viernes, 28 de abril de 2023

CUNEIFORME

 Fue el 3 de mayo de 2021, el día en que me invitaron a un exposición sobre escritura cuneiforme. Los ceramistas modernos han vuelto la mirada a este momento fundacional, mientras que los nuevos escritores lo hacen volviendo, dicen, a la oralidad deliberada. El asunto no es nuevo. Desde Sócrates, me dijo el comisario de la exposición (un antiguo alfarero reconvertido en artista conceptual, que había abandonado el taller de su pueblo por una casa en el campo, como queriendo separarse de lo obvio en su nueva etapa del artisteo), se ha tenido la sospecha de que la escritura rebaja lo que siente el corazón del hablante. Por decirlo en términos aristotélicos, la escritura ¿desestabiliza? el equilibrio que caracteriza al humano como un ser de razón (escritura) y de palabra (oralidad).  Sin embargo, todo se dirime, continuó el alfarero, entre lo que queremos recordar y lo que es lícito olvidar. La escritura favorece el olvido deliberado, mientras que la oralidad lo reconstruye. Dicho de otra manera, me dijo, la escritura no te obliga a tener que recordar, ni a uno mismo ni a las generaciones venideras, pues lo quiere decir ya lo has fijado en un soporte. Este es el gran significado que tiene la exposición sobre la escritura cuneiforme que hoy inauguramos aquí, apuntó. La oralidad, sin embargo, te obliga a ser recitativo, a tener siempre la memoria al día. La cuestión es, me dijo antes de despedirnos, ¿en que nos ha convertido la escritura con los soportes digitales de ahora, y en qué nos convertiría la recitación con las prisas que tenemos?

¿Es hoy el WhatsApp un nuevo método de recitación, donde se repiten cada día, como un mantra, todas las letanías que producen la comunicación por la comunicación, al margen de sea cual sea su contenido? ¿Es whatsApp la plataforma ideal para la combinación perfecta entre lo que quieres olvidar y lo que necesitas recordar? Al igual que ocurre con los “Ín­dices de lectura”, que pretenden calibrar nuestro nivel cultural dejando de lado por completo qué es lo que se lee y para qué se lee, como si el leer fuera un valor en sí, independiente de lo leído.