe con nuestra tradición occidental/oriental heredada, que dice que uno no es un número sino el que posibilita todos los números. 

UNO es hoy una religión que defienda Nada a largo plazo como bandera y una Flexibilidad Máxima como consigna.


UNO hoy conduciendo un coche y mirando todo el día un móvil anula la posibilidad de que existan otros conductores y de rebote impide la existencia de otros ciudadanos en una sociedad ordenada como fin e inspirada en la razón comunicativa como medio.